Capítulo 8.

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Adam.

Llego vuelto loco a casa, todo lo que estoy experimentando no tiene explicación alguna, ¿cómo pude ser tan ciego? ¿Por qué no la dejé hablar antes? ¡Pero qué carajos pasó conmigo! Y ese idiota, ese mal nacido va a suplicar no haberme conocido. Apenas y tengo tiempo para tomar mi pasaporte y al bajar las escaleras mi padre está nuevamente en la sala.

—Me dice katherine que harán un viaje a San Francisco, ¿puedo saber a qué se debe?

—Vaya, qué rápido corre la información en esta casa.

¿Cómo demonios se ha enterado Kat?

—Hijo...

—Maya —me limito a responder. Justo entonces Katherine entra por la puerta principal y asiente y no comprendo qué hace aquí, no la he invitado a ir conmigo, ni siquiera se lo he dicho. ¡Joder! —¿Cómo te has enterado de esto? —le pregunto a ella.

—La chica está aquí, ¿lo recuerdas? —interviene papá.

—Ella me lo ha dicho, estaba muy preocupada —esa es Kat.

—¡Sí! Todavía le importo.

—Adam —me llama papá.

—Si, papá. Ya sé que está aquí, pero tengo que ir a San Francisco.

—Lo entiendo, hijo. Mañana cerramos el negocio más importante en los últimos años y me temo que no estés aquí a tiempo. Son muchas horas de vuelo.

—Bueno, tú y mamá se aparecían siempre que querían en San Francisco. Seguro regreso a tiempo —contesto carente de humor.

—No te preocupes, tío. Yo lo resolveré —le asegura katherine.

Se lo agradezco y continúo sin comprender cómo es que se ha incluido en mi plan, aunque Maya se lo haya informado. Entra a mi auto sin decirme nada y sé que está esperando por mis preguntas. Las hago y la única respuesta que obtengo es que no quiere que mate a Tyler.

—¿Cómo sabes que lo mataré? Ni siquiera es seguro que lo encuentre, el tipo que me ayudó con todo el proceso de Maya y su universidad no sabe con certeza si aún vive en la misma casa.

—Te conozco más de lo que crees, Adam. Si vas solo terminarás golpeándolo cuando escuches que no pasó nada entre él y Maya. También me he invitado sin tu autorización porque muero por ver tu cara cuando descubras que has sido un imbécil. Pero, necesitas saber que quizás Tyler sostenga la mentira.

—No voy para confirmar nada, Kat, le creo a Maya, sé que soy un idiota por esperar tanto. Hemos hablado otra vez y ojalá hubiese tenido la cabeza fría antes, porque si lo hubiéramos hablado de esa forma jamás la habría dejado, pero fui un hijo de puta con el ego herido. Efectivamente voy a enfrentar a Tyler por ser un desgraciado que drogó a mi hobbit y la hizo creer que tuvieron intimidad.

—¿Al fin? Joder, Franco se pondrá contento, estábamos apostando cuánto tardabas en entenderlo. Me ha ganado, le dije que como mucho un mes más. Él dijo que un día. Pero sí, fuiste un idiota, te lo dije todo el tiempo.

Llegamos al aeropuerto y aparco mi auto. Tomamos nuestro vuelo, el cual se ha encargado de comprar ella desde su teléfono mientras veníamos hacia acá. Tengo que soportar cinco horas y quince minutos las estrategias en las que ha pensado katherine para recuperar a Maya, pues la he puesto al tanto de que no quiere saber nada de mí y le ha dado, para variar, la razón.

Se nos hace muy tarde con toda la revisión en el aeropuerto y Katherine escogiendo el mejor de los autos que la agencia nos puede ofrecer. Al llegar al hotel lo primero que hago es tirar mi maleta y la de katherine y salimos a casa de Tyler. Estoy nervioso, sé que no debería hacer esto.

¿Cómo volver a ti? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora