Shinomiya y Mutsumi ya habían terminado su malteada de chocolate, así como Kae y Shima sus paletas, cuando vieron pasar al rubio junto a ellos de forma rápida. Nanashima solo alcanzó a tomar sus cosas de manera fugaz y a decir un rápido adiós, sin mirar a nadie, mientras que salía a toda velocidad de la heladería. Todos se preguntaban el porqué de su actitud, cuando la respuesta se les fue puesta enfrente.
Igarashi había llegado con ellos con un rostro bastante inexpresivo; sus ojos no reflejaban ningún sentimiento, incluso parecía más muerto que vivo. Se sentó de nuevo en su lugar pero no dijo ni una sola palabra. Shinomiya enseguida supo que de su pequeña charla nada bueno había salido. Entonces sintió que el lugar a su lado de desocupaba, por lo que giró el rostro para ver al causante de esto.
– Necesito irme, los veo mañana chicos – Mutsumi tomó sus cosas y salió también a paso rápido del local, dejando confundidos a los otros chicos de menor grado. El castaño no evitó observar detenidamente a su senpai, y pudo ver la clara mueca de preocupación impregnada en todo su rostro.
No había duda, Asuma había ido detrás de Nana.
Sin saber por qué, aquella frase le había producido un dolor horrible en el pecho y unas inmensas ganas de llorar.
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Cuando Asuma logró alcanzar a su Kohai fue luego de dos esquinas y media. Cielos, el rubio corría bastante rápido, y era obvio dado que jugaba futbol. Cuando le tocó el hombro, Nozomu enseguida se puso rígido y su cuerpo comenzó a temblar; no fue hasta que los ojos verde limón del contrario le vieron que se tranquilizó, pero había algo más ahí. Sus párpados estaban hinchados.
Nanashima había estado llorando.
– Nanashima-kun, ¿Qué ocurre? – Le preguntó con delicadeza. Uno de sus amigos se encontraba muy mal, y era su deber como senpai y amigo ayudarle en los peores momentos. El rubio se talló los ojos con su sudadera naranja, negándose a ver al pelinegro.
– N-No es nada – Le intentó convencer, pero era obvio que con la voz quebrada y temblorosa, no le iba a creer. Asuma dio un vistazo rápido al menor. Tenía los párpados, nariz y mejillas rojas, sus ojos aún estaban humedecidos, la extrema expresión de tristeza plasmada en cada parte de su ser. A Mutsumi le dolió verlo así, porque era su amigo.
Y entonces se imaginó al pequeño Shinomiya en una situación así, y su corazón se estrujó aún más.
– Ven aquí – Le pidió mientras se acercaba a él con los brazos abiertos. Nozomu no hizo ningún gesto por apartarse, por el contrario, correspondió al abrazo con más fuerza mientras hundía su rostro en el suéter verde oscuro de Mutsumi – Ya, tranquilo; puedes desahogarte, estoy aquí contigo – Le susurró acariciándole sus rubios cabellos. Entonces pasó, Nana se desahogó junto a él.
Mientras su Kohai lloraba escondido entre su pecho, el pelinegro se puso a pensar la situación. Aquella pelea, sea cual fuese, que el rubio e Igarashi habían tenido, había sido más fuerte de lo que parecía; pues para dejar a Nozomu de esa forma, tan débil e indefenso, hizo falta calar en lo más profundo del de ojos verde limón, hasta el punto de dañarle. Ya luego preguntaría qué había pasado, por el momento su prioridad era otra.
– G-Gracias... Mutsumi-san... – Apenas y fue un susurro, pero el pelinegro fue perfectamente capaz de escucharlo. Nanashima le estaba agradeciendo, aun cuando pareciese que iba a colapsar en cualquier momento, era una señal de que se encontraba un poco mejor, pues hasta su llanto había bajado de volumen, pero le seguía abrazando.
– No hay de qué... – Logró contestarle también en un susurro, mientras seguía acunándolo como a un niño pequeño que llora porque se rompió su juguete favorito. Se prometió a sí mismo que haría lo posible para que sus amigos no saliesen dañados bajo ninguna circunstancia; que a partir de ese momento, cuidaría de Nanashima, porque el chico no merecía ser dañado en lo absoluto.
Y también se prometió, que protegería a toda costa a su pequeño ángel, Shinomiya Hayato...
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¡Me Gustas, Senpai!
FanfictionDespués de que Shinomiya presenciara como es que Mutsumi-senpai había rechazado a una chica y no por la "culpa" de Kae, se comienza a preguntar qué es lo que ronda por la mente del chico de tercero. No le gustaba Serinuma, y parecía que no le gustab...