3

140 18 21
                                    

Capítulo 3

Estaba en la entrada del convento, esperando que tío Ryder pasara por mí para ir a la casa de mi tía Elisa, y ahí sería la cena por su cumpleaños.

Al fin no estaba usando el uniforme horrible de novicia. Solo tenía un vestido floreado y largo a los tobillos. Horrible también, pero especial porque me lo hizo tía Diana.

Finalmente el auto de tío Ryder se aparcó al frente de mí. Abrí la puerta y subí al asiento del copiloto, y luego de saludarlo, arrancó.

—Arlen... hay algo que debes saber— pronunció con su azul vista fija en la carretera.

—Dime.

—Hay una invitada especial en la cena, alguien que todavía no conoces.

—¿Y?

—Es una buena persona, por favor sé amable.

—Siempre soy un encanto.

—Eres Thaniel 2.0, tu encanto está solo en el físico.

—Hey, también me parezco a mi madre.

—Camille jamás ha sido un encanto.

En eso sí tenía razón.

Minutos después llegamos a la casa de Elisa. Por fuera era como una casa embrujada. Paredes sucias, telaraña en los faroles y ventanas, filtraciones, etc. Y por dentro estaba casi vacía, solo contaba con un sofá y un comedor. Elisa nunca se había preocupado por decorarla y su novia tampoco, aunque tenían mucho dinero y podían vivir en una mansión si quisieran.

Ryder y yo bajamos del auto y entramos. Cruzamos la sala hasta llegar a la cocina, donde estaban todos sentados en el comedor hablando, pero hicieron silencio al mirarnos.

Los detallé a todos en la mesa rectangular. En una punta estaba Elisa, y en la otra su novia Samantha. Ambas muy lindas y elegantes.

No fui capaz de ver a papá, pero me fijé que a su lado había una chica, de unos 20 años, aproximadamente. No sabía quién era, pero supuse que la invitada especial. Al lado de ella había una silla vacía, y al lado de esa silla estaba mamá.

Tío Ryder felicitó a tía Elisa y se sentó al lado de la abuela, dejándome sola de pie.

—Feliz cumpleaños, Elisa— le dije con una sonrisa falsa.

—Gracias, mi amor.

—Hola abuela— la saludé.

—Hola muñequita, qué bien que pudiste venir.

—Sí... ah, hola tía Diana.

—Hola, princesa.

—Tío Jeal.

—¿Cómo estás, nena?

—Muy bien. Hey, hola Cheryl.

Como había mencionado antes, Cheryl era la hija de mis tíos Diana y Jeal. Tenía unos 18 años igual que yo, y era muy linda. Físicamente muy parecida a mi tía Diana, incluso su pelo también era azul.

—Qué molesto verte otra vez.

Y muy odiosa, por cierto.

—Yo también me alegro de verte— giré a otro lado—. Hola, tío Bruno.

—Hola, belleza.

—¿Cómo estás, tía Helen?

—No tan linda como tú.

Eso es obvio.

Por último miré a mamá y ella me regaló su mejor hipócrita sonrisa.

—Camille.

Caos PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora