Capítulo 3

4.5K 714 147
                                    

Pronto, ambos llegaron al aula de Kae, donde parecía que Igarashi y Nanashima se peleaban por la atención de la chica, que en realidad no le hacía caso a ninguno, porque se encontraba muy feliz hablando con la chica de primer año y su compañera de clase.

– Serinuma-san, aquí tiene el libro que me prestó – El mayor dejó el objeto en los brazos de la chica, quien lo recibía y agradecía por traérselo de regreso. Shinomiya por su parte, no apartaba la mirada de los dos chicos que seguían peleando sin motivo aparente.

– ¿Qué pelean ahora? – Preguntó con fastidio el castaño, mientras miraba desaprobatoriamente a ambos chicos compañeros de clase de la chica de ojos verdes y la que supuestamente era su crush. Igarashi y Nana se detuvieron.

– Nada importante – Comentaron ambos al mismo tiempo, mientras cruzaban los brazos sobre el pecho y desviaban la mirada hacia distintas direcciones. Hayato recordó entonces que algo parecido había pasado con las dos chicas cuando no compartían la misma pareja, pero... ellos dos no podían pelear por lo mismo, ¿cierto?

– Estos chicos se van a matar~ – Una voz cansada se dejó escuchar como un pequeño tarareo, y Shinomiya se dio cuenta de que provenía de Shima, quien se había apartado de Mutsumi y Serinuma que parecían inmersos en hablar de aquel libro.

– ¿Sabes por qué pelean, Nishina-san? – Preguntó el chico.

– De alguna manera, Nanashima-senpai está celoso de que Igarashi-senpai salgo con otros chicos – Cabe aclarar que de cierta forma, aquello se tomó muy extraño, como si fuesen una pareja de novios que estaban peleando, lo cual, no eran.

– ¡No estoy celoso! – Nanashima interrumpió con aquel estruendoso grito irritado y las mejillas levemente coloreadas en rojo – Es solo que estoy enojado porque prefirió salir con otros chicos, que conmigo, que soy su mejor amigo y quién ha estado junto a él desde que éramos niños – De nuevo, el rubio volvió a su pose defensiva.

– No seas paranoico Nana, también puedo salir con otros amigos, no eres el único que tengo; tú también deberías hacerlo y dejar de joderme – Ahora sí, el pelinegro de cabello corto la había cagado, y mucho. Su compañero de clase se giró para encararlo.

– Bien, supongo que a ti te gustaría que tu mejor amigo saliera con otros tipos sin decirte nada a ti, te gustaría sentirte reemplazado ¿no? ¡Perfecto! Porque lo haré – El rubio no dijo ninguna otra cosa mientras se alejaba de ahí yéndose a quién sabe dónde.

– ¡Ash! ¡Qué infantil! – Igarashi se llevó las manos al cabello debido a la frustración. Luego dio media vuelta, y también se alejó de ahí, por el lado contrario donde Nanashima había desaparecido.

– Y yo pensaba que se peleaban por Serinuma-senpai – El comentario de Shinomiya no iba dirigido hacia nadie en especial, pero Nishina lo escuchó perfectamente.

– Hubiera sido mucho mejor que pelearan por la atención de senpai y no por su amistad – Habló con sinceridad la chica de primer año – Va a costar un poco el que vuelvan a ser amigos pero creo que podrán resolver sus conflictos.

– Cuando tú y Serinuma-senpai se pelearon tuvimos que ayudarlas – Bueno, el castaño tenía un muy buen punto. ¿Por qué no ayudar ahora a los otros dos chicos de la misma forma?

– Pero senpai y yo somos chicas, además de que era por algo completamente diferente. No obstante, esto es cosa de ellos, es su amistad la que está en juego por sus propios problemas, deben enfrentarlos solos – Explicó la chica, mientras Shinomiya no sabía si creerle o no.

– No está bien dejar a un amigo solo – La voz de Mutsumi se escuchó en la conversación de las dos personas de primer año, y tuvieron que aceptar que el pelinegro tenía razón – Debemos ayudarlos, somos sus amigos también – Kae apareció detrás del pelinegro, estando de acuerdo con su propuesta.

– Estamos a punto de terminar las clases, podemos ayudarlos después de ellas – Comentó el castaño, y los otros tres asintieron ante su propuesta. No podían faltar a clase.

– Entonces después de clase será – Confirmó Serinuma, antes de que los otros le contestaran afirmativamente. La chica se despidió, dio media vuelta y entró a su salón. Shima también lo hizo, dejando a los dos chicos solos, de nuevo.

– Shinomiya-kun – Le llamó el pelinegro.

– ¿Pasa algo, Mutsumi-senpai? – Preguntó, curioso por saber qué le diría Asuma.

– Prométeme que tú y yo jamás pelearemos de esa forma – Shinomiya sintió las mejillas calientes y el corazón golpeándole fuertemente en el pecho. Curvó un poco sus labios, casi como una sonrisa.

– Jamás de los jamases, Mutsumi-senpai; lo prometo...

¡Me Gustas, Senpai!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora