Cumple de Miran

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Narra Shintarô

Mientras Miran dormía, me puse a revisar el calendario, ya sabía que fecha era, solo quería confirmarlo, domingo, bien, tenía oportunidad de organizarlo todo, aunque esto no se me daba bien.

Bajé a desayunar, no la molesté, debía descansar, padre y madre nos habían llevado anoche al cine y luego a un parque de diversiones, donde se la pasó arrastrándome por casi todos los juegos, a decir verdad, yo también estaba cansado, empecé a buscar los ingredientes para hacer un desayuno que intentaría sea por lo menos decente, internet debía servir para algo. Al tener las cosas en frente, me empecé a desesperar ¿En qué ponía cada cosa? Tenía lo necesario y ya me sabía los pasos, tampoco sabia por donde empezar, necesito ayuda, me cuesta admitirlo, pero es cierto.

Alguien toco el timbre y como llamado por el destino, Kise apareció trás la puerta

-¡Princesa...! -gritó emocionado, pero al ver quien era, su ánimo se apagó y se puso serio -¿Por qué mi princesa no me abrió la puerta? -frunció los labios infantilmente

-llegas justo a tiempo, ayudarás con el desayuno -le ordené poniéndome detrás de el y empujándolo dentro

-¡¿Eh?! ¿Pero qué? -grito

-sh... guarda silencio, está durmiendo

-oh... ¿Y necesitas alguien que ayude a que tu desayuno especial no acabe hecho un desastre...? -se burló, miré hacia otro lado y acomodé mis lentes

-de ninguna manera, si lo hacemos juntos, se hará más rápido -respondí.

Kise preparó casi todo y me ordenó poner la mesa, supuse que se iba a quedar después de esto, por lo que puse otro plato

-le traje un regalo -enseñó una caja, seguro eran unas cuantas fotos suyas

-ajam..., iré a despertarla, no hagas un escándalo, por favor -pedí dirigiéndome a las escaleras, pero antes de dar siquiera un paso, el timbre sonó nuevamente

-¡Dori-chan! -genial, ahora tenía a dos escandalosos en la casa y a un pervertido, los dejé pasar, no sin antes advertirles que guardaran silencio y pedirle a Momoi que me acompañara.

-Miran, es hora de levantarse... -susurré removiéndola

-es tan tierna cuando duerme... -comentó algo emocionada Momoi

-Miran... -levanté un poco su cabeza, con mucha pereza, como siempre, reaccionó y empezó a gruñirme sin siquiera abrir los ojos

-¿Qué quieres Shintarô? déjame dormir... -rogó

-¡DESPIERTA YA MIRAN! -mi paciencia acabó y de un salto se paró poniéndose firme estilo militar

-¡Feliz cumpleaños Dori-chan!!!-gritó Momoi en mi oido, lejos de reaccionar, de otro salto se escondió tras la cama alarmada

-Tu objeto de la suerte de hoy, es algo colorido, por lo que al parecer, tendrás que pasar el día con nosotros -le informé, ella asomó la cabeza y nos observó a cada uno, sonrió y saltó a Momoi, la abrazó y esta la cargó

-vaya, nos despertamos de buen humor hoy... -comentó la chica feliz mientras acariciaba la cabeza de mi hermanita.

Con ella de esa forma, bajamos, las escaleras, Kise al verla la arrebató de los brazos de Momoi y ya no quiso soltarla, ella solo reía, Aomine se limitó a felicitarla de lejos

-¡Tu hermano y yo te hemos preparado un desayuno especial! -le informó Kise mientras la llevaba y la sentaba en la mesa como una princesa, a decir verdad, no me molestaba que Kise la cuide, me aliviaba el trabajo, era casi tan cuidadoso con ella como yo

-¿Shin-chan no quemó nada? -me miró sorprendida, me sonrojé y oculté mi cara

-callate, alguien debía cocinar mientras dormías -repliqué, ella sonrió y se levantó acercándose a mi, me tomó de la camisa y tiró hacia abajo, besó mi mejilla, a veces, por mas peleas que tengamos, podemos ser tiernos el uno con el otro

-¡Primero desayunemos! Así no se enfría -ordenó Kise haciendo el papel de madre -menos mal hemos preparado mucho -informó empezando a servir.

Luego de desayunar, nos propusimos a llevarla a pasear y jugar a la plaza, Akashi me llamó a media mañana informando que teníamos que pasar por su casa para retirar el regalo de ella. Kise, contrario a mis pensamientos originales, no le regaló fotos, en vez de eso, le regaló un peluche de él, aún así nuy egocéntrico, pero ella pareció feliz diciéndole que ahora tenía para abrazar cuando quería verlo, ardí en celos obviamente, mi hermanita era mía, no debía querer a otro. Momoi y Aomine le regalaron otro peluche, pero este era de un perro gris y blanco, también le agradó ¿Cómo no le iba a agradar si adoraba los peluches? Su cuarto estaba lleno de ellos y ya empezaba a mudarlos al mío.

A paso lento, fuimos a la estación para dirigirnos a Kyoto, en el camino, nos encontramos con el grupo de amigos de Miran, que justamente iban a nuestra casa por ella, genial, mas gente, esto estaba empezando a ser molesto

-Buen día Miran, felicidades -Akashi le dio la bienvenida, ella solo le sonrió y agradeció -adelante -nos invitó a pasar -al parecer hay más gente de lo planeado -afirmó -pero bueno, mientras más, mejor -se encongió de hombros -por cierto, Miran, Atsushi envió un paquete para ti -le informó y luego desapareció y volvió trayendo una caja del tamaño de un juego de vasos, pero, no era eso, mas bien, creo que todos ya sabemos que era: dulces de casi exclusivamente todos los sabores que le gustaban a ella.

Pasamos al jardín, donde había decorado de fiesta ¿Que planeaba este chico? Al parecer Miran pensó lo mismo, puesto que frunció el ceño y miró hacia mi pidiendo información

-tranquila Miran, ellos no lo sabían, pero como sabía que iban a estar contigo hoy, simplemente omití el avisarles y organizé esto -explicó Akashi

-Gracias, pero no tenías que molestarte, no tenían que molestarse -nos observó a todos con una sonrisa -son muy amables -hizo una reverencia

-todo sea por nuestra pequeña -uno de sus amigos se acercó y la abrazó, mientras que otro la despeinó

-si Miran, cuando nos visitas nos das un rayito de alegría y alivio -Momoi se acercó a ella y beso su frente

-eres como mi hermanita menor, princesa -esta vez Kise la abrazó

-aunque seas una pequeña salvaje, me ayudas a escaparme de esta loca -le dijo Aomine mientras le despeinaba

-aunque debo dejar de malcriarte -respondió ella mostrándole la lengua

-además, pones a prueba nuestra paciencia y a veces sabes como aliviar pesadillas -agregó Akashi

-eres nuestra niña especial -terminé yo agachándome frente a ella y extendiendo los brazos, ella se lanzó y la envolví con ellos

-Bueno, a festejar -Akashi dio una palmada y algunos empleados trajeron bocaditos.

Estuvimos allí hasta la tarde, luego cada quien empezó a retirarse, no sin antes, recibir la repartija de dulces cortesía de Murasakibara por parte de Miran, fuimos los últimos en irnos porque la cumpleañera insistió en ayudar a los empleados a ordenar y lavar, incluso Akashi se unió a nosotros.

-Gracias hermano, fue un buen día -dijo antes de caer dormida en mi cama, me acomodé a su lado y la abracé, daría mi vida por esta niña aunque no lo demuestre.

La Hermana De Shintarō MidorimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora