Caos Perfecto

Capítulo final

Capítulo final

Era raro.

Lo más raro del mundo.

Ver a mi papá siendo papá.

—¿Dónde está Tanner?— se quitó la manos de los ojos— ¡Aquí está!

—Está dormido papá— le recordé.

—Es para que se despierte.

—¿Y para qué lo quieres despertar?

—Para verle esos ojos azules tan bonitos.

Estábamos acostados los tres, con el bebé en el medio. Era un momento bonito, pero también se sentía mucho la ausencia de mi madre. Quizás yo nunca fui muy apegada a ella, pero eso no quita lo mucho que la amaba y la extrañaba.

Pero también me sentía agradecida, porque en sus últimos meses me regaló mucha felicidad, un hermano que era el bebé más hermoso de la tierra y... a Vivian.

No quería que pensaran que Vivian estaba reemplazando a mamá en mi vida, porque no era así, yo solo creía que mamá me la había enviado para que yo no estuviera tan sola.

Vivian era muy buena, amaba estar con ella y tenerla cerca, aunque sentía que traicionada a todos por no decirles la verdad. Sinceramente, estaba feliz de saber toda la verdad, y de haber escuchado la historia desde la perspectiva de la mismísima protagonista.

Ella solo fue una villana de una historia mal contada, y sentía mucho pesar con ella al ver como se sacrificó por cada uno de nosotros. Y aunque sufrió mucho, volvió para protegerme, me salvó de Helen y me mantuvo en su casa con mucho cariño.

Ella era la persona detrás de todo, y yo feliz con que fuera ella.

Yo ya sabía que papá y Ryder ya la habían visto, ella misma me lo contó. Papá no reaccionó para nada bien, mientras que mi tío Ryder tenía sus preguntas, pero aún así le abrió las puertas de su vida otra vez.

Y yo le debía una disculpa a papá.

—Papá...

—¿Umh?

—Lo de Vivian...

—No hablemos de ella— su expresión se endureció.

—Papá, perdóname. Yo me enteré cuando estaba desaparecida, ella me ayudó y—

—Ya, Arlene.

—Creo que estás siendo muy duro con ella— él suspiró— ¿Y si solo la escuchas?

—Ella lo único que sabe hacer es dañarlo todo.

—Sin ella yo no estuviera viva.

—Sin ella, Diana y Camille estarían aquí.

—Todos merecemos una segunda oportunidad.

—No lo intentes, Arlene, no pienso hablar con ella.

Pasaron varios minutos hasta que decidí cambiar el tema.

—¿Y si damos una vuelta con Tanner?