Capítulo 08: ¡Corran por sus vidas!

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Maya

Sí esto fuera una película de adolescentes, sin duda, este momento es tan cliché que asusta.

Me asusta.

Jo me ha arrastrado con ella hacia el estacionamiento del campus. 

Quisiera decir que seré la voz de la razón y decirle que no importa lo que el jodido Parson me ha hecho y solo demos la vuelta, alejándonos de una posible sanción. Sin embargo, camino detrás de ella escabulléndonos entre los autos del lugar.

—Seremos chicas malas esta tarde, May. —pronuncia mi mejor amiga. 

A la par que suelta su icónico peinado dejando al aire libre su melena castaña.

—Soltarte el cabello no es romper las reglas, Jo. —bromeo soltando una risa baja que oculto contra mi mano.

—Oh, no seas tan maldita.

—Me amas. —rió divertida.

—Presumida. —farfulla ella y jala de mi mano para movernos hacia el siguiente auto.

Un Dodge challenger color rojo fabuloso estacionado nos grita "Soy lo que buscan".

Parson es un grano en el trasero, pero, ama a su auto con su vida. 

Es un gran fanático de los autos clásicos, y este auto es el mayor logro que puede llegar a tener ese jodido profesor.

Jo me da un intento de sonrisa malvada. Me coloco a su lado y mi primer movimiento es fruncir el ceño ante los neumáticos pinchados del auto.

¿Qué demonios?

Jo también luce confundida.

—¡Mierda! Alguien se nos adelantó. —murmura ella fastidiada.

Estoy por decir algo, pero, una voz conocida me interrumpe en un saludo.

—Healy, ¿Qué haces? —grita.

Una maldición por lo bajo se me escapa, me giro y el rostro atractivo de Ross Hamilton me hace exaltar.

Trae su cabello pelinegro mojado, supongo, que acaba de salir de su entrenamiento, esos vaqueros le sientan tan bien al igual que su camiseta y chaqueta.

¡Atractivo! ¡Atractivo! ¡Atractivo!

¡Basta, no es momento de pensar en eso!

Deja caer despreocupadamente su presencia ante nosotras.

—Yo... bueno... —trato de buscar alguna excusa o inventar una mentira, pero, no lo logro. Jo maldice a mi lado.

—¡Joder! ¡Debemos irnos, ahora! —escucho el chillido nervioso de mi mejor amiga.

Eso llama la atención de la otra persona que está con Ross, presencia que no había notado y que me hace soltar una mueca.

Dann McDuggents frente a mis ojos me da una sonrisa y comparte un saludo con su mano mientras guarda su teléfono dentro de su chaqueta deportiva de Los Lions.

—¿Por qué debemos irnos? —pregunta, ojos grises y centra su atención en mi mejor amiga.

—Porque...

Jo se queda corta cuando otro grito llena el lugar espantándonos.

Los cuatro giramos la cabeza al mismo tiempo como la niña del exorcista, encontrándonos a un hombre robusto con rostro enojado que aparece en nuestro campo de visión. El uniforme sobre éste me hace soltar un grito de desesperación.

—¡Quédense ahí! ¡Necesito apoyo! ¡Vandalismo en la zona sur! ¿me copian? —grita el hombre con uniforme de seguridad por su walkie talkie.

¡Demonios!

«Un Cliché Peculiar» (GC #1)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora