14. No te sientas mal.

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Hay muchos escenarios poco posibles que suelo imaginarme a las tres de la mañana

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Hay muchos escenarios poco posibles que suelo imaginarme a las tres de la mañana...

Pero si hay algo que jamás imagine, era que en algún momento de esta efímera vida, yo estaría aquí, haciendo videollamada con Alex, para mostrarle la ropa que se supone usaré para ir a conocer a su abuela.

Quisiera decir que no estoy emocionada, que no me olvide de que esto es un juego que durará hasta que Alex se aburra, pero era imposible, estaba emocionada como si esto fuese mi primera cita y me moría de ganas por conocer a su abuela.

Alex parecía estar acostado en su sofá y parecía haber dormido una buena siesta a pesar de que son apenas las tres de la tarde. Alex siempre parece necesitar una siesta y sospecho que es porque tampoco duerme bien en las noches.
Me pregunto que será lo que lo atormenta.

—Hola, amiga— el me saludo burlón y yo no pude evitar sonreír al menos un poco.

Parece que le molesto bastante que dijera que era mi amigo... eso o lo asumió como un chiste interno entre nosotros, aún así le seguí el juego, saludándolo de la misma forma.

—¿Crees que esto se ve bien?— le pregunté mientras me alejaba del escritorio, donde deje mi celular.

Dentro de mi armario, el cual sufre de una importante escasez de ropa linda para salir, de ropa sexy o de fiesta, había encontrado una falda abotonada de color negro que aún conservaba su etiqueta, dejando en evidencia las pocas ocasiones que tuve para usarla y además una remera manga larga de una tela parecida a la licra que se apegaba demasiado a mi cuerpo.

No había que aclarar cómo me sentí al principio, pero luego de usar las prendas durante un rato, me sentí cómoda y puede que hasta sexy, tenía confianza suficiente como para ponerme esto sin vergüenza alguna.

Sin embargo el silencio por parte de Alex me hizo dudar sobre mi conexión a internet y me hizo dudar sobre mis pensamientos de que en realidad esto me quedaba tan bien como yo pensaba.

—¿Y? ¿Está feo? Lo sabía, todo me queda mal, tal vez no debería ir...— Alex interrumpió mi apurado discurso antes de que me quede sin aire.

—Estás hermosa, Amber... me distraje un poco imaginando mi cabeza entre tus piernas— soltó demasiado rápido.

Sus palabras fueron como un golpe de emociones desconocidas, o quizás bastante conocidas, pero hay una diferencia muy grande entre leerlos y sentirlos, además de que Alex no parece tener vergüenza alguna al expresar lo que desea y sentirme deseada es algo que conozco poco.

En una fracción demasiado pequeña de tiempo, mi cabeza imagino el escenario, imagino la situación y sentí una necesidad enorme de juntar los muslos con mucha fuerza, pero me había quedado congelada en mi lugar.

—¿Siempre eres así de directo?— no pude ocultar mi sonrisa.

—Es que hoy estás linda o tal vez es porque estoy solo y no tengo a nadie que me consuele— note como se acomodaba y me mordí el labio para no sonreír más.

Amber's head Donde viven las historias. Descúbrelo ahora