El inicio de un amor

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En el capítulo anterior vimos como Lincoln había llevado a su amiga Liberty al hotel donde él vive y es dueño. Cosa que sorprendió muchísimo a la albina, quien no se imaginaba que su amigo fuera dueño de un gran hotel lujoso de cinco estrellas con todo incluido.

Luego de tener una preve charla con Mauricio y que este quedara shockeado al ver a Liberty y el gran parecido que comparte con Lincoln. En estos momentos los dos albinos fueron a dónde está el elevador para ir a la habitación de Lincoln para así poder hacer el trabajo que les dejaron a ellos dos.

Ambos albinos estaban dentro del elevador, esperaron hasta que se detuviera en el piso en donde está la habitación del peliblanco. Fue que en ese momento el elevador se detuvo repentinamente, causando que Liberty se asuste un poco.

_ ¿Que fue eso?— preguntó la albina.

_ Creo que el elevador se debió de haber atascado. Tendré que pedirle a los de mantenimiento que se ocupen de esto más tarde.— dijo Lincoln lo que pasa.

En eso Lincoln se dirige al tablero con los botones del elevador, apretó uno que era de emergencia cuando llegase a suceder este tipo de situaciones. Una vez que lo apretó vio a su amiga para así decirle.

_ Descuida, este elevador viene equipado con un sistema de seguridad que funciona cuando ocurre este tipo de casos. La ayuda vendrá pronto.— contaba Lincoln a Liberty.

_ Menos mal, no quisiera estar aquí encerrada. No me mal entendidas, pero a veces suelo tener claustrofobia cuando estoy en lugares así.— decía la peliblanca.

_ Tranquila, también me sucede lo mismo. Y oye, ¿Que te parece si hacemos la tarea aquí? De todos modos vamos a estar aquí por un rato.— proponía Lincoln hacer ahí la tarea.

_ Por supuesto, así podríamos estar distraídos y al mismo tiempo esperar a que venga a rescatarnos.— apoyó la idea Liberty.

Con eso ambos albinos sacaron sus cuadernos y demás para así comenzar a hacer la tarea. Lincoln le explicaba a su amiga el como resolver algunos problemas matemáticos que a ella se le complicaba hacer. Esto claro le sorprendía a la albina, quien no era buena en esto de las matemáticas, pero Lincoln sabía mucho sobre dicha materia.

Pasado un rato ambos peliblancos habían terminado, fue más fácil de lo que pensaron, más que nada a Liberty, como saben, no es buena en esto de las matemáticas. Guardaron sus cosas y a su vez vieron que aún nadie vienen a rescatarlos.

_ Como que se han tardado en venir a por nosotros.— comentó Liberty.

_ Opino igual, aunque no hay que culparlos, ellos hacen lo que pueden para sacarnos de aquí.

_ ¿Que podemos hacer ahora? Ya terminamos la tarea que nos dejaron, y que nos saquen de aquí puede que tarden horas.— preguntaba Lincoln qué podían hacer.

_ Tal vez podríamos hablar sobre algunas cosas sobre nosotros mismos. Ya sabes, para conocernos más de lo que sabemos del uno al otro.— daba su idea Liberty.

_ Me parece bien, desde hace días hemos sido amigos, y ya es momento de contarnos algunas cosas personales entre nosotros dos. Así como he hecho con mis amigos.— aceptaba Lincoln la idea.

_ Genial, empieza tú primero, cuéntame. ¿Cómo es que tienes el cabello así como lo tengo yo? ¿Cómo le hiciste para ser dueño de este hotel? Y más que nada, ¿Tus padres también son dueños de este lugar?— hacía preguntas la albina.

_ Tranquila, una por una. Respondiendo a la primera pregunta. Mi cabello es blanco ya que lo heredé de mi abuelo, quien lo tenía así cuando él era joven.

The Lincoln House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora