Estefany era tan cariñosa cuando era niña, que si te lo digo ahora que la conocemos de grande, probablemente no me creerías.
Estefany nunca fue una protectora, tampoco una protegida, el único titulo que le quedaría bien, sería quizá, una víctima de las circunstancias.
Toda su vida se sintió como un payasito en busca de atención y cariño, saltando frente a su familia para que la viesen, buscando una forma de sentir que no era un fantasma que nadie veía, quería una caricia, un beso, un abrazo, una palabra o lo que sea, pero lo único que la hacía darse cuenta de que no era un fantasma y que la gente la veía era cuando la corrían o le gritaban que se quede quieta y si lloraba, le decían que deje de llorar o le darían un buen motivo para hacerlo.Aprendió rápido que la dulzura y el cariño, no servían, al menos no dentro de su casa. Rogarle a su mamá por atención, se convirtió en una humillación que no pensaba repetir y su padre solo comenzó a serle útil cuando ella necesitaba dinero.
La niña lastimada que vivía dentro de ella, lloraba todos los días, pero Estefany aprendió a secarse las lágrimas y a delinearse los ojos, algo que no se parecía al maquillaje de un payaso, pero cumplía la misma función: ocultar su verdadera cara.La ropa era importante, la apariencia era importante, la mirada alta, la espalda derecha, una sonrisa y demasiada fuerza interior para no llorar cuando se sintiese sola en su habitación, la cual era un reflejo de su propia alma: casi vacía. Solo tenía una cama y un espejo. No es que no pudiese tener más cosas, es que simplemente no le interesaba, la única forma que tenía de llenar su vacío era comprando ropa, la cual tenía en un vestidor aparte y planificar la vida que tendría cuando fuese mamá.
Estefany sería una buena mamá en su futuro, pero pobrecita, aún no entendía que al ser mamá no solucionaría los errores que la suya cometió.Odiaba las navidades, también las fiestas de Año Nuevo, no las soportaba, porque mientras las demás familias armaban árboles, hacían comidas y se hacían regalos, su familia parecía potenciar su odio el uno con el otro y ella ya ni se molestaba por cocinar, era al santo pedo si total, iban a tirarse los platos por la cabeza, discutirían, no comerían nada y luego su madre le diría que nunca se le ocurra formar una familia, que mejor se quedase sola y se cuidase a sí misma.
Quizá en otra situación hubiese sido un buen consejo, pero Estefany hubiese preferido que sus padres perdiesen la habilidad del habla.Cuando la cena navideña terminaba de salir mal, Estefany siempre buscaba una alternativa, a veces iba a caminar por ahí, siempre le gustó caminar de noche, siempre y cuando tuviese su picana eléctrica cerca, todo bien con que odiaba su vida, pero no quería morir, menos a mano de un desquiciado.
Otras veces iba a lo de sus amigas, con la excusa de que es aburrido quedarse con su familia después de las doce, pero sus amigas tenían familias lindas, con quien valía la pena quedarse toda la noche.
Y otras veces, iban a alguna fiesta de algún conocido y en una de ellas, vio a Dylan.Dylan era una persona que quiera o no, llamaba la atención, porque era lindo, porque no le importaba que lo miren, porque de hecho, tampoco le gustaba que lo miren mucho y parecía haber ido a la fiesta solo a tomar un trago y quedarse aislado en una esquina del jardín. Se veía vacío, abstracto, minimalista, lo que le gustaba a ella.
Estefany no tenía nada que perder, así que se acercó a él y lo saludo, ya lo conocía hace mucho, pero nunca se había presentado una situación así y Dylan, le respondió.Le gustaba porque la miraba a los ojos cuando ella hablaba, la escuchaba, le respondía, la besaba y bueno, era bastante reacio a los abrazos estrechos que a ella le gustaba dar, pero bueno, bastante le daba con darle su atención.
Le gustó enamorarse de él, le gustó que él la dejara ir a su casa cuando ella quisiera, le gustaba cuando se acostaban a mirar películas y él se quejaba porque no era igual que el libro y ella se preguntaba cuando había tenido tiempo de leer tantos libros. Por primera vez en su vida, alguien le dio un espacio, alguien la hizo sentirse querida, bienvenida, segura.
Aún así, cuando estaban en la casa de Dylan y ella veía a Amber, no podía controlar esa ira que se despertaba en su interior, no podía poner en palabras la envidia que le tenía y no entendía porque lo hacía, ella era más bonita que Amber, era delgada, tenía dinero, un novio lindo y amigas que la querían... pero cuando llegaba a su casa, nadie la recibía, nadie la había extrañado, nadie siquiera notó que había vuelto, mientras que apenas Amber abría la puerta y se sacaba sus zapatos, su madre la abrazaba y pegaba su frente a la de su hija, mientras rozaba sus narices y Estefany odiaba ese gesto. Dylan peleaba con ella, pero la miraba con tanto cariño que era obvio que moriría por ella y hablaba de ella como si fuese la única flor que existía. Cuando Colton venía de visita la abrazaba, la besaba, cantaba con ella, bromeaba con ella y jugaban como niños, Jonathan le besaba la frente, la abrazaba, le decía que la amaba.
¿Por qué ella no podía tener eso? Ella había hecho todo por ganárselo, Amber sólo tenía que estar ahí y no le alcanzó con eso, sino que también hizo que Alex se enamore de ella, Alex le daba todo e increíblemente, hasta que fuesen pegajosos le despertaba una picazón en el cuello. Amber no intentaba, al menos no se notaba y eso le daba envidia.
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Amber's head
Fiksi RemajaElla solo quería ser amada, pero la gente la malinterpretaba cuando ella decía eso. Ella no necesitaba un chico o una chica, no necesitaba ni quería un amor ajeno, ella quería el suyo, quería amarse, quería mirarse al espejo y sentirse que era lo ún...