Lo que más quiero

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-Shin-chan ¿Crees que mamá y papá me lo compren? -Pregunté a mi hermano quien estaba terminando de desayunar

-no, es más, te van a decir que deberías concentrarte en tus estudios -apuntó hacia mi cabeza -o tu cerebro vacío se va a llenar con estupideces

-¡Hey! -le reclamé, en otro tiempo, ejem hace dos meses, ejem, le hubiese pegado pero, la violencia no es la solución a todo y es más, puede restarme amigos.

Mientras iba en el metro, estaba entre seguir soñando despierta o dormirme enserio, de veras, no había podido dormir los últimos 3 días porque Shin-chan estaba que debía estudiar y la luz se mantenía prendida, en fin. Tengo que ir a ver a Seijuuro y si no quería pasarme de estación debía reaccionar, pero es que esa lluvia es tan relajante.

Al menos desperté a tiempo, porque Seijuuro ya estaba en la parada esperándome, sombrilla en mano, iba a decir paraguas, pero, esa cosa era gigante.

-¿Seijuuro, sabes lo que deseo más en este mundo? -pregunté en un bostezo

-que yo muera -respondió seco

-hmm no, bueno… ¿no? -me miró levantando una ceja

-¿Dudaste? ¿En serio? Pues esta es la parte en la que te disculpas -estaba indignado

-¿En serio crees que quiero que mueras? -lo miré fijamente y con solo desviar la mirada me lo confirmó -dramático, si te mueres ¿A quién molestaré? -abracé su brazo, se tensó, pero no lo sacó ni hizo el amague

-tienes a tu hermano, a Ryouta y…

-¿Es en serio?

-ya entendí, soy ireemplazable en tu vida, el único que le da perfección -hay que bajarle ese ego, pero en otro momento

-ya, volviendo al tema ¿Sabes qué es lo que más deseo?

-ni me interesa

¿Saben qué hace que tanto lo moleste? Verlo sacar su lado infantil, que mientras está conmigo parezca un adolescente normal y no un robot que tiene que tener el control en sus manos.

-ta bien, tampoco te lo diré -me solté de él puesto que ya habíamos llegado a la escuela. Ahora a buscar a Mayuzumi-senpai

En el receso, lo encontré leyendo en la azotea, como siempre tan predecible, me senté a su lado a mirarlo, él me ignoraba y lo entiendo, a nadie le gusta estar en riesgo de que el FBI le caiga encima. Ya que él no habla mucho, yo tampoco lo hago, asi que solo lo miro de vez en cuando mientras disfruto con los ojos cerrados el sonido del viento.

-Midorima, es hora de ir a la práctica -oigo que alguien me habla -oye, niña -me remueven, terminando así de despertarme del todo, ah… que hermosa vista, no me importaría levantarme así toda la vida: frente a mi, Mayuzumi-senpai me pasaba la mano para ayudarme a levantar, con gusto la tomé, en cuanto me soltó salió de la azotea y yo lo seguí.

-Miran, no intentaré adivinar dónde estuviste todo el día, pero al menos tenías que avisar -Un Seijuuro algo irritado me recibió

-bueno ♪♪♪ -respondí alegre y estreché su mano

-¿Qué voy a hacer contigo? -murmuró más para sí que para mi

-quererme, cuidarme y adorarme -respondí intentando parecer tierna, hizo una mueca de asco y se fue, ouch, eso dolió en mi ego.

Shirogane-sensei me tuvo corriendo de acá para allá con ellos, practicando pases y tiros, en cuanto fallábamos uno de los dos, todo el grupo era castigado, hasta sentí lástima por Seijuuro quien se esforzaba por hacerlo perfecto y que por culpa de nosotros tenía que hacer sentadillas o payasitos, incluso bananitas*.

Lo que daría por estar en mi camita… me recosté en el brazo de Seijuuro, ya que no alcanzaba su hombro, estaba tan cansada que apenas podía ponerme de pie

-ahora entiendo por qué dicen que esta escuela es la mejor -empecé -torturan a sus estudiantes por cada mínimo fallo, más les vale ser los mejores -comenté intentando mantener los ojos abiertos, el pelirrojo me sacudió en un intento de despertarme

-es por eso que la elegí -respondió rindiéndose, aunque no supe a qué se refería

-nunca creí que una mocosa tendría en sus manos al gran Akashi Seijuuro -oí la hermosa voz de Mayuzumi-senpai, eso hizo que reaccionars y al segundo estuviera en el otro extremo del banco, lejos del pelirrojo

-no es lo que crees -respondí rápido

-Chihiro, ese comentario estuvo fuera de lugar -dijo Seijuuro con un tono amenazante, Mayuzumi frunció el ceño

-fuera de la práctica soy tu senpai, no deberías hablarme con ese tono -advirtió

-ese comentario estuvo fuera de lugar -me sonrojé al entender la situación, a Seijuuro le molestaba que lo hicieran parecer mi juguete -no es una mocosa como dices -espera… ¿Qué?

-Seijuuro… -interrumpí -por mi edad, comparado con él, soy eso, estoy segura que no se refirió con mala intención, mejor enojate por el comentario en general -le corregí y me levanté -no tengo en mis manos al gran Akashi Seijuuro, no es un juguete, es mi amigo y me permite hacer cosas que ningún otro hace, es más podría llegar a considerarlo como el típico hermano mediano que se lleva mal con el menoe -hablé para Mayuzumi quien se cruzó de brazos a oir mi explicación

-¿Solo tu amigo? -murmuró tan bajito que dudé de haberlo escuchado, había un brillo de diversión en sus ojos -entiendo, igual me agradaba mi pensamiento anterior, lo hacía ver menos perfecto -pensó en voz alta y luego se despidió con la cabeza.

Íbamos de camino a la estación para que yo pueda volver a casa, Seijuuro no había dicho nada en todo el camino, estaba algo pensativo

–¿Y qué es lo que más deseas? -preguntó cuando ya nos estábamos despidiendo

-hmm… una cama elástica -respondí, él se dió un golpe en la frente y prácticamente me echó al metro.

Me reí adivinando sus pensamientos, podré ser tan genial y tener una charla adecuada con adultos o manipular gente mayor que yo, pero sigo siendo una niña y quiero jugar.

La Hermana De Shintarō MidorimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora