Capítulo 43

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– ¿Te sientes bien, Hayato-chan?

– No – Murmuró con la voz amortiguada por la almohada.

– ¿Quieres que te traiga algo para el dolor?

Shinomiya asintió aun con la cara enterrada en la almohada, lo que provocó la risa del mayor antes de que saliera de la recámara en busca de alguna medicina. Estaban ya duchados, comido una rica cena que hizo Asuma, y ya en la cama; pero Hayato no pudo soportar más el dolor.

De seguro mañana estaría peor.

No solo por el hecho de que finalmente habían tenido intimidad, sino también porque tuvieron sexo en una bañera. ¿A quién se le ocurre coger en una bañera? Eso es una mala idea, las piernas se le entumieron y más de una vez chocó con la loza de la tina.

Que lo caliente no quite lo inteligente, por favor.

El mayor se tomó realmente su tiempo en buscar la medicina. Shinomiya ya estaba pasando a dormirse con todo y el dolor cuando la voz de su senpai le despertó de nuevo.

– Aquí. Lo encontré – Venía con una pastilla y un vaso de agua.

Hayato se medio incorporó, porque pensó que sentarse solo agravaría el dolor. Se puso la pastilla en la lengua y luego se la pasó con el agua, esperando que hiciese efecto rápidamente. Mutsumi se dedicó a acariciarle los cabellos.

– ¿Mejor? – Le preguntó.

– Sí – A lo mejor no físicamente, pero en términos psicológicos, Shinomiya sí se sentía mejor.

– Quizá sea momento de ir a dormir, mañana tenemos escuela y...

– No voy a ir – Se quejó el menor, con la cara nuevamente enterrada en la almohada – Mi ropa está mojada, solo tengo unas bragas pervertidas y dolor en el trasero.

Asuma se sintió culpable solo por lo último.

– Lo siento. Te había dicho que debíamos esperar.

– Lamento no haberte hecho caso, hubiésemos esperado al menos a fin de semana. No quiero faltar por ser del comité, pero ir así... ugh, me duele de solo imaginarlo.

Mutsumi decidió no pelear más con su niño así que se acostó bien en la cama y los tapó a ambos. Quizá podría pensar en algo para compensar a Shinomiya.

– ¿Asuma?

– ¿Uhm?

– Buenas noches, te quiero – El mayor sonrió ante las palabras ajenas.

– También te quiero, y buenas noches para ti, Hayato-chan.

><><

Kae estaba intentando conectar las piezas del rompecabezas cuando ni Nanashima ni Shinomiya se presentaron a la escuela al día siguiente.

A su compañero no le vio en su salón de clase e Igarashi tenía una mirada abochornada.

De Hayato, tampoco lo vio en la junta, pero Mutsumi realmente no revelaba nada con su cara pacífica.

Fuera de su propio problema con las dos chicas enamoradas de ella, seguía siendo una fiel amiga con sus compañeros; y claro, también seguía siendo una fujoshi.

– ¿Qué pasó?

– Shinomiya-kun se enfermó.

– Nana también.

– Ah mira, qué coincidencia – Expresó ante las respuestas. Claramente no se creyó ninguna – Los 2 se enfermaron ayer y no vienen hoy. Ayer, el día de San Valentín.

– Y un día con mucha lluvia – Recordó Igarashi. Mutsumi asintió ante su punto.

– ¿Qué tan tonta parezco? – Preguntó. Luego recapacitó – No, por favor. No me respondan.

Los dos chicos se mantuvieron en silencio. Las miradas que se intercambiaban eran como un código morse. El mensaje era: si tú me ayudas, yo te ayudo. No importaba que hubiera pasado con cada uno el día anterior.

– Serinuma – Le llamó Yuusuke – Ahí vienen tus novias – Y señaló detrás de ella.

Cuando Kae se dio la vuelta asustada, notó que no había nadie. Al regresar la vista, No había ninguno de los 2 chicos. Negó divertida.

Había cosas que no podían ocultarse. 

¡Me Gustas, Senpai!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora