Pervertido

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-Aomine-kun -Momoi Satsuki corría detrás del moreno

-Déjame Satsuki -le contestó el chico algo desinteresado

-pero tenemos que ir a por Midori-chan

-esa pequeña salvaje sabrá llegar por sí sola

-hace mucho que no me llamabas así, Mine-chan -una niña apareció frente al muchacho, con un aire retador

-¿Ves Satsuki? ¿Qué te dije? -Aomine se giró hacia la peli rosada

-Midori-kun ¿No crees que está mal venir sola? -regaño a la niña

-no vine sola, Takao me trajo -sonrió inocente

-¿Puedo saber quién es ese Takao? -pregunto el grandote agachándose hasta la niña y mirándola a los ojos, intentando intimidarla, pero fue él el primero en desviar la mirada

-amigo de Shin-chan -sonrió aún más

-es peligroso andar con extraños, por más salvaje que seas y golpees a todo aquel que se atreve a discutirte -le puso una mano en la cabeza

-¿No deberías estar en el entrenamiento Aomine? -la niña elevó una ceja

-hm... -se levantó -si pero... -bostezó -da pereza, ¿Vienes conmigo o vas con Satsuki? -le pregunto

-a tu entrenamiento, Daiki -ordenó

-no quiero ir... -se empezó a alejar

-Daiki... -siseó Miran

-no quiero ir, si me dejas ir sin obligarme a ir al entrenamiento quizás te lleve a ver películas en casa -se detuvo un segundo y la miro

-¡Hecho! -saltó la niña y corrió hasta Aomine, que le pasaba la mano

-¡Midori-chan! ¡Se supone que tendrías que llevarlo al entrenamiento! No consentirlo -se quejó Momoi

-las películas le ganan a jugar contigo -le dijo la niña alejándose con el moreno.

-¿Y qué ha sido de ti? -le preguntó Aomine mientras se tumbaba en la azotea

-odio a mis profesores, bueno, no a todos, hay uno que me agrada, pero a los demás los odio -la niñita se sentó a su lado

-¿Qué te hicieron? -la miró

-hm... dejame ver, regañarme por pasarme todo el día viendo series con Takao

-sigo preguntando quien es ese Takao -Aomine cerró los ojos para un minuto después quedarse dormido

-me voy a la biblioteca -le dijo la niña levantándose y yéndose.

-Midori-kun, se supone que me ayudarías con Aomine-kun

-primero: deja de decirme Midori-kun con ese tono meloso, segundo: no puedo hacer nada contra Mine-chan, tercero: no molestes... -la niña estaba sentada bajo un estante, mientras que leía un libro que narraba una guerra, un libro nada apto para alguien de su edad

-pero... Miran... -rogó Satsuki, y un momento después cambió su expresión a una oscura -Traé aquí a Aomine-kun ¡Ya! -regaño

-si tú no puedes con él, yo, menos -la ignoró la pequeña

-ya... Satsuki, deja en paz a la niña, la molestas y ya sabes cómo se pone cuando se enoja -el moreno apareció tras uno de los estantes, algo aburrido -dime cómo es que te pueden gustar estos lugares -le dijo a la niña, mientras se rascaba la cabeza

-es la biblioteca, aquí hay magia, historias, y muchos mundos -dijo Miran algo ilusionada

-aght, ya es hora de irnos

La Hermana De Shintarō MidorimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora