Ella había luchado durante tanto para levantarse de su cama con un poco de esperanza, le resultaba tan injusto que ahora la quieran volver a mandar a ese infiero, pero no sabía que tenía tanta fuerza, no conocía su propio potencial.
Narra Amber: El instituto se sentía diferente.
Yo ya no me sentía Amber la gordita tierna que se sienta en un rincón a leer libros con sus amigas, me siento Amber la tonta que es la apuesta de los bad boys del momento.
Aún no tengo asimilada la idea de que alguien le pagó a alguien para que se acueste conmigo y me rompa el corazón. Se siente tan irreal, se siente como en una película o como en un libro, pero el mío jamás podría tener un final feliz.
No voy a decir que fui una santa toda mi vida y que soy una Virgen maria que solo merece cosas buenas, pero estoy segura de que si hice algo grave, no fue tanto como para merecer tal karma.
Miré mi libro una vez más, pero no podía prestarle atención, en mi cabeza solo pensaba de qué forma iba a vengarme de Alex y Marco. Se que le gusto a Marco, pues me ha atormentado bastante tiempo, tal vez lo mejor que puedo hacer para romperle el corazón a él es mostrarle que en realidad nadie lo quiere y que en realidad, no siempre será un chico popular, él vive de eso, del chisme, de la fama que le da ser un ricachon y jugador del equipo de fútbol.
Y Alex, oh, Dios, Alex.
¿Cómo le romperé el corazón a mi amor primero?
En mi cabeza se reproducen recuerdos de aquel primero beso que me dio a los doce años.
Quisiera decir que lo he superado, pero vamos ¿quien olvida su primer beso? Lo he recordado con cariño porque fue bueno conmigo, pero él ha cambiado tanto, se ha convertido en uno de ellos, el grupito de populares richachones que juegan al fútbol. Fue por eso que no lo acepte la vez que me pidió salir, porque él había dado por sentado que yo caería a sus pies y mierda, yo ya sabía por Keila como era ser novia de uno de ellos y no estaba dispuesta a dejar que alguien me trate mal, suficiente tóxica soy conmigo misma como para sumar a alguien más.La brisa del árbol que estaba sobre mi hizo mi cabello volar y aproveché ese momento para ver disimuladamente hacia el equipo de fútbol, buscando a Alex, pero él no está, no vino.
—¿Qué haces, pequeña?— alguien se sentó a mi lado y cuando le presté atención a Max, quien me sonrió y me ofreció un alfajor.
—Hola, Max, muchas gracias— acepte lo que me ofreció y aunque me da algo de vergüenza comer en público, se que algo dulce me vendrá bien, pues necesito un poco de ánimo.
—No es nada ¿qué te pasa? Te ves algo triste— dijo el, guateándose las manos en los bolsillos.
—Estoy bien, solo cansada— mentí, pues se que Max fue amigo de Alex en el pasado, nos recuerdo en la escuela, jugando a las cartas, las cuales casi siempre traía Max y aún es así, creo que la mejor propuesta que le pueden llegar a hacer es una tarde de jugar a las cartas, como lo hace con Keila.
Me alegra tanto que mi amiga haya conseguido un chico tan Bueno.
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Amber's head
Teen FictionElla solo quería ser amada, pero la gente la malinterpretaba cuando ella decía eso. Ella no necesitaba un chico o una chica, no necesitaba ni quería un amor ajeno, ella quería el suyo, quería amarse, quería mirarse al espejo y sentirse que era lo ún...