Capítulo 17

3.4K 612 160
                                    

Kazuma miró con detenimiento al chico que había soltado el grito, logrando así que Nanashima se le escapara cuando se alejó de él. Aquel pelinegro de mirada púrpura estaba irradiando furia por cada poro de su piel. Sonrió divertido al ver la reacción del alumno. Igarashi, si mal no recuerda; su intento por molestar a Asuma habían fallado, pero había descubierto otro pasatiempo.

Además, por la forma en la que su hermano menor protegía a aquel castaño de complexión pequeña y delgada, intuía qué ese chico lindo, era la persona por la cual su hermanito se volvía loco. Oh vaya, sí que iba a divertirse durante sus días de practicante en esa escuela. Quizá, molestar a su alumna de cabello negro purpurino también fuese divertido...

No, definitivamente no. La mirada matadora de la chica de cabellera negra verdosa le hizo saber que si se metía con su alumna las cosas no iban a ser bonitas para él.

– Bueno, supongo que me dejé llevar – Comentó como si nada mientras se encogía de hombros, restándole importancia al asunto – Nos vemos luego – Se despidió sonriente mientras se alejaba del grupo de amigos.

– Eso fue extraño – Comentó Serinuma, pues aunque la escena yaoi que su maestro practicante había protagonizado con su compañero de clase le había encantado, sentía que el ambiente ahí era demasiado tenso. Las fotos que había tomado las mantendría escondidas, y con una mirada rápida a Nishina quedaron en que no hablarían del tema por un rato.

– Nana, ¿Estás bien? – Preguntó Igarashi cuando llegó frente a su mejor amigo, el cual estaba abrazándose a sí mismo mientras temblaba aun en shock por lo que le había ocurrido hace unos momentos – ¡Nana! – Le gritó de nuevo, porque parecía que no le había escuchado.

– S-Sí, estoy bien – Confirmó el rubio, mientras intentaba recobrar la compostura. Yuusuke entonces se dio cuenta de que las mejillas de su mejor amigo estaban bañadas en un intenso color carmín, lo que hizo que pusiera una mueca de molestia en su rostro – Hay que irnos – Dijo Nozomu, mientras caminaba a paso veloz hacia su salón, con Igarashi, Serinuma y Nishina detrás.

– Shinomiya-kun – Llamó el mayor cuando se dio cuenta que les habían dejado solos. El castaño le miró con sus grandes y bonitos ojos color miel, mientras Asuma comenzaba a caminar tomando la mano del menor – No quiero que te acerques a mi hermano, ¿De acuerdo? – Le pidió amablemente, pues en serio no quería que su angelito estuviera cerca de Kazuma.

– E-Está bien – Respondió Hayato, sintiendo el corazón golpeándole fuerte en el pecho debido a que Mutsumi le había tomado de la mano mientras caminaban hasta su aula. Era algo cotidiano, que el pelinegro castaño le llevase hasta su salón y que luego se vaya al de él. Como si quisiese asegurarse de que llegaba sano y salvo a sus clases.

– Nos vemos después, Shinomiya-kun – Se despidió el mayor mientras le dejaba en la puerta del aula. El castaño sentía las miradas de todas las personas de su clase, en especial la de la chica rubia quien había sido la culpable de todo lo que le había ocurrido y donde descubrió que amaba a Mutsumi-senpai. Se sentía avergonzado pero feliz.

– Hasta luego, Mutsumi-senpai – Se despidió también, pero antes de que Asuma se fuera, alcanzó a darle un fuerte abrazo, enterrando su cara entre el suéter verde del chico. El de mirada verde correspondió al abrazo de su Kohai y le dio un beso tierno en la coronilla. Demonios, aquel dulce pequeño iba a volverlo loco. Cuando se separaron, dijeron un adiós más antes de irse por su lado.

Lo que ninguno de los dos vio, fue al maestro practicante de segundo apoyado en la pared del pasillo, mirando con sus ojos afilados y con una sonrisa divertidamente peligrosa al castaño...



¿A alguien aquí le gusta el AdriNath? Quizás suba algo(?)...

Dato: No me he visto el capítulo de hoy, y quizá no lo vea hasta después de navidad.

¡Me Gustas, Senpai!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora