DISPUESTOS A TODO

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No quería hablar de esto con ella por teléfono, así que enseguida había dejado atrás Carcassonne y me había dirigido a España dispuesto a hablar con Eva, dispuesto a que confesara qué era todo lo que Paula le había dicho.

"Ivet puso el vídeo dentro de la ranura del reproductor y en la pantalla del televisor que tenía en su habitación, comenzó a salir una imagen que comenzaba justo en el momento en que Eva y yo nos besábamos en la hierba.

Me senté en su cama contemplando con nostalgia la escena. Ya ni me acordaba cómo sabían sus labios, había pasado demasiado tiempo. Se me hacía como si hubiese pasado una eternidad.

-Lo cierto es que en cuanto vi esto me dio mucha curiosidad ya que me dijiste que estabais en la piscina antes que Eva se fuera. -Ivet se sentó a mi lado, al borde izquierdo de la cama y acarició mi espalda con dulzura, dándome ánimos por algo que aún no habían visto mis ojos.

-Eva me quería todavía en el momento que fui a por las toallas. -Aquello era lo que más me dolía a mí. Alguien no dejaba de amar en un minuto, imposible. A no ser que ella jamás me hubiese querido y eso intentaba negármelo día sí y día también.

-Hugo, Eva sigue amándote ya lo verás.

Lo vi. Y no quería al principio creerlo.

Paula, después que saliésemos de la piscina, salió de entre unos arbustos y se dirigió a Eva, quien parecía tan incrédula como yo ante la situación.

Después de un intercambio de palabras, Paula abofeteó a Eva y por poco la tiró al suelo. Yo me levanté del sofá hecho una furia.

-¡Maldita sea! ¡Será zorra! ¿Cómo se atreve a pegarla?

-Tranquilo, Eva se la devuelve -Ivet se levantó y se acercó a mí para cogerme de la mano.

Así fue, a continuación, Eva golpeó a Paula mucho más fuerte, cosa que me dejó de piedra.

-Ella se defendió... Porque... -Ivet levantó sus hombros dándome a entender que ella tampoco lo sabía.

Entre ellas comenzaron a hablar, pero a mí se me desencajó el rostro al ver como Eva parecía estar llorando a borbotones.

Después de lo que parecía un monólogo de Paula, ella volvió a pegarla con mucho más fuerza y la tiró al suelo, cosa que provocó que Eva saliera corriendo de allí"

Ahora me encontraba allí, delante de su casa, en la otra acera, viendo como Eva salía de su portería con Dani de la mano. Estaba sonriente, parecía feliz, aunque mucho más delgada. Llevaba el cabello suelto y el sol provocaba que el color de su pelo se tornase de un marrón miel precioso.

Me daba miedo hablar de aquello con Dani delante, no sabía qué hacer, así que los seguí para ver a dónde iban con tanto entusiasmo. Jamás lo había visto con aquella sonrisa en el rostro, mirando embobado a Eva mientras esta parecía explicarle algo con más alegría de lo normal. Había hecho en Dani un gran cambio en estos pocos días. Su aspecto era mejor que el que solía llevar en el orfanato o cuando vivía con su padre, incluso lo llevaba peinado como un señorito, aunque a Dani no parecía disgustarle en absoluto.

"Abrí la puerta con fuerza y casi la saqué de su sitio, incluso Ivet se asustó por lo enfadado que estaba en aquellos momentos. Odiaba a Paula con todas mis fuerzas, esa mujer no era mi hermana, no lo era. Solamente era un diablo vestido de mujer y que solo le gustaba hacer daño a sus personas más cercanas.

-Por favor, Hugo... No hagas ninguna tontería, todo esto lo podemos hablar con tranquilidad -Bajé las escaleras a toda prisa mientras Ivet me seguía detrás mío, suplicándome una y otra vez que me tranquilizara, pero yo no podía tranquilizarme; Paula había arruinado mi vida en un simple minuto.

Hasta escuchar tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora