Corriendo Con Tijeras

EL Boligrafo Es Mas Puntiagudo Que La Espada

El concepto del infierno es, para la mayoría de la gente, un concepto profundamente abstracto que es casi imposible de comprender una vez que realmente intentas pensar en él.

¿Hay fuego en el infierno? ¿Qué pasa si soy un pirómano y me gusta el fuego? ¿Hay hielo en el infierno? ¿Realmente usan tridentes para torturarnos? ¿Y habrá Wi-Fi? ¿Sera el Wi-Fi infernal súper bueno, pero tienes que comprar algo para obtener la contraseña? ¿Y son los dientes recién arrancados la moneda del infierno? Ese último es muy importante de saber.

Pero comencemos con lo básico: ¿que demonios es este infierno del que todos hablan? Una pregunta para la que nadie parece tener una respuesta definitiva, en parte porque la idea de en qué consiste realmente el infierno depende de la persona.

Para los cristianos, el infierno es un lugar de castigo eterno para los pecadores que no se arrepienten. Si bien no se han dado muchos detalles, el dolor y el fuego generalmente se asocian con él. Pero, ¿qué pasa si, por ejemplo, eres un masoquista al que realmente le gusta el dolor? El sufrimiento sería el paraíso para ti, loco enfermo.

En el judaísmo no existe el infierno, sino una especie de sala de espera de la otra vida que, como no tiene revistas interesantes, también puede constituir una especie de infierno. Para los Tecnópatas de Jebulon IX, el infierno es un lugar donde siempre tienes una barra de señal parpadeando en tu celular y tienes que moverte constantemente para intentar que envíe un correo electrónico realmente importante.

Para dar cuenta de la grave falta de coherencia entre las principales religiones, los autores de todo el mundo han tratado de retratar una versión más accesible del infierno con menos misticismo y más personas apuñaladas.

Dante Alighieri tuvo quizás uno de los relatos más viscerales del infierno hasta la fecha en su "Divina Comedia," una historia que, si nos preguntas, carece de chistes de pedos y penes erectos. Una muy mala comedia. En ella, Dante en realidad mapea el infierno como varios anillos concéntricos, con almas lanzadas a cualquiera de ellos dependiendo del pecado cardinal con el que estaban asociados.

Entra en gran detalle para describir los diferentes tipos de tortura que reciben las personas cuando llegan, que en su mayoría tienen sentido, pero también dice que llegó allí siendo perseguido por un león, un tigre y una mujer lobo. No tenemos ninguna evidencia de que Dante fuera un furro, pero tampoco tenemos ninguna duda. Como tal, su opinión será descartada.

Quizás no haya mejor descripción del infierno que la que dio el existencialista francés Jean-Paul Sartre en su obra "Sin Salida," en la que tres personas son enviadas al infierno, solo para no encontrar fuego ni horquillas, sino una habitación muy acogedora decorada al estilo. del Segundo Imperio Francés. Los tres están encerrados allí por toda la eternidad, torturándose inadvertidamente una y otra vez a base de dramas e inuendos sexuales.

Fue esta obra la que dio origen a la frase más infame y a menudo mal citada de Sartre: "El infierno son otras personas."

Por supuesto, lo que quiso decir con eso es la lucha ontológica perpetua de verse obligado a verse a sí mismo como un objeto desde la vista de otra conciencia, pero eso no impide que los adolescentes nerviosos se lo pongan en camisetas para demostrar lo únicos que son. Más popularmente, se entiende que es una aclamación de que no hay mayor tortura que convivir con otro ser humano.

Peter Katz estaría de acuerdo con ese comentario, si alguna vez le interesaba leer a Sartre, cosa que no hizo, pero le haría un pequeño ajuste.

Para él, el infierno eran otras personas que cuestionaban su gusto por el cine.

—No estoy diciendo que sea una mala película —dijo el hombre sentado al otro lado del pasillo de Peter en el autobús suicida—, solo digo que no tiene ningún sentido que el viejo Biff haya podido regresar al futuro después de darse el almanaque a sí mismo en 1955. Doc lo explica cuando vuelven al presente alternativo.