Revelaciones

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Lincoln había salido de su casa para así tomar algo de aire fresco. Aún era temprano, así que decidió en disfrutar de este día el cual era muy bueno y agradable.

Mientras caminaba Lincoln observaba las casas que conformaba el vecindario en donde vive, podía ver a las personas que viven en esas casas disfrutar de su día. Se les notaba en sus rostros una sonrisa de genuina felicidad, Lincoln sabía a qué se debía eso, y es que los vecinos estaban felices de que ya no estaba ese molesto ruido que antes había en ese lugar.

Y era de esperarse, ya que en su casa era muy conocida por el constante ruido que salía de la misma, eso debido al bullicio que sus "hermanas" solían hacer, en donde no había día y hora en donde no se escuchaba ese molesto ruido. Pero ahora era muy diferente y ahora esas personas podrían vivir sus vidas sin algo que les arruine su momento de paz.

_ Ahora todos ellos podrán vivir tranquilos sin que una manada de chicas locas hagan ruido de manera incesante._ decía Lincoln mirando las casas.

¿Y quién no quisiera poder vivir tranquilo sin que haya algo que les arruine su momento de paz? Todo el mundo, los vecinos tuvieron que soportar los molesto ruidos que las chicas hacían. Hubo una ocasión en donde algunos vecinos se pusieron de acuerdo e hicieron una petición en donde decía que la familia Loud se tuvieran que irse de ahí, cosa que no se logró del todo pero aún así los mantendría vigilados.

Algunos de ellos tuvieron que soportar los daños que sus hermanas hacían, como las explosiones de Lisa, los pelotazos de Lynn, las bromas de Luan, las ventanas rotas por los acordes que hacía Luna, y la lista sigue y sigue. Las chicas eran responsables de todos los daños que ellas mismas provocaban, y en todas ellas se salían con la suya, se preguntaba el como les hacía para salir impune y que sus padres no les dé un castigo, de seguro con el dinero que ellas ganaban en sus actividades lograban salirse del problema y sin sentir culpa alguna.

Fueron años en donde varios de los vecinos tuvieron que soportarlas a todas ellas, sobre todo su vecino viejo, el señor Quejon. Quién tuvo que soportar esos molestos ruidos durante 17 largos y tortuosos años, pero ahora ese señor gruñón podría disfrutar de lo que le quede de vida sin tener que aguantar ese molesto ruido que provenía de la casa de al lado de la suya.

_ Sin tan solo supiera él el motivo por el cual ya no hay ruido que moleste a muchos. Tal vez ya lo sabe y se hace la vista gorda, o quizás simplemente no le interesa saber el motivo por el cual ya no hay ruidos en mi casa. Además lo conozco muy bien, y sé que él no es como otros vecinos que son metiches y se meten en donde no los llaman, de seguro eso es._ decía Lincoln para si mismo.

Sea cual sea la razón por el cual el señor Quejon no sabe del por qué ya no hay ruido en la casa Loud no es tema que a Lincoln le incumba, pero juró a ver visto y oído al señor Quejon agradeciéndole al cielo que el molesto ruido que provenía de la casa del al lado se fuera.

Y de seguro apostaría lo que fuera Lincoln de que los demás vecinos hicieron lo mismo al ver que ya no hay más ruido en los alrededores del vecindario, al menos una cosa buena hicieron su familia al irse de casa, ya nadie tendrá que soportar los ruidos y desastres que sus hermanas provocaban.

Pasado algunos minutos Lincoln vio que pasaba por el parque Ketchan y decidió entrar, estando adentro vio a varias personas estando ahí relajándose, puesto que es sábado y las personas aprovechan al máximo este día para pasarla de lo mejor.
Fue a recostarse en un árbol cercano donde daba una buena sombra, fue y se acostó ahí. Estando acostado en el pasto miraba el cielo azul, el día era como se había dicho, era hermoso, no parecía que fuera a ponerse feo, era relajante, tan calmado, tan pacífico, ya le hacía falta esto a Lincoln.

Estando acostado en eso le vino a la mente a Lincoln lo que sucedió ahora en la mañana, el como Luna no fue capaz de decirle a sus amigos que ella se iría a otra ciudad, o por lo menos, despedirse de ellos, cosa que en todo sentido es imperdonable, el hecho de irse así sin decirle a las personas que supuestamente, son tus amigos, no tiene perdón de nadie.

The Lincoln House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora