Aquella no era la primera vez que lo veía, porque una semana atrás lo había visto en otra fiesta. No había escuchado su voz, no había hablado con él... Pero por un momento pude mirarle a los ojos y fue ahí cuando toda mi atención se centró en él. Sus ojos verdes parecieron suplicarme ayuda, pero bien sabía que él no me había visto. Y eso es todo... Y ahora me encontraba detrás de unos matorrales de un jardín sin flores, donde la luna llena hacía de luz en la vida de aquellos jóvenes que bailaban con desesperación en aquel jardín. En toda la semana no había dejado de pensar en él y ahora mi mayor misión era espiarle, como una acosadora o algo así.
Él hablaba con sus amigos animadamente, aunque parecía buscar a alguien con la mirada. No era extraño pensar que era el chico más guapo sobre la faz de la tierra, al menos según mi criterio, porque mis amigas creían que aquel chico misterioso era del montón. ¿A qué se refiere la gente cuándo dice del montón? Como nunca entendí aquello, no paré de mirarlo en toda la noche.-Creo que deberías parar de mirarlo. Acabarás desgastándolo con la mirada. -Tuve que abrir bien mis oídos para poder escuchar lo que Alicia acababa de decirme ya que la música de fondo podría oírse a tres kilómetros de distancia. Se agachó a mi lado, separó un poco los arbustos y miró hacia la misma dirección que yo. -Dime, ¿ya sabes su DNI? -Me preguntó en tono irónico. Me trataba como una acosadora, lo que yo decía.
-Muy graciosa. -Ella río al comprobar mi pique en la voz.
-No, ahora en serio... ¿Tanto te gusta como para estar espiándole? ¡Ve allí, preséntate y déjate de tonterías! -Resopló repetidas veces, pero sin dejar de seguir con la mirada a mí chico misterioso.
-No es que me guste... -Mentí para mis adentros... Aunque en realidad, ¿cómo podía gustarme alguien a quién no conocía? Era lo más extraño que me había pasado en toda la vida y los sentimientos que comenzaban a crecer en mi interior estaban completamente desordenados y confusos. -Además, no pienso ir a presentarme... Tengo suficiente con observarle. -Alicia movió negativamente la cabeza, dando por perdido aquel asunto.
-Tú misma. -Dijo mientras se levantaba del césped. -Pero si sigues así, jamás lo conocerás y a lo mejor habrás perdido para siempre al amor de tu vida. -Dicho esto y con cara de pocos amigos, dio media vuelta y se marchó con otras chicas que me miraban y reían con burla.
Aquello me hizo sentir peor porque sabía en lo más profundo de mí alma que yo no estaba hecha de la misma pasta que las demás chicas, las cuales pensaban solamente en sexo, drogas y rock & roll. Yo creía en el amor, ellas no; yo no fumaba, ellas sí; yo no bebía, ellas sí; ellas no eran vírgenes... yo sí. "Por algo te dicen la santita", pensé para mis adentros.
Continué mirándole durante muchos minutos más o quizá horas, hasta que abrazó a unos cuantos amigos y se dirigió hacia la calle con uno del brazo. Pestañeé repetidas veces, pensando en si era mejor dejarle ir o seguirle y hablarle antes que se marchara... Supongo que la segunda opción era la más apropiada, así que tomé aire con fuerza, me levanté del césped y comencé a seguirlos a través de la penumbra de la noche.***
-Vamos, entra en el coche... Pero con cuidado. -Lucas parecía un zombi con aquellas ojeras que le llegaban al suelo. Había bebido y no me extrañaba que alguien le hubiera metido una pastilla en la bebida. No hablaba con coherencia, solamente decía tonterías y más tonterías.
-Eres el tío más legal del universo. Te quiero. -Me abrazó con fuerza y me besó en la mejilla, provocando que su olor a alcohol me hiciera arrugar la nariz. Hice que dejara de abrazarme, abrí la puerta del copiloto de mi coche, metí a Lucas como pude intentando no hacerle daño y le abroché el cinturón.
-Y no te lo desates, ¿me has entendido? -Le señalé con el dedo, pero él solamente me hizo una mueca burlona. Siempre había sido el pringado, el chico tonto que tiene que llevar a sus amigos borrachos y drogados a sus casas... Era absolutamente patético. Ahora no podría buscar a la chica que me había llamado la atención una semana atrás. "Puede que no estuviera en la fiesta, Hugo". Intenté no pensar en aquello, porque si no iba a arrepentirme de llevar a Lucas a su casa y después nadie querría hacerlo.
Entré en la parte del conductor, me abroché el cinturón y me dispuse a salir de aquel lugar.
***
Otra vez no me había atrevido, no había sido lo suficientemente valiente como para presentarme. ¿Ahora cuándo lo volvería a ver? ¿Tendría que decirle a Alicia que me llevase de nuevo con ella a una fiesta? Vi como arrancaba el coche después de ayudar a su amigo a subir al asiento del copiloto y se marchaba a toda prisa. "Eres una cobarde, Eva; quién sabe cuándo vas a tener otra oportunidad como esa". Suspiré cansada y volví a la fiesta, nostálgicamente.
***
La carretera no estaba bien iluminada y me era difícil conducir solo con las luces de mi coche; y para colmo, Lucas no paraba de canturrear una canción que me ponía de los nervios.
-Lucas, para; por favor, necesito concentración. -Fijé la vista todavía más en la carretera. Había sonado muy serio, pero ni así me hizo caso. Lucas comenzó a tocar el cambio de marchas, provocando que el coche diera tumbos y se moviera de un lado para otro a causa de mis nervios. - ¡Para! -Le grité con fuerza. Lucas me miró con rabia y desabrochó su cinturón, haciendo que yo suplicara al cielo para que no le pasara nada malo.
-Tú no eres nadie para decirme que tengo que hacer. -Me dijo con los ojos inyectados en sangre. -Trae ya conduzco yo. -Me aferré al volante y aminoré la marcha pero de nada sirvió. De repente, Lucas movió con rapidez su cuerpo hacia mí, levantó sus manos al aire tocando el techo del coche y por último posó sus manos en el volante. Lo comenzó a mover violentamente de un lado a otro y con despreocupación. Yo le rogaba a voz en grito que parara, que acabaríamos chocándonos... Pero no me hizo caso, al contrario... Acabó por pegarme un puñetazo en toda la cara y aquello fue el colmo, mis manos cayeron a mi regazo y el coche se descontroló totalmente.
Aquel momento cambió mi vida para siempre. Todos los sueños que podía haber tenido desaparecieron como arte de magia; todas las esperanzas de volver a ser feliz, también desparecieron; todas las esperanzas de poder encontrar al amor, también desaparecieron. ¿Ahora qué me quedaba?
***
Al día siguiente me enteré que un chico amigo de una compañera de mi clase en la universidad y que había ido el otro día a la fiesta había tenido un accidente y estaba en coma. Pero no fue en aquel momento cuando me enteré que era mí príncipe azul el supuesto chico.
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No pensaba empezar hasta la semana que viene, pero estoy tan contenta que Eva saca disco y que voy a conocerla en las firmas que me ha apetecido empezar a compartirla con vosotrxs🥰
Contadme impresiones sobre el primer capítulo que ya sabéis que me encanta leeros💘
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Hasta escuchar tu voz
FanficConsideraréis esta historia como una especie de obsesión por mi parte, pero no os preocupéis, estoy loca... Pero solo por una persona; por el hombre que me enseñó a vivir, que me enseñó a respirar por primera vez, a mis veintiséis años. Me enseñó qu...