Crecer

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Cada vez hacía más frío y yo odio el frío, estar con la nariza chorreante, llevar un montón de ropa encima, no poder moverme a gusto, los golpes que duelen más. Mamá y Shin-chan me llevaron a renovar mi armario, porque dicen que estoy creciendo rápido y papá está tratando de hacer que cambie los libros infantiles por libros más gruesos como novelas más complicadas o libros de etiqueta. La mayoría de los chicos estan dejando de actuar como si fuera que ya no soy una niña, hasta mis amigos de mi edad están empezando a tomar distancia, como si fuera que me he vuelto una persona diferente.

Mamá dice que es porque los chicos creen que al convertirme en señorita debo empezar a juntarme con más chicas o que me he vuelto más delicada, incluso la entrenadora de Seirin y Momo-chan han intentado que haga algunas cosas que ellas consideren femeninas como pintarme las uñas o jugarme por el cabello, me ven como una muñeca. Mamá dice que no debo preocuparme por eso, que siempre y cuando sea yo quien elija las cosas que quiero y no vaya por mal camino, ella siempre me va a apoyar y que hará que Shin-chan siempre esté cuidando de mi por si acaso.

Estoy tumbada en el sillón, con la cabeza colgado y las piernas arriba, la remera cae sobre mi cara por lo que no puedo ver nada, tampoco es como que me interese, no hay nada divertido que hacer o ver

-Miran -la voz seria de mi hermano se oye cerca, con pereza completo la vuelta para quedar en el suelo y me incorporo

-¿Qué pasa hermano? -pregunto con una sonrisa ligera aunque eso no quita el aburrimiento de mi cara

-Empezaré hablando de lo que está mal -se llevó el puño a la boca y se aclaró la garganta, con la otra mano en la espalda, parecía mayordomo -. No debes estar mucho tiempo de cabeza la sangre corre hacia ahí y aumenta la presión, eso podría causar la ruptura de un vaso sanguíneo -empezó rodé los ojos y me recosté por sofá para escucharlo

-soy una niña sana -refuté

-las vueltas carnero son peligrosas, te puedes romper el cuello -continuó señalando su propio cuello e hizo como si se lo rompiera

-no si tengo cuidado

-la remera levantada no es propio de una señorita -eh... -y por último, debes empezar a usar topcito ¿Qué mamá no te había comprado uno hace poco? -preguntó señalando la parte de mi pecho que empezaba a crecer

-odio eso, aprieta y duele, no es cómodo, además no me deja moverme tranquila -me quejé -además ¿Por qué las mujeres debemos usarlo y ustedes los hombres no? No es como si fueramos tan diferentes, es solo que a nosotras nos crecen -señalé acusatoriamente

-Miran... -Shin-chan se agachó y me acarició la cabeza -ya no eres una niña, además si no empiezas a usarlo frecuentemente, no te vas a acostumbrar y, la razón por la que se usan es para protegerte, para que tus pechos crezcan con forma o, por si llegan a ser demasiado grandes, alivien el peso ¿Entiendes? Además, a ti no te gusta que se note que están empezando a crecer ¿Cierto? -agaché la cabeza y asentí, algunas niñas de mi edad me miraban con curiosidad y me hacía sentir avergonzada -pues también te ayuda a que no se note tanto -con un dedo levantó mi cabeza -otra cosa es que limita el movimiento y, como tu eres inquieta, ayudará a que se mueva menos y casi no te molestará -suspiré, tenía razón en muchas cosas

-pero es incómodo -me quejé

-quizá porque mama compró algo que no era de tu talla -miró hacia arriba pensando -sé que es duro crecer y que tienes miedo, pero mira, es algo que tiene que pasar, además solo te estoy pidiendo que lo uses durante el día, durante la noche, puedes dejar de usarlo y ser más... ¿Libre? -maldito hermano mayor, siempre sabe conseguir lo que quiere ¿Cuando me volví tan blanda? Empecé a soltar lágrimas

-No quiero crecer Shintarô, todos me miran raro y me tratan con cuidado, como si me fuera a romper -sollocé, él me abrazó y se sentó acomodándome para que quedara abrazada a él

-yo también lloré cuando dejé de ser un niño, porque no quería dejar de jugar contigo, pero mamá dijo que tenia que hacerlo para poder cuidarte mejor, además dijo que eso no tenía que decir que deje de jugar -contó -siempre vas a ser mi hermana pequeña, siempre te voy a cuidar -prometió -y, debes de mostrarle a los chicos que por crecer, no significa que te vas a romper, o cambiar con ellos, que lo hagan, tú sigue actuando como siempre, tarde o temprano, se darán cuenta de que solo eres tú, Miran, una pequeña salvaje que no tiene miedo de casi nada -sonreí y asentí -además... ¿No querías casarte? -me apartó un poco y me miró a la cara

-um...

-pues debes crecer para casarte, aunque eso no signifique que te esté dando permiso -me reí un poco

-si mi futuro esposo, no me cuida como tú, me quedaré soltera por siempre y te cuidaré cuando seas viejito -me burlé y luego lo abracé -gracias Shin-chan, siempre sabes como consolarme.

Si, estoy creciendo, o floreciendo, como dicen mamá y papá, estoy empezando a fijarme en chicos, estoy empezando a dejar de lado cosas que me gustaban y conociendo otras, los chicos actúan diferente cuando estoy con ellos y me tratan como muñeca, pero como dice Shin-chan, mientras siga siendo yo, no hay de qué preocuparse.

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Es un capítulo algo emocional, es algo por lo que todos pasamos, el miedo de crecer siempre esta ahí, incluso ya siendo adultos. Creí necesario para el desarrollo de Miran que se mostrase su miedo, más allá de la chiquilla malcriada o adorada que conocemos, porque ella también tarde o temprano debe crecer. Un capítulo de relleno que nos da otra cara de nuestra señorita. ¿Alguna queja?

La Hermana De Shintarō MidorimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora