El periodo

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-¿Que te parece este? -Me preguntó Akashi, mostrándome un vestido violeta, gruñí, era lindo, lo suficiente como para guardarlo en el fondo de mi armario hasta que lo encuentre mi hija

-¿Que te parece este? -Me preguntó Akashi, mostrándome un vestido violeta, gruñí, era lindo, lo suficiente como para guardarlo en el fondo de mi armario hasta que lo encuentre mi hija

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-No -le gruñi

-Miran, por favor, ¿podrías hacerlo por mí? -pidió serio

-aght, esta bien, pero tienes que pagarme, mi compañía no es gratis -le dije levantándome -me voy al baño -me retiré sintiendo como él iba trás de mi, luego de pagar el vestido, negué con la cabeza y luego me encerré en un cubículo y fué ahí cuando sentí que algo caliente bajaba, mire y era sangre, mier...coles -¡Akashi! ¡Llama a mi hermano! -le grité, esperando que me escuchara, sin embargo, entró al baño de mujeres ¡Al de mujeres!

-¿Qué te pasa? -me preguntó

-llama a mi hermano ¡AHORA! -le grite

-pero...

-¿sabes qué? sal afuera y pídele a cualquier señora que pase, ¡Y no le digas nada más! -pedí, al cabo de un rato escuché que una señora regañaba a Akashi por entrar en el baño de mujeres, reiría, pero no era la situación

-¿Hola? ¿Estás ahí? Tu amigo me dijo que algo te pasaba ¿Que sucede? -escuché que preguntaba la mujer

-em... señora... -joder, ¿y si Akashi está ahí?, no, la señora lo regaño, no creo -pasa que... tuve el periodo -susurré lo suficientemente alto para que me escuchara y lo hiso

-ah... ¿Es la primera vez? -oí el sonido de un bolso abriéndose

-si -me pasó una toallita higiénica por debajo de la puerta

-sabes usarla ¿verdad? -claro que sí, mi hermano me enseño y no sé de donde carajos el aprendió

-si -contesté sin emoción

-bien, tenla porque ya debo retirarme -tomé la toalla y oí que se iba

-muchas gracias, en serio -le dije sincera, al cabo de un rato salí y Akashi estaba recostado en un banco

-¿Qué te paso? -me preguntó incorporándose

-nada que te deba interesar -le dije empezando a caminar con dirección al estacionamiento, corrió hasta a mi, parece que entendió que no le iba a decir por lo que se calló y durante todo el camino no me habló.

Al llegar a casa, ignoré a Seijūro y corrí hasta la habitación de mi hermano, sin tocar abrí la puerta y salté encima de él

-ha pasado -le dije -¿Puedes llamar a mamá? -pedí, él no entendió y negó

-ahora mismo han de estar en la junta, pero... ¿que paso? -bajé la cabeza y al parecer entendió, me agarró de la mano y tiró de mí hasta la pieza de nuestros padres y entró al baño de ellos, trayendo consigo dos paquetes de toallas higiénica -. Uno es de noche, el más grande, el otro es para día -me explicó -¿Quién te ayudo? No me imagino a Akashi en una farmacia mientras compra de estas -dijo, negué

La Hermana De Shintarō MidorimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora