Ella solo quería ser amada, pero la gente la malinterpretaba cuando ella decía eso.
Ella no necesitaba un chico o una chica, no necesitaba ni quería un amor ajeno, ella quería el suyo, quería amarse, quería mirarse al espejo y sentirse que era lo ún...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Este es otro tipo de tensión.
Se que a estas alturas yo ya debería de estar acostumbrada a la mirada de Alex, a esos juegos silenciosos que a él le gusta jugar, a su forma de seducirme aún con una mínima elevación de sus comisuras y esa forma que tiene de tomarme del muslo mientras maneja, aunque su amigo lo estaba viendo, aunque mis amigas nos estaban mirando, el solo parecía verme a mi y eso me gustaba.
Note como la música que sonaba dentro del auto era música que yo le había recomendado y apreciaba ese detalle, significaba que él me escuchaba cuando hablaba de música como si se tratase de una forma de salvar al planeta y era importante para mí, además, sin querer esto se había convertido en algo nuestro, ahora ambos compartíamos su radio.
No podía sacarle los ojos de encima, simplemente me encantaba verlo conducir, se veía tan maduro y tan seguro de lo que hacía. Dios ¿por qué te empeñaste tanto con este hombre?
—Amber— Keila me llamo y solo en ese momento noté que me estaba mordiendo el labio.
—¿Si?— trate de salir de mi estado de trance mientras volteaba a mirarla.
Ella se pasó la mano por los labios y el mentón, mientras ponía los ojos en blanco como si estuviese extasiada. Es su forma de decirme que se me está cayendo la baba.
Justo en ese momento llegamos al club, fui salvada por la campana y una vez que Alex estacionó en un lugar debido, nos bajamos. Camine hacia la entrada con seguridad, no suelo hacer fila aquí pues todos conocen a mi padre y nos hacen preferencia a mi y a mis hermanos.
—¡Robert!— me acerque al portero y lo abracé.
Él es amigo de papá de hace muchos años, desde que se abrió este lugar él trabaja aquí y es cierta seguridad para mí que él esté aquí porque sé que si tengo algún problema él me defenderá, en especial hoy...
Ver a Óscar luego de lo qué pasó en la biblioteca no era algo que me apeteciera mucho en mi cumpleaños, tampoco lo hará en el próximo tiempo, pero aún así trate de actuar lo más normal posible, no quería pelear, ni arruinarle la noche a los demás.
Estaba algo nerviosa, no solo por Oscar, sino por la ropa que llevaba puesta, pues me vuelvo muy consiente de mi misma en momentos donde expongo las cosas que me hacen sentir insegura, pero aún así no podía ocultarlo, solo me quite la gabardina, con el coraje que me había dado el primer trago y estudié la reacción de Alex al verme.
El rojo es un color poderoso, no hay duda de eso y llama mucho la atención, cosa de la que no soy fan, pero aún así, no podía negar que me sentía muy cómoda con esta ropa, no se sentía ajustada, pero tampoco suelta, era la combinación perfecta y yo me estaba convenciendo de que no tenía que acomplejarme por mi cuerpo, al final del día él ha resistido mucho para llegar aquí hoy.
Al notar como Alex me miraba de arriba a abajo, no pude evitar contonearme un poco, me tentaba mucho la forma en la que él no parecía prestarle atención a mis imperfecciones, de hecho, no lo son, solo te hacen creer que lo son y Alex parecía tenerlo claro.
