Capítulo 29: Los Long, el lugar donde se encuentran los Assassin.

2.1K 148 30
                                    

Asta y compañía se encontraban mediante el inicio de una batalla que sería encarnizada si no se tenía cuidado de los movimientos y decisiones que tomarían, pero sabían que el pelear o no pelear, ambas serían malas decisiones por lo que al estar rodeados y con nulas posibilidades de escape, solo restaba el actuar más que pensar. Estaban contra la espalda y la pared.

El enemigo no dudo en ponerse en posición y analizaban detenidamente los movimientos de Asta y compañía.

Asta: ¡Maldición! Wang Long, Mei Long. ¡Cubranme! - Dijo mientras corría a toda velocidad mientras sacaba su espada de su grimorio.

Tanto Mei Long como Wang Long asintieron y a la menor provocación decidieron moverse.

El enemigo por su lado no dudó en ponerse en marcha y lanzo una frenética lluvia de dagas hacía todos los lados posibles.

Asta: ¡Chicos! - Gritó para que todos se pusieran en guardía.

Todos asintieron y se pusieron en cada posición que les correspondía,
si bien la mayoría no habían peleado en equipo sabían que hacer, pues ya habían platicado de sus habilidades y como poder usarlos en cualquier contingencia. Puede que toparse con Assassin era algo no muy probable, pero el hecho de que los hermanos Long aparecieron demostró que lo más improbable no debe ser descartado.

El enemigo atacaba sin parar, pero no era problema para Asta quién detenía y desviaba las dagas a toda velocidad. Mientras los hermanos Long impactaban sus dagas con las del enemigo, en cuanto al resto no se quedaban atrás.
Grey transformaba en dagas de algodón, las dagas que Asta desviaba o debilitaba su velocidad.
Kahono ayudaba a Grey para que las dagas fueran más lentas usando su magia de canto, pues con sus ondas volvía lenta la velocidad de las dagas proyectadas y a la vez potenciaba la velocidad de la magia de transformación de Grey para que impactara más rápido contra las dagas.
Mariella: Aprovechaba creando pequeños escudos de hielo y cada posiblidad que tenía creaba cuchillas de hielo que impactaban contra las dagas.
Secre: Por su parte se mantenía alejada mientras analizaba la situación y esperaba el momento adecuado para entrar en acción.
No hacía falta mencionar que Noelle se encontraba fuera de combate.
En cuanto al Doc Shabbenport se encontraba a unos pocos metros de los demás cuidando de Noelle.
Mientras que Juliette trataba de ayudar como podía, pero no sé le ocurría como.
Dulcinea solo se limitaba a observar la situación, pues no quería tener nada que ver con el asunto.

Sin duda todos los que se encontraban luchando daban lo mejor de ellos, aún sabiendo lo difícil que sería el ganar contra un enemigo tan experimentado en el asesinato.

Juliette: ¡Maldición! Quiero ayudar pero no se como. - Decía para ella misma mientras se presiona en pensar en como podría ayudar.

Dulcinea: Te daré un consejo solo por qué eres mi hermana menor. Más ayuda el que no estorba, y creeme que tu estorbas hasta con respirar.
- Le dijo de manera arrogante mientras se cruzaba de brazos.

Dr. Shabbenport: Disculpe mi atrevimiento por meterme en temas que no me incumben, pero el jóven Asta dejo en claro que la señorita Juliette no es una buena para nada. Sólo usa sus talentos de una manera un tanto original. - Decía el doctor de modo cortes, pero lo cierto es que a el también le empezaba a hartar la actitud de la rubia mayor.

Dulcinea: Tiene razón doctor, esto no le incumbe. Además el hecho de que la defienda el idiota con el que se acuesta no significa que de verdad sea útil. - Dijo de manera sarcástica.

Juliette: E-eso... N-no es verdad... A-aún... N-no lo hacemos... P-pero eso a tí... N-no te importa... - Dijo sonrojada.

Un idiota muy encantador. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora