21. Al menos estábamos juntos.

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"Iré a casa en unos días, hablaremos entonces"

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"Iré a casa en unos días, hablaremos entonces"

La frase de papá daba vueltas en mi cabeza sin parar, ya que como dije antes, cuando papá atraviesa esa puerta, es porque había problemas... y eran serios.

Cuando papá habla de manera tan seria, realmente no sabes si es que te esta amenazando o si te está esperando una charla verdaderamente seria. Aún así, cualquiera de las opciones era mala, porque solo significaba o que lo había hecho enojar mucho o que lo lastime y eso me dolería a mi de igual manera que a él.

Aún así, yo tenía muy en cuenta lo que él había dicho, también sabía muy bien que mi papá es un hombre de palabra, si dice que vendrá es porque lo hará y aquí estaba yo, esperando su llegada.

Al saber que él vendría, decidí quedarme el mayor tiempo posible en casa, porque quería que me encuentre, que supiera que no soy una cobarde que corre de los problemas que yo misma hice... aunque bueno, a veces lo soy.
Por lo tanto, había pasado unos días sin ver tanto a Alex, me limitaba a mi misma a verlo solo en el liceo y me quedaba un rato más con él a la salida, charlábamos un rato y nos besábamos haciendo un poco de manitas, pero se notaba que eso no nos alcanzaba. Aún así, no podía pasarme tardes enteras en su departamento o incluso días, necesitaba hacer presencia en mi casa y tampoco era una buena idea que él viniera, ya que se olían los problemas en el aire... básicamente no quería que Alex termine en medio de un conflicto armado.

Y aquí estaba ahora, sentada en el sofá de la sala, viendo la novela de la noche junto a mamá y Nara, quien sabía bien que los problemas se acercaban, no solo para mi, sino que para ella también.
No ha querido estar en su casa hoy y lo entiendo, han dormido a su padre, no le queda mucho tiempo, ella no lo quiere ver así, pero aún así, su tía quería que se quede hasta el último momento posible, así que es ella quien se quedará con él hasta que llegue el momento definitivo.

Tome su mano, viendo como ella se llevaba una fritura a la boca, admirando su calma, la cual es muy difícil de quebrantar. Nara ya está haciendo duelo, no solo porque viste de negro, sino porque en su corazón, ella ya aceptó que su papá ya debía irse, que le dolía y merecía no sufrir más, así que, en su silencio casi asesino, ella estaba empezando a sanar.

Su celular se iluminó en su pecho y ella lo miró con los ojos entrecerrados, la luz de su celular le molestaba en la oscuridad de la sala.

—Keila está por llegar— me informó.

Me levanté del sofá, con Nara siguiéndome, mientras ambas nos dirigíamos a la puerta para abrirle a nuestra amiga.
Ambas esperábamos algo tranquilo, pero al abrir, vimos cómo Keila y Max caminaban lo que les quedaba de vereda de forma muy seria. Nuestra amiga caminaba de brazos cruzados sobre su pecho, pero con la campera de su novio sobre sus hombros. Max caminaba a su lado con una expresión seria e incluso me atrevería decir que enojada.

Es muy raro ver a Max enojado, en especial porque algo muy malo tiene que pasar para que él se ponga así. No me sorprendería que Keila estuviese enojada, en especial porque ya sé que no lo está, simplemente está triste, pero una de las horribles cosas que aprendió con Marco fue camuflar sus emociones.

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