Capítulo 30.

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Maya.

Salgo del apartamento con el corazón hecho trizas, no quería hacer esto. Tenía la esperanza de que fuese como siempre, que nuestra pelea no durara más de unas horas, pero, sé que necesitamos alejarnos un poco, pensar por separado. Poner todo sobre la mesa y valorarlo. Nos amamos, de eso no tengo duda alguna, pero de alguna u otra forma siempre regresamos a este punto tan confuso.

He hablado con Julia muy temprano y a pesar de que ya no aparezco en la lista de inquilinos de la residencia, sigue sin compañera, lo cual nos permite que yo regrese a mi antigua habitación.

Una parte de mí sabe con certeza que esto es lo mejor, pero la otra insiste en regresar. Dejo mi equipaje a un lado de la cama y aunque preferiría tirarme encima y llorar hasta quedarme sin lágrimas, Becca y José nos esperan para desayunar.

El vuelo de mis amigos era bastante temprano y lo han cambiado porque Becca quiere asegurarse de que no enloquezca sola. Así que, mientras llega la hora de su vuelo ha insistido en estar conmigo.

A veces quisiera tener diecisiete de nuevo, cuando el único problema que tenía era estar enamorada del chico más guapo de toda la escuela.

—¿Qué harás? —pregunta Becca después de repetir todos los hechos.

—No lo sé, no sé qué vaya a pasar con ese tiempo en el que estemos alejados.

—Maya, ¿no estarás pensando en dejar de estudiar o sí? —indaga Julia.

—Jamás podría pagar la universidad y jamás podré pagarle a Adam y lo único que tengo claro es que terminaré este semestre, iré a San Francisco y lo hablaré con mi mamá. De todas formas si es demasiado que esté pagando por mis estudios, es aún peor que lo siga haciendo si al final de ese tiempo tomamos caminos separados —admito, aunque las palabras me duelen. No quiero caminos separados.

—¿Puedo opinar? —la voz de José me recuerda que no solo estamos chicas en la mesa.

—Por supuesto —respondo.

—Adam y yo perdimos contacto cuando decidió volver aquí, pero de algo estoy seguro y es que él seguiría pagando tus estudios aunque no volvieran a estar juntos nunca más, porque el tipo está loco por ti. Hasta donde entendí te quiso ayudar cuando creía que lo habías engañado, ¿qué más necesitas saber para estar segura del amor que te tiene?

Las palabras de José llegan a mí como una cachetada, por supuesto que lo había pensado, toda la noche, entre otras cosas, claro. No puedo imaginar el amor gigantesco que siente por mí. Adam se marchó de mi vida totalmente destrozado y aun así hizo lo más noble que alguien ha hecho por mí.

—Lo sé, pero lo nuestro se ha vuelto más complicado.

Terminamos de comer, más bien ellos, yo no he comido nada. Pasamos juntos unas horas más hasta que la eminente despedida llega y Julia y yo los llevamos al aeropuerto. Les agradezco que hayan hecho un viaje tan largo para cumplir con un capricho de Samantha, que ha terminado de destruir nuestra vida e ilusiones.

Julia ha faltado a casi todas sus clases para evitar que yo pase tiempo sola, pero por la tarde finalmente la he convencido de ir a la biblioteca por unos libros que necesita para uno de sus proyectos finales. Yo también necesito ponerme en lo mío, aunque la cabeza no me dé para más.

Mientras intento concentrarme en lo que ha quedado de mis apuntes y le envío un mensaje de texto a Julia para que traiga unos cuantos libros que necesito, recibo un mensaje de mi padre. Me ha buscado en el apartamento y nadie le ha abierto la puerta, lo que me hace preguntarme en dónde demonios está Adam.

¿Cómo volver a ti? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora