RECUERDOS CURIOSOS Y SORPRESAS FINALES.

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-Bueno y ahora os cantaré mis grandes éxitos. -Eva comenzó a aplaudir como una desesperada y Nano rió con fuerza al ver como la única chica del coche se burlaba de él y de aquella manera.

-Sí, los grandes éxitos de la era de los dinosaurios. -Eva se removió en el asiento sin parar de reír ante mi comentario.

-Mejor que tú sigas conduciendo con prudencia. No mires por el retrovisor, que sé que me observas cuando yo no te veo. -Reí entre dientes mientras Nano parecía estar montando una fiesta en los asientos traseros.

-Me da miedo que me ensucies el coche, solo tiene una semana. -Mi coche nuevo resplandecía tanto que daba miedo incluso sentarse en él.

-Eres un tiquismiquis y un pijo. Mira, mira esta camiseta. -Noté como la mano de Nano cogía la manga corta de mi camiseta desde el asiento trasero. -Una camiseta azul cielo y de Lacoste, esto no puede ser bueno, tú antes no eras así. -Eva me hizo un gran favor y apartó las zarpas de Nano de mí, entonces le sacó la lengua a Nano quien refunfuñó un poco y le devolvió el mismo gesto a Eva. Desde luego, los retrovisores estaban para cotillear a los de detrás.

-Esta camiseta se la regalé yo ayer, cuando cumplimos un mes. -Eva volvió a sacarle la lengua a Nano y después acarició mi brazo con ternura y me dio un beso pequeño en la mejilla. Ellos quizá no se dieron cuenta, pero casi pierdo el control del coche en cuanto noté el contacto de Eva, su caricia... "Mierda, lo de estar enamorado es un caos y un peligro".

-¡Maravilloso, espectacular! -Gritó Nano de repente como un desesperado, a lo que Eva intento darle un golpe a Nano desde el asiento del copiloto.

-¡Eres tonto! -Dijo Eva entre risas. -Te burlas de nosotros.

-No, si a mí me encanta veros tan bien. -Dijo Nano con voz pausada y seria para después comenzar a reír a carcajada limpia, contagiando a Eva.

Me daba pena a mí mismo. Tener que soportar a dos personas que se mueven tanto en el coche mientras tú conduces es de superhéroes.

-Nano, para de moverte tanto en el asiento de atrás, me estás poniendo nervioso.

-Las vacas del pueblo ya se han escapao' rau riau. Las vacas del pueblo ya se han escapado, rau riau. Y dice el alcalde que no salga nadie, que... -Corté aquella canción tan absurda al momento.

-Si no paras de cantar esa mierda, te dejo en la cuneta y rapado al cero. -Eva empieza a reír más fuerte y con descontrol mientras intenta beber agua de una botella de plástico, su garganta debía de estar seca de tanto reír.

Por un momento dejé de escuchar a Nano cantar y me concentré en el sonido de la risa de Eva...

"Paula no para de reír en cuanto deposito un sonoro beso en su labios finos. "Quiero a una mujer de labios carnosos, no finos", pienso para mí.

Paula besa mi torso y clava sus uñas largas en mi espalda. "Quiero a una mujer que acaricie mi espalda, no que me la despelleje", pienso de nuevo.

Paula apaga la luz en cuanto la cosa sube de tono. "¿Qué haces?", le preguntó con el ceño fruncido y totalmente en desacuerdo en apagar la luz. "Quiero sexo a oscuras, eso me pone mucho más", me dice con furia, besando mi cuello con desesperación. "Quiero a una mujer que deseé hacer el amor, no sexo. Quiero a una mujer que quiera hacer el amor con la luz tenue de la habitación, no a oscuras. Quiero que deseé ver aquel momento tan especial", pienso una y otra vez mientras le quitó el sujetador a Paula y acaricio sus delicados pechos.

Paula me dice: "Quiero que acaricies mis pechos con fuerza, estoy más caliente que nunca". "Quiero a una mujer que se avergüence de su primera vez, pero que esa vergüenza sea hermosa", pienso, pienso y pienso.

Hasta escuchar tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora