Una dolorosa revelación

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_ Abuelo.

Fue lo que dijo Lincoln al encontrarse a la persona que tocaba la puerta de su casa, no se esperaba para nada que él viniera ahora mismo.

Su abuelo, ese dulce señor de la tercera edad, alto, de cuerpo ancho, vistiendo siempre de la misma manera, con su camisa de botones manga larga arremangada de color blanca, unos jeans azul con tirantes y zapatillas de color blanca.

Un señor muy interesante y del cual todos quisieran tener un abuelo como él, y del cual Lincoln lo admira mucho, eso debido a las incontables historias que su abuelo le cuenta de cómo eran sus días cuando estuvo en la marina, el como batalló contr...

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Un señor muy interesante y del cual todos quisieran tener un abuelo como él, y del cual Lincoln lo admira mucho, eso debido a las incontables historias que su abuelo le cuenta de cómo eran sus días cuando estuvo en la marina, el como batalló contra el enemigo, el como recibieron ataques de los mismos y de cómo pudo sobrevivir. Pero sobre todo, fue de él quien Lincoln heredó ese color inusual de cabello.

Lincoln le contaría a su abuelo de lo sucedido con su familia y el asunto de la mala suerte, no estaba del todo listo para contarle a su abuelo de lo que pasó, por lo que quiso esperar un tiempo más. Pero él estaba ahí, de pie frente a él en el marco de la puerta, sonriéndole con esa sonrisa en su rostro arrugado por los años que lleva pero que aún le queda mucho que ofrecer ese dulce señor amigable.

_ Así es, tu abuelo favorito está aquí, ¿Y adivina que? No vengo solo en esta ocasión._ dijo el abuelo Albert emocionado.

Sin recibir respuesta de parte de Lincoln, el abuelo Albert se hace un lado para dar paso a una señora mayor, de cabello castaño con un peinado muy grande, de baja estatura, usaba una blusa de color rojo sin mangas, unos pantalones de color marrón y unos zapatos color blancos. Lincoln la conoce, puesto que es la actual pareja de su abuelo, su nombre es Myrtle.

_ ¡Hola Lincoln, ya te extrañaba volver a verte!._ saludó Myrtle a su nieto.

_ ¡Hola abuela Myrtle!._ respondió Lincoln emocionado.

Lincoln va a donde estaba ambos señores y les da un abrazo a los dos, ambos señores ya tenían ganas de volver a ver a sus nietos, aunque les alegraba ver por lo menos a uno de ellos. Unos segundos pasaron y los tres se separaron.

_ Me alegra verlos nuevamente, ¿Y que les trae por aquí?._ preguntó Lincoln a sus abuelos.

_ ¿Acaso no puedo venir a ver a mis queridos nietos y abrazarlos? Si eso fuese un delito pues que me lleven a la cárcel, pero eso si, necesitarán a todo un ejercito para poder mover a este viejo._ respondió de manera cómica Albert.

_ Jeje cierto, pero mejor entremos para que así se pongan cómodos y podamos hablar un poco._ dijo Lincoln a los señores.

_ Tienes razón, entremos por qué me están doliendo un poco los pies._ comentó Albert.

Los tres entraron a la casa Loud, o mejor dicho la ex casa Loud, en donde al entrar Albert pudo sentir algo distinto cuando entró, o mejor dicho, sentía una sensación extraña cuando llegó a la entrada. Ya que no escuchaba los grandes ruidos que sus nietas suelen hacer y que siempre él escucha cuando llega a la casa a visitarlos.

The Lincoln House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora