¿Novia?

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Una mañana tranquila, los pajaros cantaban, el sol brillaba un agradable calorcito, el sonido de un piano inundaba la parte de abajo de la casa y llegaba levemente a la parte de arriba, todo parecía perfecto y eso inquietaba a Miran, que se despertó temprano, sola y sin que su hermano le peleara para levantarse. Bajó buscando la trampa o la broma, pero lo que encontró fue a shin-chan desayunando con sus padres y conversando como si nada, asomó levemente la cabeza y luego volvió a esconderse, una de las empleadas apareció frente a ella y la miró extrañada, ella solo le hizo una seña para que no diga nada, la mujer asintió y se fue

-Entonces ¿Llevaran a Miran con ustedes? -preguntó Shin-chan ¿Su hermano quería deshacerse de ella? ¿Sus padres querían llevarla? ¿A dónde?

-Veré si tengo tiempo para venir a por ella, si no, tendrá que quedarse -respondió su madre, oyó un chasquido ¡¿ESE FUE SU HERMANO?! Se alarmó, trató de pensar en positivo

-esta bien -aceptó el muchacho, Miran decidió aparecerse lentamente, Shintarô la miró feo, lo que la asustó un poco más y trató de recordar todo lo que pudo haber hecho mal en todo el día anterior, al no encontrar nada, sonrió inocentemente y el chico negó con un suspiro

-Buen día -saludó y luego se acercó a su madre a quien abrazó y besó su mejilla, después a su padre quien besó su frente, en tanto que a Shin-chan ni se le acercó, este la miró neutral, se sentó a desayunar y empezó a servirse, el resto del desayuno, nadie dijo nada.

Se despidieron de sus padres y Miran fue a sentarse en la sala a espera de que Shintarô le dijera, pidiera algo o regañara, pero, nada de eso pasó y el chico fue de largo

-HAUUUUU -Se quejó al ser ignorada, no iba a preguntar, tenía orgullo, así que decidió actuar igual que él.

Se la pasó en su habitación jugando con sus peluches y en un momento, robó el teléfono de Shintarô que se encontraba haciendo deberes y llamó a Kise para que la sacara o fuera a jugar con ella, el rubio, emocionado le contestó que iría en cuanto terminara su trabajo.

Pasaron las horas y el timbre sonó, emocionada, creyendo que era la rubia, la señorita bajó corriendo, siendo regañada a gritos por Shintarô desde su cuarto. Abrió la puerta y saltó sin mirar

-Te extrañé mucho... -apretó con fuerza, hasta que se dió cuenta de que algo andaba mal, la persona que estaba abrazando, no olía igual a Kise, se había tensado y se sentía más delicado que el muchacho, abrió los ojos y saltó hacia atrás poniéndose en guardia.

Una chica castaña, de ojos marrones, cuyos rasgos no parecían ser asiáticos y tampoco supo distinguir de qué zona podría ser, fruncía el seño y no parecía muy agradable, estaba vestida con el uniforme escolar ¿Por qué? Si era sábado, dirigió a Miran una observación de desagrado y luego gruñó

-¡Ten más cuidado mocosa! -la regañó, automáticamente Miran gruñó -no sé quien eres, pero esa no es la forma de recibir extraños -continuó y luego suspiró -no puedo creer que mi Tarô-kun tenga empleados que no educan a sus hijos -¿Mi Tarô-kun? ¿Empleados? ¿Educar? ¿Quién era esta chica? -ahora, ve a anunciarme con mi novio -dijo arrogante ¡¿Novio?! Se alarmó la niña, su hermano nunca le había hablado de alguien que le interesara

-¿Disculpa? -preguntó confundida

-Disculpada, ah... que ineficiencia, aparta, me anunciaré yo misma -dijo con desdén la chica intentando entrar, pero Miran le bloqueó la puerta

-En primer lugar, se saluda ¿No te educaron? -empezó a atacar -en segundo lugar ¿Quién es Tarô-kun? -se hizo la desentendida -tercer lugar, si te refieres a Shintarô, su única novia soy yo -siseó amenazante, la otra sonrió con malicia

La Hermana De Shintarō MidorimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora