Capítulo 23: Arrepentimientos.

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Ross

¡No! ¡No! ¡No! ¿Qué estoy haciendo? ¡Mierda!

Exploto dentro del condón y salgo de ella. 

Me desplomo contra el colchón de la cama suspirando; mi cuerpo está sudado, el olor a sexo inunda la habitación. No puedo quedarme, así que, tan pronto, me recupero, me levantó y comienzo a vestirme. 

Olivia me mira sin decir una palabra, así que, o quiere qué me quede y tendré que rechazarla siendo un idiota o es otra cosa distinta. 

—Podrías quedarte, Ross. —murmura ella frunciendo sus labios y levantándose, dejando caer la sábana que cubría su cuerpo. 

Suspiro porque esto fue una mala decisión, es decir, Olivia Fray es guapa y todo, pero, esto, lo que hice con ella no está bien para mí, y no es bueno para ella; en estos momentos odio ser el idiota porque lo soy.

—Olivia, no. Mira esto... nosotros no estamos allí ¿sí? 

—Ross hemos follado. No puedes decir que no hay algo. —me recrimina y quiero golpearme por seguir tomando malas decisiones.

—Follar no es tener algo. No va a pasar, Olivia. 

—Oh, entonces te crees suficiente para no querer salir conmigo. ¿Qué? ¿No te conformas con la animadora? ¿Quieres escalar más alto? ¿Quizás Tara Andrews? ¿o Rebecca Pulman?, niñas ricas de papi que pueden conseguirte lo que quieras. —acusa y cierro mis ojos. 

No puedo permitir esto. 

—Puedo oler la pobreza emanando de ti, no pienses que no sé reconocer a mis iguales. Podrás verte como el chico engreído de los deportes, capitán y lo que quieras, pero, aunque el mono se vista de seda... —agrega.

No espero más, y salgo de la habitación azotando la fuerza con todo el enojo recorriéndome el cuerpo. 

Sus palabras clavándose en mí como una vez Sabrina lo hizo para mí. 

🏈🩺

Es tan preciosa que duele.

Aprieto mis dientes con fuerza al verla despedirse de Turner con un beso digno de película. 

Trae su cabello suelto rodándole las mejillas en pequeñas ondas; una falda de mezclilla y una blusa de tiras, entonces, lo hace, deja su maldita chaqueta sobre su cuerpo, y eso solo me confirma que va en serio.

Cuándo un chico va por la chica y es oficial; la maldita chaqueta sobre ella es una cuestión de decirle a todos que ella es tuya, y aunque suene primitivo, es lo que se hace, pero, yo no necesitaría de una chaqueta para anunciar a Maya como mi novia; eso simplemente no va conmigo. 

Ese gesto de la chaqueta es cómo si fuera una propiedad y ella no lo es.

Es lo que más me enoja de esto, o eso quiero hacerme creer. 

Ella le sonríe.

Me levanto de mi asiento y giro para alejarme de ellos. 

Es lo mejor que puedo hacer; mis pasos son rápidos, sin embargo, la mirada de Olivia se encuentra conmigo cuándo cruzo hacia el pasillo, por lo que, la ignoro, es más fácil así. 

Solo quiero que este día termine y recién empieza, pero, ella no quiere dejarlo estar, así que, me sigue, y termino deteniéndome para dejarlo en claro que yo nunca le prometí nada, no le dije que quería algo más a parte del polvo; ambos queríamos solo follar, se lo pregunte, y ella acepto. No soy el malo aquí, no como ella me quiere hacer ver. Solo éramos dos universitarios buscando placer y nada más, no hubo promesas falsas ni nada de eso, yo no la engañé. 

«Un Cliché Peculiar» (GC #1)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora