La mujer de cabellera castaña ceniza hasta los hombros miraba detenidamente a los dos chicos que estaban en la puerta. Ella estaba muy sorprendida por la escena, pues no se esperó ver a su único hijo con otro hombre en la entrada de su casa. Mucho menos se imaginó ver a su niño vistiendo de la forma en la que estaba en ese momento.
El ambiente era muy tenso e incómodo, hasta que fue Mutsumi quien lo rompió.
– Shinomiya-san, un gusto conocerla – Dado a que el chico de tercero no conocía el nombre de la madre de Hayato, utilizó el apellido que ya conocía y que debía ser el mismo que el de la mujer. Asuma dio una reverencia y sonrió hacia la dama, quien le miraba estupefacta – Me llamo Mutsumi Asuma – Y le dio la mano en espera de que ella la tomara.
– El placer es mío, Mutsumi-kun – Correspondió el saludo. No dijo su nombre, no porque no quisiera o porque quería ser contante, sino porque en ese momento se le pasó por alto. La mirada grisácea de la mujer pasó del mayor, hasta su hijo que seguía en la entrada sin saber qué hacer – Hayato, ¿Podrías decirme que pasa aquí? – Exigió saber.
– B-Bueno, es que, y-yo... – Las palabras simplemente no salían de la garganta del chico. Se sentía atrapado, pues no les había dicho nada a sus padres con respecto al tema.
– Fui al cine con su hijo – Dijo por fin Asuma, de forma un tanto nerviosa y abochornada. Si bien aquella respuesta tenía pinta de ser la de dos amigos en una ida al cine, con la ropa que el menor de ahí tenía puesta, estaba en claro que no lo parecía mucho. Hayato maldijo a Kae en ese instante.
– Pasen, los dos. Tenemos que hablar – Ordenó ella.
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– Hayato, ¿Estás diciendo que saliste de casa y no me lo informaste? – Le preguntó la madre a su hijo. Las mejillas del mencionado se tornaron rojas por la vergüenza. ¡Obvio no iba a decirle que saldría en una cita! Sin embargo, tampoco dijo que saldría fuera de casa, así que su actuar fue bastante irresponsable.
– Lo siento Mamá, pensé que llegarías más tarde – Con esa respuesta quiso abofetearse. Había dejado en claro que pensó que su madre llegaría más noche y no se enteraría de que Salió. LE iba a ir muy mal después de esto.
– Hayato-kun, te dije que pidieras permiso – Comentó Mutsumi. Y en parte sí, su senpai se lo había dicho, como la persona responsable que es. Pero él no le obedeció, porque realmente pensó que podría escaparse de su casa y que luego sus padres no se enterarían. Fue estúpido de su parte.
– Ahora, Mutsumi-kun – La mujer se dirigió hacia el mayor, dejando al de primer año respirar tranquilo por breves segundos – ¿Cuáles son tus intenciones con mi hijo? – Le preguntó con una ceja curveada. El menor de los Shinomiya estuvo a punto de gritarle a su madre sobre aquella pregunta, pero la mirada furtiva de ella le mandó a callar. Asuma suspiró antes de responder.
– Me gusta, no solo por su físico, sino también por su personalidad. Eso es lo que hizo que me enamorara de él. No tengo ninguna intención mala si es lo que pregunta, porque en realidad quiero protegerlo, mimarlo, ayudarle en lo que pueda, y también hacer de él una persona responsable que pida permiso si va a salir de casa – El sermón divertido fue dirigido hacia Hayato, quien se sonrojó aún más con eso – Lo que quiero decir, es que quiero a su hijo tal y como es, no voy a obligarlo a nada, e iré a su ritmo para que se sienta cómodo.
– Ya veo... – Habló ella sorprendida, por todo el discurso que el pretendiente de su hijo único le había dicho. Tanto hijo como madre estaban bastante conmovidos por las palabras de Asuma.
– Si usted me lo permite – Volvió a hablar Mutsumi – ¿Me daría el honor de salir con él, por favor? – La madre pareció pensarlo unos segundos. Ambos chicos temían la reacción de la mujer.
– Bien, de acuerdo. Tienes mi consentimiento para salir con mi hijo – Fue la respuesta que dictaminó ella. Finalmente, ambos pudieron tranquilizarse con esas palabras – Pero si van a salir, quiero a Hayato aquí a las nueve, ni un minuto más – Puso condiciones.
– ¡Pero, Mamá! – Intentó quejarse el menor.
– A las nueve estará aquí, señora. Lo prometo – El castaño infló las mejillas en un berrinche al ver que tanto su madre como su... ¿Ah? ¿Senpai? Estaban de acuerdo con traerlo a casa a las nueve.
Mutsumi se dio cuenta que su suegra era bastante agradable.
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– Entonces, ahora sí, adiós, Hayato-kun – Se despidió nuevamente el mayor, pero esta vez no hubo beso en los labios. A Mutsumi le dio pena sabiendo que la madre del chico les veía desde la puerta. Pero eso no evitó que le besara la mejilla, que no tardó en tornarse roja.
Cuando Asuma desapareció de su vista, Shinomiya cerró la puerta y soltó un gran suspiro de alivio. Todo el asunto más la película de terror que recordó en el peor momento le tenían con el corazón latiendo al límite. Iba a huir a su cuarto cuando su madre se paró frente a él, con el ceño fruncido.
– ¿Estás molesta porque no te dije que estaba saliendo con un chico? – Se atrevió a preguntar. Ella negó con la cabeza lentamente.
– Estoy molesta porque saliste con un chico ¡Vestido así! – Le dijo mientras miraba su ropa. Hayato no la culpaba. Incluso él se sentía molesto consigo mismo – Tienes suerte de que Mutsumi-kun es alguien amable, otro ya hubiera abusado de ti.
– Pero no pasó, Mamá – Se quejó él.
– ¡Eso no importa! ¡Vete a tu cuarto! – Le ordenó ella molesta. Hayato fue hasta él con rapidez, y desde ahí escuchó otro grito de su madre – ¡Y cámbiate eso que tienes! ¡No quiero volver a verte usándolo, jamás! –El hijo obedeció; no quería enfadar más a su madre
Shinomiya suspiró visiblemente más tranquilo. Ya la tormenta había pasado, era tiempo de la calma...
Aviso que jamás escribiré otro capítulo tan largo, ufff.
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¡Me Gustas, Senpai!
FanfictionDespués de que Shinomiya presenciara como es que Mutsumi-senpai había rechazado a una chica y no por la "culpa" de Kae, se comienza a preguntar qué es lo que ronda por la mente del chico de tercero. No le gustaba Serinuma, y parecía que no le gustab...