Capítulo 7

35.5K 2.5K 687
                                    

Maya.

Soy consciente de lo que está pasando hasta que llego a la residencia. Evan tiene la delicadeza de no hacer preguntas en el auto, pero sí las hace cuando me acompaña hasta la entrada.

—¿Estás bien?

—No —soy sincera.

—Yo de verdad, siento mucho que tu cumpleaños haya terminado así, no sé quién sea ese idiota pero...

—No —lo interrumpo—, yo lo siento mucho. De verdad, lo lamento mucho. Sé que te debes de estar preguntando qué es lo que ha ocurrido. Ese chico es mi pasado, hace meses que no lo veía. Ha sido una casualidad enorme que hayamos ido al mismo lugar, el mismo día. No terminamos bien y creo que lo notaste. Seguro te has llevado una pésima impresión de mí.

—Maya —me interrumpe—. Todos tenemos pasado.

—Sí, pero apenas y me has conocido hace tan poquitos días y a lo mejor crees que...

—Tranquila —me vuelve a interrumpir—. Normalmente saldría corriendo, no soy un chico de conflictos. Lo que quiero decir es que, si tú no quieres verme porque tu pasado te ha alcanzado, yo lo entenderé..., pero si ese pasado ya no significa nada, yo olvidaré este episodio y podemos seguirnos conociendo, como amigos. No quiero asustarte.

Decir que mi pasado llamado "Adam White" no significa nada para mí, es igual a decir que me gusta el brócoli; una total y rotunda mentira. Odio el brócoli con todas mis fuerzas, igual que odio que mi pasado signifique demasiado. No sé qué pretende el destino al regresar a Adam a mi vida justo cuando creí que era hora de avanzar y no planeo descubrirlo. Voy a seguir como si esta noche no hubiera pasado.

—Gracias por comprender.

—Buenas noches, espero que descanses y seguimos en contacto.

Julia y Becca ya están dentro y en cuanto he cerrado la puerta Becca me extiende sus brazos y hago justo lo que quería hacer minutos atrás. Me suelto a llorar como si mis lágrimas no tuvieran fin. Mi nueva amiga mira confundida toda la escena, es comprensible, no entiende qué tanto pudo afectarme reencontrarme con... él.

Becca acaricia mi espalda mientras me desahogo. No puedo creerme que lo haya visto y lo que es peor, no puedo creer que siga dudando. Mis hombros se mueven hacia arriba y abajo y mis sollozos son cada vez peor. ¿Por qué ha aparecido justamente esta noche?

—Era él, Becca. Era él —le repito como si ella no lo supiera ya.

—Lo sé, cariño. Lo sé.

—Me duele, Becca. Sigue doliendo. Quiero odiarlo. Es tan egoísta, me ha costado tanto estar sin él y se aparece así, de la nada para decirme que necesitamos hablar.

—¿Te ha ofendido? —pregunta Becca molesta.

—No, quería darme la oportunidad de explicarme. Yo no quiero hablar con él. No quiero verlo más. ¿Puedes creerlo? Sigue teniendo dudas de mí.

—Tranquila, Maya. Vamos, respira. Estás asustando a Julia.

—No se preocupen por mí, aunque deseo saber qué te hizo ese tipo para ponerte así, tan afectada —responde Julia.

Me toma mucho trabajo calmarme. No es solo el hecho de haberme encontrado con él, es más que eso, mucho más. Es todo lo que ha sentido mi cuerpo con una mirada suya. Es todo lo que he recordado con un segundo a su lado, es el deseo fluyendo en mis venas con el roce salvaje de sus manos en mi piel.

Es su respiración calando mis poros, su voz ronca traspasando mi tímpano y llegando a mi sistema a desacomodarlo todo. No quería alejarme ni dejar de besarlo. Por un momento estábamos dentro de aquella casa en donde descubrí que sentir tanta pasión por alguien no está mal.

¿Cómo volver a ti? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora