10. Lujuria.

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En el laberinto no sólo se consideraban "Vampiros" simples y comunes, para nada, cada uno llevaba algún tipo en particular que dividía así las clases sociales dentro de la misma comunidad. En la fase del jardín había un grupo en particular que muchos odiaban y amaban a la vez. Los vampiros de la lujuria. Sólo tres personas eran nombrados así, Abel, Hansi y Leia.

Abel el que portaba con mayor orgullo el titulo, poseía una belleza impresionante y era capaz de enamorar a cualquier humana que se le pusiera enfrente. Su hermano menor Hansi, por el contrario, era más egocéntrico, vanidoso y presumido, pero sobre todo ambicioso, quería poseer todo lo que su hermano mayor tuviera. Leia era la única que no se consideraba "raza fina" al ser realmente una humana convertida por Raimundo, su belleza en particular fue lo que la hizo pertenecer a este grupo tan exclusivo.

—¡Hermano! ¡Necesito tu ayuda! –Hansi después de una corta caminata a través de las paredes verdosas del jardín, logró fácilmente llegar hasta lo que era la "habitación" de su hermano mayor Abel.

—¿Qué paso? ¿Y esa humana de donde la sacaste? –Abel dejo a un lado su libro al ver como su hermano traía en brazos una joven humana.

—Me la encontré, al parecer se enveneno con las rosas de Leila, creo que era de Marcos pero al final me la dejó.

Abel no estaba del todo convencido en que eso fuera verdad, después de todo conocía a Marcos, él era un muchacho muy terco y demasiado posesivo con el humano que cayera en sus manos.

—Cuando te la venga a reclamar, se la regresaras –comentó Abel casi refiriéndose a Susan como si fuese una mascota. —¿La morderás tú o yo? –cuestionó poco después aproximándose hacia la joven humana.

—¡Yo! ¡Yo! –Hansi dio unos pocos saltos emocionado como si se tratase de un niño pequeño ante su nuevo juguete, sin embargo Abel puso los ojos en blanco y se acercó quitándole a Susan.

—Hace tiempo que no muerdes a alguien y tus colmillos no tienen filo, la lastimarás y en el último de los casos la asesinarás. Yo la morderé.

—¿Qué hacen? —Leia llegó afortunadamente antes de que ambos varones comenzaran a discutir por saber en quién mordería a la chica.

—Hola preciosa, íbamos a morder a esta humana para que nos de diversión, al parecer estuvo jugando con tus flores y si no la convertimos morirá antes de que nosotros la asesinemos.

Leila frunció el ceño al mirar a la humana, podía recordarla un poco, fue la misma presa que Jared le había llevado a Raimundo, los recordaba perfectamente cuando iban camino al líder.

—Bueno, si vas a morderla hazlo ya o mi veneno la matará primero.

No tuvieron que insistirle, Abel inmediatamente iba a morder a Susan cuando un puño se estampó contra su rostro, tomando al instante a Susan antes de que cayera al suelo.

—¡Marcos! ¿Qué se supone que estás haciendo? —Reclamó Leia al ayudar a Abel a ponerse de pie.

—¡Tú me la diste! –exclamó Hansi acercándose a Marcos, con la intención de prácticamente quitarle de las manos a la humana inconsciente.

—El imbécil de Jared me hipnotizo, sabes que en mi sano juicio jamás entregaría a una humana, mucho menos a ustedes. —Dirigió una amenazante mirada hacia Leila.

—¿Tienes idea de dónde te encuentras? –preguntó Abel limpiándose el labio inferior que tenía algo de sangre.

—¿Por qué te aferras tanto a esa humana?

No le respondió, pero si sintió un dolor en su pecho al verla, al ver una vez más cara a cara a su antiguo amor.

—¿Es que acaso te recuerda a mi? –Dijo Leila mostrando una sonrisa vengativa.

Y esa fue la gota que colmo el vaso, Marcos se dio media vuelta y comenzó a alejarse de los tres vampiros.

—Susan tiene algo que tú no, ella tiene humanidad.

Y sin decir más comenzó a correr con velocidad inhumana, buscando huir de esos tres vampiros antes de que lo atraparan.

El Laberinto del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora