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El detective le sonrío al espejo y peino su mechón rebelde por quinta vez en la mañana, mientras volvía a planear su comportamiento frente al espejo.

—Hola señor Kim...¿como amaneció?—Sonrio dulcemente como solía hacerlo, pero nuevamente se retractó y suspiro.—Esa sonrisa es demasiada coqueta.—Formo un pequeño puchero en sus labios y salio del cuarto de baño, para dirigirse hacia su habitación y terminar de ponerse su uniforme.

Eran las 8 de la mañana y ya estaba preparándose para salir, aunque que era demasiado temprano a lo que había acordado con el castaño, pero no pudo evitar levantarse temprano pues desde el día de ayer había estado emocionado de volver a ver a su amigo.

Término de poner el típico uniforme perteneciente a la comisaría y salió de su habitación, para después bajar por las escaleras; se dirigió hacia la cocina donde ya hacia un ramo de rosas rojas, el no era estúpido y sabia que Seok Jin era hombre, pero también sabia que a todo mundo le gustaban las rosas y ¿por que no regalarle unas a su nuevo amigo y compañero?

Caminó hacia la entrada no sin antes asegurar las llaves de la casa y del coche  en su bolsillo, también de asegurarse de no olvidar el ramo sobre la mesa; viendo que todo estaba en orden abrió la puerta principal, pero vaya sorpresa al ver a su prometida apunto de introducir la llave a la puerta.

—Irene...¿Que haces aquí?

—¿Como que que hago aquí?—Frunció su ceño extrañada por la pregunta de su prometido.—Vine hacerte el desayuno.

—No era necesario, iré a trabajar.

—¿A estas horas?, tu entras a las 10 de día a trabajar y apenas son las 8.

—Bueno es que tengo que hacer unos pendientes antes de llegar a la oficina.

—De todos modos no iras a ningún lado sin haber desayunado, así que vuelve a dentro, no te tomara mucho tiempo.—Le sonrío dulcemente, hasta que su mirada fue bajando, encontrándose con un ramo de rosas.—¿Y esas rosas?¿Son para mi?—Preguntó emocionada.

—A-ah si, son para ti...—No tuvo más opcion que entregárselas.

—Awww, gracias mi amor.—Le robó un casto beso de los labios y después se adentro a la casa.—¡Anda Nam, no tardare en hacer el desayuno!—Gritó ya desde la cocina.

—Mmh, bien...—Bufó y se dio la vuelta a pasos pesados para después volver a adentrarse a la casa.

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Le habia llevado casi una hora deshacerse de su prometida, pues cuando termino de desayunar ella prácticamente se hinco para que tuvieran un poco de acción matutina, pero Namjoon se negó, tenía una cita de trabajo con su nuevo amigo y no quería llegar tarde a ella.

En estos instantes se encontraba justo enfrente de la puerta del departamento del doctor, con el reloj a 5 minutos de dar las 9 de la mañana y con la inquietud de ver al doctor de nuevo, y es que Namjoon no sabia por qué se sentía así cada vez que lo veía o cada vez que estaba cerca de el, lo que si sabía es que Seok Jin era su único amigo  en 30 años.

Miró su reloj, esperando a que aquellos interminables y desesperantes 5 minutos llegarán a su fin, su reloj marcó a las 9 en punto y felizmente tocó el timbre, para después esperar a que abrieran la puerta.

Un chico de caballera castaña y con pijama de perritos abrió la puerta mientras bostezaba y con su mano libre tallaba su ojo derecho.

—Ah~...Buenos dias Nam...—Se estiró un poco y se hizo a un lado para que el detective entrará.

—Hola Jinnie, yo...—Hizo una pausa para admirar lo tierno que se veía con cabello desordenado, tallando sus ojos mientras volvía a bostezar y con aquella pijama de perritos.—Lamentó si te desperté, tal vez debí venir un poco más tarde.

—Te soy sincero Nam...—Habló mientras caminaba hacia un sofá y se sentaba sobre este.—En todas mis citas llegan tarde, sea de trabajo o sentimentales, es por eso que pensé que tendría algo de tiempo para limpiar y arreglarme un poco, pero ya vi que n~...—Volvió a bostezar, causándole gran ternura a Namjoon.—Lo siento...—Río avergonzado.

—No, no tienes nada de que pedir perdón.

—Es que me da tanta pena que me veas así, con cabello desordenado, ojos inchados, mal aliento, pijama...—Hizo un puchero.

—Ja ja ja.—Río ante el puchero y la forma en que mencionó todo aquello, como si tan solo fuera un pequeño.—No te preocupes, yo puedo esperarte mientras vas a arreglarte, no tengo prisa...

—¿Seguro?

—Claro.

—¡Gracias!—Se levantó del sofá y caminó hasta las escaleras.—En la cocina hay café, por si gustas...

—Muchas gracias Jinnie...

—Y si tienes hambre podría hacerte algo de desayunar, para así poder desayunar juntos.

—Gracias, aunque con una taza de café me conformó.

—De acuerdo.—Asintió y caminó por las escaleras hasta su habitación para poder cambiarse de ropa y arreglarse.

—Espero que haya harina para waffles...—Se quitó el abrigo y entró a la cocina, quería sorprender a Jin, quería hacerle algo especial, quería consentirlo aunque sea con un desayuno.

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—Namjoon ya estoy listo, ya podemos irn-....—Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando vio a Namjoon dentro de la cocina, completamente cubierto de harina para waffles, y que decir de su cabello escurriendo completamente de huevo, le causó demasiada gracia esa escena, pero le causó aún más ternura y por eso se acercó a paso lento.—Namjoon...¿Q-que paso?

—Hola Jinnie...bueno...yo..quería preparar el desayuno y... olvidé ponerle la tapa a la licuadora.—Mordió su labio inferior, sintiendose apenado con su aspecto.

—Ja ja, pero yo podría hacerlo, ¿tanta hambre tenías?

—No, no es eso, es que yo quería prepararlo para ti, quería hacerte algo...

—Yah, ¿querías consentirme con el desayuno?

—Sí, ¡quería hacer eso!—Asintió felizmente al saber que Jin no estaba enojado con el y comprendía el detalle que el quería hacer.

—Ja ja ja, ¡pero mira como has quedado!, pareces tu el waffle, ja ja ja, será mejor que vayas a bañarte antes de que el huevo en tu cabello se sequé y endurezca.

—Je je, si...—Sonrojado comenzó a caminar fuera de la cocina.

—Namjoon...—Lo detuvo cuando subia las escaleras.

—¿Si?

—Gracias... nadie había tenido ese detalle conmigo...

—Yo...de nada Jin..—Sonrío dulcemente mientras lo miraba fijamente, ver el rostro de su amigo se había convertido en su actividad favorita.—Ah...yo olvidé decirte que iré a buscar pistas sobre un caso en la calle Wings, por si te gustaría acompañarme.

—Si claro, en cuanto salgas iremos.

—Gracias...—Asintió y siguió subiendo las escaleras, para después seguir sus instintos y encontrar lo que pareciera el cuarto de baño, pues no quería entrar en el cuarto equivocado.

༺SEXY'S PROFESIONES༻  [KNJ & KSJ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora