-Hazme caso y deja esas pelotas -un amenazante Akashi Seijuro, se acercaba a una niña de no más de 10 años, que tenía, en sus manos un balón de basket y en su rostro una mirada impasible
-rindete Seijuro, sabes que no te haré caso, además, no estoy molestando a nadie -le dijo con naturalidad, mientras lanzaba la pelota en dirección al aro, encestando
-me estas molestando a mi -gruño el chico plantándose frente a ella
-por eso digo, no estoy molestando a nadie -dió un bostezo
-grrr ¡Arght! ¡Eres imposible! -grito el chico agarrándose la cabeza. Esto era una rutina que se veía cada semana en el gimnasio de basket de la secundaria Teikō, aunque en todo caso, solo tenía un espectador y ese era la cancha. La cosa siempre terminaba igual, cualquiera de los dos terminaba retando al otro en un uno a uno, que siempre era ganado por la salvaje, como le decía Akashi. La situación resultaría cómica a cualquiera que conociera bien a esos dos, por la única razón de que Midorima Miran, era la única que podía sacar de quicio a Akashi y después volverlo a poner en su lugar.
El partido se dio nuevamente, la princesa y el emperador, frente a frente, como tantas veces lo habían hecho
-no se ni para que seguimos haciendo esto, si ya sabemos quien va a ganar -dijo la niña teniendo en su posesión el balón -na... Seijuro... algún día me aburriré de ganarte y te dejaré mas solo que naufrago en isla desierta -lanzó hacia la canasta encestando una vez más -pero bueno, al menos me ayudas a practicar
-esta bien -dijo Akashi poniéndose recto, sorprendiendo a la niña -Miran, una vez más, me has ganado, no sé como rayos logras ganarme aun con mi habilidad para predecir -le pasó la mano a la niña, quien al tomarla tiró de el creando un abrazo
-tengo mis trucos, Seijuro, el que tu no hayas logrado adivinar como lo hago ya es tu problema -se acurruco en el pecho del chico, respiró su aroma, olía a manzana roja, por que si, ella lograba distinguir los aromas de ambas clases de manzanas, porque su hermano olía a la manzana verde
-Tu hermano te busca -correspondió el abrazo
-como ya te dije muchas veces, mi hermano sabe donde buscar -salió de entre los brazos del emperador y corrió hacia otra pelota, cuando la tuvo, lanzó de nuevo hacia el aro, haciendo que Akashi negara con la cabeza
-¡Miran! -Midorima Shintarō, camino con toda la tranquilidad del mundo hacía su capitán y su hermana -¿Por qué? -preguntó mirando a su hermana
-porque hoy no hubo -le contestó la niña con una sonrisa -además estaba cerrado
-malvada -le susurro Seijuro
-lo soy, si... ¿y qué? -ella caminó hasta su hermano -ya vámonos.
-hola -Aoyama Mei, la niña que prácticamente mandaba a los demás niños en la escuela, se acerco a Miran, con una sonrisa falsa -ven a jugar con nosotras -le dijo sentándose a su lado
-no quiero, estoy leyendo -le contestó fríamente
-no te pregunté -la agarró del brazo y tiró de ella, haciendo que el libro que leía cayera al piso, ensuciándose en el barro
-¡el libro de mi hermano! -se safó del agarre de Mei y tomó el libro -me va a matar -susurró -¡No te vuelvas a acercar a mi! -le gritó y salió corriendo
-vayan a por ella -ordenó la chica a sus acompañantes.
Miran entró en una clase vacía e intentó limpiar el libro, pero lo manchó más; Shintarō se lo había prestado con la condición de que volviera sano y salvo, una por una la niñas que se juntaban con Mei entraron
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La Hermana De Shintarō Midorima
FanfictionMiran Midorima, hermana menor de Shintarō, adorada por casi toda la Generación de Milagros,la princesita de su hermano, por este motivo, todos, y cuando digo todos son todos, los de la generación de milagros estan obligado a cuidarla, aunque Akashi...