Capítulo 16: Interés amoroso y reacción explosiva.

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Maya

Sigo mirando el maldito mensaje de Ross en mi teléfono y me sigo preguntando que paso con él.

Entonces, me siento como una desgraciada por huir así el miércoles de la semana pasada. No es que quisiera hacerlo, pero, no quería quedarme a derramar lágrimas por él porque es justo lo que sí quería hacer, quería llorar por escuchar de su boca al culpable de esas crudas cicatrices en su espalda.

No me puedo imaginar como la persona que fue participe de que nacieras pueda hacerte algo así, y ver su rostro, y su cuerpo tenso por mis manos sobre su anatomía me hizo saber cuánto le duele tenerlas; como se avergüenza de ellas, pero, lo único que yo pude sentir mientras las tocaba fue admiración por él.

Me odio mucho justo ahora por no decirle nada cuando huí de su departamento. Lamento mucho haber sido una perra con él, pero, ese mensaje y las fotos publicadas en Twitter con él y una de las animadoras me dolió porque él me había dicho que esa noche era mía. 

Él quería enseñarme algo y de pronto cancelo todo para ir a esa puta fiesta de fraternidad y abandonarme en NYU sabiendo que solo fui allí por él.

Dejo mis cuestionamientos en pausa para seguir mi camino hacia la entrada del campus de Columbia. Guardo mi teléfono en mis vaqueros y cruzo la calle visualizando el nombre de la universidad en grande.

Es un buen lunes. Tuve mi desayuno, los problemas con mi tía no aparecieron, Adrien y yo conversamos mientras comíamos y todo fue felicidad junto a Mandy.

Esos días los valoraba y me daban esperanza, incluso Adrien prometió armar un rompecabezas con Mandy y yo está noche; mi tía pedirá pizza y me imagino con una sonrisa los acontecimientos futuros.

—Hola. Hermosura de Columbia. —escucho decir a mi lado haciendo que detenga mis pasos y gire mi rostro hacia la persona que tengo de pie a mi lado.

Cabello castaño con ondulaciones perfectas que me hacen rabiar al pensar que es guapo, cejas pobladas y delineadas que lo hacen lucir muy bien, nariz respingona, pero, con una curvatura pequeña y no tan notoria en el término, pómulos marcados y su anatomía es el punto intermedio entre ser un chico de gimnasio y no serlo.

Él tiene todo lo físico que me gusta.

—¿Debo creer que esto es una coincidencia? —pregunto hacia él recordando sus palabras en el juego del viernes pasado.

Él coqueteo conmigo sin pudor alguno sabiendo que somos rivales según los fanáticos del fútbol americano. La cosa es que su flirteo me causo mucha gracia que reí con ganas y mi rostro rojo pudo haberse confundido con un sonrojo debido a ello. 

Puedo decir que es guapo, su personalidad y su seguridad hacia sí mismo son cosas buenas para él, sin embargo, no soy de las chicas que coquetean a la primera, no me gusta eso, y por supuesto, se lo deje claro esa noche.

—Recuerdo decirte que nuestro encuentro fue el destino, hermosura. Y el hecho de que este aquí ahora solo comprueba mis teorías. —pronuncia sonriendo y colocando sus manos en sus bolsillos.

Luce muy confiado y quiero restarle puntos por eso, a pesar, de que se ve muy apuesto.

—Escucha... cómo sea que te llames. Diablos, no recuerdo tu nombre debería eso significar algo para ti, por lo que, no. No quiero salir contigo. —me apresuro a decir un poco fastidiada por tener que arruinar mi ánimo justo ahora.

—Jadeen. Mi nombre es Jadeen, cariño. Y no soy de los que retroceden. Me pareces muy guapa y quiero una oportunidad de una cita contigo. —menciona seguro y brindándome una vista de sus brazos flexionándose para acomodar su cabello batiendo esos rizos que están jugando en mi contra.

«Un Cliché Peculiar» (GC #1)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora