PRESENTE
Adam.
Miro fijamente a Maya mientras el doctor confirma por última vez que esté completamente bien para ir a casa. Realmente parece como si los años no hubieran pasado. Su melena alborotada le cae hasta la cintura, como siempre y sus ojos verdes se miran más hermosos que nunca.
No puedo dejar de verla, he contenido mis deseos todo lo que he podido, la he respetado, exceptuando lo de ayer, claro. ¡Joder! Han sido dos años. Además, Maya y yo tenemos un asunto pendiente por revelar y por celebrar.
Me muerdo los labios constantemente, de alguna manera también estoy nervioso. Mery continúa sin decirle la verdad a Maya, tampoco hemos hablado de su padre y siento que seguirá de esa manera hasta que no le digamos nada y no quiero eso, ya lo dije antes, no más mentiras ni secretos.
—¿Nos vamos? —nos sugiere Mery.
Ambos asentimos. Tomo la mano de Maya y camino a su lado. Aunque cuando salimos del área de habitaciones y llegamos a recepción, me es arrebatada por sus hermanos. Se quedarán el fin de semana, ya que a Mamá se le ha ocurrido hacer una pequeña reunión en casa para darle la bienvenida a Maya.
Por primera vez hemos estado de acuerdo, además, hay cierta noticia que debemos comunicar y que estén todos lo hace el momento perfecto. ¡Van a matarnos!
Llegamos al aparcamiento y ayudo a Maya a subir al auto, intercambiamos un par de miradas. ¡Joder! Eso es suficiente para sentir mi corazón alterado. Lo primero que haré será secuestrarla. Me sonríe y le sonrío, lo sé, parecemos dos adolescentes enamorados por primera vez, aunque para ser justos, ambos lo estamos hasta la médula.
Durante el camino tengo que soportar comentarios poco agradables de Mery, como que Maya podría pasar una temporada en San Francisco, mientras se recupera del todo, que quizás deba aplicar a una universidad de allá y que no deberían quedarse por esta noche en casa de mis padres.
¡Como si no supiera que le pedí a Maya que nos casáramos! Lo que Mery ignora es que Maya ya no puede irse a ningún lado, de acuerdo, no es que sea su dueño, pero ahora nos une algo más, algo que disfrutaré decir después de escuchar todos los comentarios de Mery.
Aparco lo más cerca de la entrada principal para que Maya no camine tanto, Franco llega en su auto con el resto de los invitados unos segundos después, y yo compito con Mery por ayudar a Maya a bajar. Lo gracioso de la situación es que no necesita nuestra ayuda, lo puede hacer sola.
—Mamá, me das unos segundos con Adam, pueden ir entrando. —Me pongo nervioso al creer que se ha molestado por mi comportamiento, ¡si no he dicho nada!
—Bien —es todo lo que responde. Detrás de ella caminan los hermanos de Maya y Franco, Julia, Becca, José, Katherine y mi madre salen del otro auto y se limitan a sonreírnos.
Es increíble que Becca y José aún estén juntos, al parecer hay amores que sí duran toda la vida y me siento afortunado por estar en ese selectivo grupo.
—¿Puedes creer que Julia y Franco estén tan enamorados? —pregunta tomándome por sorpresa.
—Espera a ver sus demostraciones de cariño, son peor que nosotros —le digo.
—No tarden mucho, pueden follar después —grita Becca y mi madre está a nada de desmayarse y se apresura a entrar. Maya y yo nos reímos a carcajadas.
—¿Por qué has querido quedarte a solas? —indago cuando todos han entrado.
—Gracias, por no explotar en el auto con las sugerencias de mamá. Sabes que no me iría a San Francisco si tú no te vienes conmigo, ¿cierto? No me iría a ningún lado sin ti, Adam. Estamos unidos por siempre, no tienes que preocuparte.
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¿Cómo volver a ti?
Teen Fiction*Segunda parte de ¿Cómo estar sin ti?* Adam sabe que su vida cobró sentido cuando Maya apareció en su camino, Adam sabe que no volverá a amar a nadie como a Maya, Adam sabe que desde que Maya no está todo es oscuro y turbio, Adam sabe que está dest...