La Hermana De Shintarō Midorima

¿A Quién mato? -Separación

Tercer Año de Teiko

(NARRA MIRAN)

-Shin-chan tengo hambre, quiero irme ya -me queje

-Miran... mantén la boca cerrada -ordenó Seijuro sin mirarme, llevábamos horas en su habitación

-¿Para qué hacen esto va si ya sabemos quien va a ganar? -me seguí quejando, Shin-chan me miró mal

-Miran, te lo diré por segunda vez, cállate -Seijuro me miró con intención de intimidarme. Mi hermano y su capitán estaban desde hace horas jugando shōgi, y yo sentada, mirando, entendiendo todo, pero aburrida, tanto que si muero ahora, me convertiré en zombie

-me hubiesen dejado con Kuro-kun, el me habría llevado a tomar un batido de chocolate, aunque el tome de vainilla o con Mura-chin, hubiese ido a comprar chocolate con helado -ambos me ignoraban, Seijuro jugó un movimiento -o con Mine-chan, a comprar mangas

-¡No...! -gritaron ambos y se giraron a mirarme ¿Qué rayos les pasa?, primero me ignoran y ahora me miran como si estuviera loca, les miré mal

-¿no que...? -pregunté gruñendo

-tu ni iras con Aomine a ningún lado -dictaminó Shin-chan

-ah si... ¿Por qué? -me crucé de brazos

-porque se te va a mudar lo vaga -Seijuro volvió a fijar la vista en el tablero

-porque es un pervertido -dijo Shin-chan

-no creo eso -me tiré al piso -terminen su juego que ya me quiero ir -ordené mirando al techo

-¿Eso fue una órden Miran? -Seijuro lo dijo en tono serio que intimidaría a cualquiera, menos a mí

-si, fue una orden ¡y ya terminen su maldito juego! -mi hermano me miro entre asustado y sorprendido, se escucho un suspiro ruidoso

-ve a la cocina y pide que te den algo, luego ve a la biblioteca y déjanos en paz -ordenó Seijuro

-hmmm... suena razonable ¡gracias Seijuro! -me puse de pie de un salto y lo abracé, para después salir corriendo

-tu hermana es rara -fué lo último que escuché.

Después de ir a la cocina y que la señora que estaba ahí me diera un trozo de pastel, el mayordomo me llevó a la biblioteca

-¡esto es el paraiso! -exclame saltando, el mayordomo sonrió -gracias por traerme -me incline un poco y después comencé a revisar los libros, estuve ahi una hora entre dragones y hechiceros, cuando Shintarō entró y me sacó de mi mundo, con el venía Seijuro, quien solo se quedo en la puerta

-vámonos -me dijo mi hermano, tan serio como siempre

-un rato mas... -le hice una carita de cachorro

-hace un rato te querias ir, ¿parecías desesperada y ahora te quieres quedar? Vámonos -me puso una mano en la cabeza

-me sacas del paraiso y no te vuelvo a hablar en una semana -amenace, Seijuro se río, lo mire mal y este se calló

-Miran... -rogó Shintarō

-ya te dije Shintarō -se alejó un poco con una expresión asustada, yo me volví al libro

-déjala, por hoy, mañana cuando vaye a la escuela la llevaré a tu casa, estará a tiempo para sus clases -escuché que dijo Seijuro, no escuché la contestación de Shintarō -no te preocupes, le puedes pedir permiso a tus padres, estará bien -sentí su mirada clavada en mí pero lo ignore -no me causará problemas, al menos si se queda aquí o en la habitación de invitados -Shintarō estaba hablando bajo, aprete el libro, sabía que estaba tratando de que Seijuro cambiara de opinión, ¿y saben qué? Me da igual, ya estaba por las ultimas paginas, si Shintarō convencía a Seijuro, con gusto me voy a casa, pero si el gana, me quedo aquí, asi que no importa, oye ¿no crees que me estoy aprovechando? Vete, vuelve cuando mate a alguien ¿Por qué tienes que matar a alguien para que yo aparezca? Porque yo quiero. Termine de leer el libro y Shintarō aun no terminaba de hablar con Seijuro, no... ya que terminé, mejor arrastro a mi hermano conmigo antes de que encuentre otra cosa para leer