Capítulo 43. Una blanca mentira, Asta Sukehiro Roselei.

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Anteriormente...

Asta: Y bueno... Yo me convertiré en rey mago y juro por mi vida que haré de este reino, uno en dónde todos podamos ser felices. Lo sé, se olle como una fantasía. Pero una vez un hombre soñó con un reino increíble y mirenos, ahora estamos en el. Por eso, dedicaré mi vida y mi ser para lograr un reino dónde todos podamos ser felices. Pero claro, para eso primero debo hacer feliz a mi futura esposa. - Concluyó dándole una mirada a Noelle.

La chica sólo se sonrojó y decidió mirar para otro lado.

De un instante a otro sólo se pueden oír los aplausos de la gente por las palabras de Asta, al parecer si llego el mensaje a su corazón.

(Nota del autor: Así los quería agarrar puercos. Si eran aplausos de verdad, no piensen en otras cosas cochinoes)

Por su parte aquel hombre mayor, estaba que echaba rabia porque su plan no salió como esperaba. No había nada que lo pudiera ayudar, sólo debía rendirse y ya.

De pronto la puerta se abre con fuerza y logramos ver a una chica corriendo a toda velocidad.

Juliette: ¿Dónde estás Mei Long? ¡Dame ese juguete ya Nya! - Se quejaba mientras se movía como un gato.

Mimosa: Oigan. ¿No tienen el presentimiento de qué algo muy malo va a pasar? - Preguntó nerviosa.

Ahora...

Asta: ¡No puede ser! ¡Es Juliette! Rápido si no se mueven no nos verá. - Dijo sudando por los nervios.

Secre: ¿Sabés qué nos es un tiranosaurio verdad? - Preguntó sarcástica.

Juliette: ¡¿Ah?! ¡Pero si son Sir Asta y mis amiguis! - Dijo sorprendida, pero emocionada al poder verlos otra vez.

Asta: Tranquilo Asta, ella no es tan tonta como para decir algo que te perjudique. Sólo debo hacerle entender que esté calladita y todo saldrá bien. - Pensó el pelicenizo mientras se intentaba calmar.

Rápidamente Asta le hizo una señal de "tú callada". Cosa que para sorpresa del chico, fue captado por la rubia, la cuál asintió.

El pelicenizo sólo soltó un suspiro de alivio. Al parecer se asustó por nada, pues la rubia realmente sabía cuando debía hablar y cuando no si se lo proponía.

Hombre mayor: ¿Tú quién eres hermosa niña? - Dijo mientras la veía de manera lasciva.

La rubia sólo frunció el ceño y se negó a responder la pregunta de aquel hombre.

El hombre se acercó a ella con el brazo derecho extendido, su propósito era tomarla por el hombro.

La joven rubia al darse cuenta de sus planes corrió hacia Asta y se escondió detrás de el. Acción que hizo enfurecer más al hombre.

Hombre mayor: ¡¿Otra vez tú?! No sé que demonios está pasando aquí, pero empiezo a creer que tú ocultas algo. Y yo odio eso. - Dijo el hombre con un tono de voz fastidiado.

El chico empezó a sudar frío, pues realmente no se le ocurría que decir.

Juliette: Hermanito Asta, ese hombre me da miedo. - Dijo la rubia con un tono infantil y con algo de nerviosismo.

Los presentes se quedaron en shock al escuchar aquellas palabras, en especial los que la conocían. Pero sin lugar a dudas el más sorprendido era Asta, no terminaba de entender la acción de la chica.

La rubia por su parte lo vio a los ojos e hizo un guiñó con el ojo derecho. Ahí fue donde nuestro querido protagonista captó el mensaje.

Asta: Claro, no te preocupes hermanita. Yo, tu hermano. Estoy aquí para cuidarte. - Dijo mientras acariciba la cabeza de la rubia.

Un idiota muy encantador. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora