Capítulo 04: Decepción.

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Ross

El aire de la friolenta noche en New York me es privado debido a mi casco. 

Han pasado alrededor de cuarenta minutos, luego, de la primera anotación de 6 puntos por parte de Dann, y mi cuerpo ya está sudoroso.
Lanzo una mirada a mis muchachos, y asienten ante nuestro plan, taclearon a nuestra ala abierta quién llevaba el balón, así que, de nuevo, iniciamos el conteo para un siguiente juego.

Debo despejar mi mente. 

No he recibido el balón para ninguna jugada en lo que va del primer tiempo. 

Debo concentrarme en este partido. 

El característico temblor en mi mano me tiene gimiendo de fastidio.

Estoy jodido en estos momentos si no logró calmarme; debo buscar algo de tranquilidad, deslizo mi mirada hacia las gradas. 

Colton me notifico la presencia de Meg está noche, agradecería mucho que hubiera llegado hacia los vestidores y motivarnos como cada juego en casa antes de cada partido, pero, Meg se retrasó. 

Mi mirada no logra encontrar su melena castaña, pero, sí encuentra otra muy diferente.

Maya Healy está sentada en las gradas junto a dos personas más en las que no reparo.
Fijo mi mirada sobre ella, y esa simple conexión de miradas de dos segundos es suficiente para que el temblor frene y me ocasione una sensación inexplicable. Ella desvía sus ojos peculiares de mí, así que, no me queda más que continuar con el juego.

Me acomodó en mi posición habitual.

—52 es el middle. —farfullo a mi equipo.

Espero pacientemente el movimiento de entrega del balón para mí.

El centro entrega mi balón; mis muchachos de la ofensiva bloquean los próximos tacles de la defensiva. Corro hacia un lado buscando una buena recepción; mi ala abierta me da su señal. Lanzo el balón hacia el número treinta, correteo en zic zac esquivando jugadores del equipo contrario.

Dann, el número diecisiete y corredor del equipo es interceptado, sabía que harían esto. 

Farkle entrena a sus jugadores para instigar en el campo. 

Veo como Dann aprieta sus manos, está conteniendo su furia ante el matón, la distracción del pase de balones que implementamos funciona, y cuando el número seis me da un pase magnífico directo a mis manos; corro lo suficientemente veloz sobre las yardas.

Escucho a los comentaristas del juego. 

Hablan sobre el brillante mariscal que soy, la grandiosa jugada que hemos accionado, y todo eso me llena de nervios y de adrenalina, trato de que mis pies no se enreden. 

Veo la línea de Touchdown muy cerca. 

Voy a lograrlo. 

Solo una yarda más.

Anoto.

Una anotación increíble de 6 puntos.

¡Joder, sí!

Todos estallan en gritos y soy derribado por Dann en un abrazo, mis compañeros de equipo ríen y dejan ver cuán felices están. 

El equipo contrario nos lanza una mirada llena de odio, esto solo fue el primer tiempo.

—¡Nuestro equipo es el mejor! —escucho el cántico estridente de las animadoras. —¡Los Lions ganarán! ¡Urra, Urra a Ross! ¡Urra, Urra a Ross!

Detesto que me hagan el centro de atención y tener que sonreírles falsamente con coquetería para que se crean la imagen de "Mariscal conquistador" que les he vendido desde que puse un pie en esta universidad.

«Un Cliché Peculiar» (GC #1)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora