– Ah... Bueno... yo... – Shinomiya se encontraba cada vez más nervioso, y la mirada de Mutsumi no le ayudaba para nada. Finalmente, respiró hondo, y con fuerza le dijo en algo que pareció casi un grito – ¡Hice estos chocolates para ti! – Y le estampó la caja color verde en el pecho, intentando no desmayarse.
– ¿Para mí? – Preguntó, como si no pudiera creerlo. Es cierto, había recibido muchos chocolates ese día, pero... recibir uno de Shinomiya... le llenó el corazón por completo – ¡Muchas gracias, Hayato! – Fue tanta la felicidad que incluso se le olvido el "–kun". Cuando el mencionado alzó la vista para ver al mayor, casi jura que le vio brillitos rodeándole el rostro.
– N-No es n-nada... – Murmuró apenas, pero el sonrojo no bajaba, y tenía una linda sonrisa adornando su rostro. Su corazón latía frenéticamente y se sentía sumamente feliz – ¿Asuma-senpai? – Preguntó confundido cuando sintió los brazos del mayor envolver su cuerpo.
– Solo... llámame Asuma...
Y entonces, Mutsumi le besó.
><><
– Kirari estará muy molesta conmigo porque no pasaré San Valentín con ella – Murmuró el rubio, pensando en su hermana que debería estar molesta y lloriqueando que su adorado Onii-chan no estará con ella.
– Pero es más lógico pasar San Valentín con tu Valentín que con tu hermana menor, ¿no crees? – Preguntó con Ironía el pelinegro.
– ¿Sabes? Ya me estoy arrepintiendo de haberte pedido ser mi Valentín – Dijo molesto. Nanashima fulminaba con la mirada al otro chico, a quien parecía no importarle. Se estaban yendo a casa de Igarashi.
Habían acordado pasar el resto del día juntos en casa de Yuusuke, quien casualmente se había quedado solo. Oh más bien, este decidió por ambos y no le dio tiempo a Nana de quejarse o rechazarlo. Así que, ahí estaban ambos, en la puerta de casa de Igarashi.
– Los princesos tsunderes primero – Dijo con burla el mayor al abrir la puerta, dejándole el paso libre a Nozomu para que pudiera pasar.
– ¡No soy un princeso tsundere! – Gritó enojado, pero aun así pasó primero. El pelinegro rodó los ojos. Vaya que sí era un Princeso Tsundere – ¿Y bien? ¿Qué haremos?
– Estaba pensando en tomar un baño – Los ojos púrpuras de Igarashi miraron al rubio con una clara indirecta; indirecta que Nana no pasó desapercibida y mando al carajo.
– Tú abajo, yo arriba, ¿De acuerdo? – Advirtió, sabiendo que era lo que la mente pervertida de su compañero estaba pensando. ¡¿Qué carajos?! ¡Hace unos días a ninguno se le pasaba por la cabeza que era gay! El menor sabía que en la casa había dos baños, pues había ido unas cuentas veces – Tomaré prestada algo de tu ropa, te veo en tu habitación.
Nozomu no se había percatado de lo mal que había sonado aquello, así que cuando Yuusuke le mandó aquella mirada pervertida por segunda vez no supo a qué se debía. Tardó unos segundos en comprender, casi un minuto; pero cuando lo hizo, los colores se le subieron al rostro.
– ¡No seas pervertido y lárgate al baño! – Ordenó, logrando su cometido con Igarashi riendo a carcajada suelta de lo ocurrido.
Nanashima subió las escaleras hasta entrar al cuarto del pelinegro. Buscó una playera de Igarashi que fuera cómoda para él, y terminó por escoger una blanca con el estampado de la sombra de un dragón color negro en el centro de la prenda. Era bastante ancha, por lo que aquello significaba comodidad y mayor libertad de movimiento.
Como no quería ser una molestia con respecto a la ropa de Yuusuke –aunque el muy puto se lo merecía (Pensamiento random de Nana)– decidió que con unos bóxers sería suficiente. Infló los mofletes al ver que la mayoría eran bastante anchos, y seguro se le estarían cayendo a cada rato. Así pues, se metió en el mueble hasta que encontró unos más pequeños.
– ¿Pero qué? ¡Estos son míos! – Gruñó enojado al ver que la ropa interior que tenía era una suya que había desaparecido hace tiempo. Tal vez la dejé olvidada aquí, igual ya no vengo mucho a casa de Igarashi... Fue lo que pensó. Tomó los bóxers color naranja junto con la camisa y se fue al baño.
¿Cómo carajos le haría Igarashi para vestirse si su ropa estaba arriba?
A Nozomu no le importaba, así que se metió al baño para comenzar a ducharse. A los pocos segundos, el pelinegro subió a su habitación para tomar sus prendas y se encontró con lo que parecía ser la catástrofe de un tornado que había arrasado su ropero.
Miró hacia la puerta cerrada del baño y negó con la cabeza. Tomó su ropa y bajó de nuevo para darse una ducha...
ESTÁS LEYENDO
¡Me Gustas, Senpai!
FanfictionDespués de que Shinomiya presenciara como es que Mutsumi-senpai había rechazado a una chica y no por la "culpa" de Kae, se comienza a preguntar qué es lo que ronda por la mente del chico de tercero. No le gustaba Serinuma, y parecía que no le gustab...