Caos Perfecto

26

Capítulo 26

En este momento estoy en el río de Hanwell, sentada en el suelo muy cerca de la orilla.

Henry llegó hace unos minutos, también está sentado a mi lado. Ambos miramos el agua sin decir absolutamente nada.

A veces me preguntaba que hubiera pasado si él fuera una persona normal. Lo imagino trabajando con papá, coqueteando con Kasy para molestar a Frederick y haciendo maratones de películas junto a Amy. Sería divertido.

Pero no.

Él tenía que ser un puto psicópata.

—Aquí está tu cadena— se levanta y camina unos pasos hasta quedar detrás de mí. Lo siento arrodillarse y pasa la cadena por mi cuello.

Luego de ponerme mi cadenita de vuelve a sentar a mi lado en la misma posición que antes.

—Gracias.

—La cadena tiene una H. ¿H de Henry?

—Ni en mil vidas llevaría tu inicial colgando en mi cuello.

—Cuida tus palabras.

—Cuidate tú, porque estoy hasta la mierda de ti y juro que acabaré contigo.

—¿Lo harás tú? ¿Vas a ensuciar tus manos con sangre? ¿O vas a manipular a Thaniel para que me mate?

—Yo quiero tener el placer de verte morir en mis manos, enfermo.

—... ¿O me vas a obligar a suicidarme?

—Eso solo funcionó con Amelie. Contigo haré cosas mucho peores.

—No me hables así— volteo para verlo.

—Te hablo como me dé la gana.

—¿Por qué tan alzada?

Hoy honestamente me desperté de muy mal humor. Se supone que esta noche hablaré con Ryder para decirle que debemos terminar nuestra extraña relación.

Sé que tal vez tú no me entiendas, pero cuando amas a alguien debes buscar la manera de no lastimarlo, y alejándome de él es la única manera que conozco.

Él algún día se va a enterar del plan de mis padres y honestamente, prefiero que me odie a que se sienta decepcionado.

—¿Sabes qué? Estoy intentado hacer las cosas bien, deberías hacer lo mismo.

—Yo no sé lo que es el bien.

—Deberías volver a una clínica mental y curarte. ¿No quieres ser una persona normal?

—No.

—Vale— me pongo de pie—. Deja de joderme la vida, por favor.

Él se levanta y me mira fijamente por unos segundos, yo me doy la vuelta para caminar a mi auto, pero su voz me hace detener mi caminata.

—Estarás a mi lado porque así lo he decidido— dicho eso, lo próximo que siento es un golpe en la parte trasera de mi cabeza.

Caigo al suelo y minutos después mi vista se nubla y pierdo el conocimiento.

(****)

Abro lentamente los ojos y me doy cuenta de que no estoy en el río, y tampoco en casa de los Evans.

¿Qué pasó?

Lo último que recuerdo es a Henry... creo que él me golpeó.

Me doy cuenta de que ahora estoy en mi antigua habitación y para mi sorpresa—la peor sorpresa— mi madre me está viendo fijamente.