El CEOIan
La alarma de mi teléfono suena como todas las mañanas a las 6:00 AM. Suelto un suspiro, la apago y rápidamente me levanto para comenzar otro día de trabajo como CEO de "Black Enterprises, Inc", conocida internacionalmente y la mejor en toda California.
Tomé mi puesto como Director ejecutivo hace tres años cuando mi padre, Henry Black, decidió jubilarse. Desde entonces me esforcé hasta que logré convertirla en la gran empresa multinacional que es hoy.
Abro las cortinas negras que cubren el gran ventanal de mi habitación, que va desde el suelo hasta el techo, y observo detenidamente la playa privada que queda a unos metros.
Nací en Chicago, pero cuando tenía tres años mi padre quedó desempleado así que él y mi madre tomaron la decisión de venirnos a Los Angeles para comenzar desde cero. Unos años después mi padre creó "Black Enterprises, Inc".
Actualmente vivo en un penthouse ubicado en una de las mejores zonas que ofrece Long Beach, cerca de la empresa. Decidí mudarme de la casa de mis padres cuando comencé la universidad y compré el penthouse unos meses después de tomar el mando de la empresa.
Me visto con ropa deportiva y salgo a correr a un parque cercano al edificio. Me gusta hacer ejercicio, me ayuda a liberar el estrés que obtengo en el trabajo y me mantiene en forma. Normalmente voy al gimnasio los fines de semanas ya que el trabajo no me deja mucho tiempo libre.
Después de 45 minutos termino mi rutina diaria y subo al penthouse a prepararme para un agotador día de trabajo.
Cuando salgo de la ducha me ato una toalla alrededor de la cintura, paso una mano por el espejo para limpiar el vapor de agua y observo las profundas ojeras que tengo bajo mis ojos grises. Ultimamente he dormido menos, el trabajo en la empresa es estresante.
Peino mi cabello negro con mis manos y decido salir del baño cuando mi teléfono me avisa que tengo un mensaje nuevo. Es de mi madre.
"¿Ian, cariño, cuando piensas visitarnos?"
Mi madre es una rubia de ojos azules que a sus 53 años se mantiene bastante bien. Es una mujer dulce e inteligente a la que le encanta pasar tiempo en familia. Ella y mi padre llevan treinta años casados y, la verdad, no sé cómo pueden.
Todos los días, desde que decidí independizarme y mudarme de casa, ella me envía algún mensaje, ya sea desde un simple "buenos días" hasta un preocupado "¿ya comiste?".
"Lo siento, mamá, es que no he tenido tiempo últimamente, prometo ir hoy en la noche. Dale saludos a Liv y a papá"
Le escribo en respuesta y me la imagino con una enorme sonrisa al leerlo.
Liv es mi hermana menor, tiene 17 años y es todo un dolor de cabeza. Le encanta llevarle la contraria a mamá y mi padre la consiente en todo lo que puede.
«Tú para que hablas»
Sí, es cierto, yo también la consiento en todo lo que puedo.
"De acuerdo, cariño, te esperaremos para cenar"
Después de leer el mensaje dejo el teléfono encima de la cama y voy a mi armario. Escojo un traje Armani de color negro y una corbata a juego. Me visto y me quedo mirando la gaveta de cristal que contiene mi colección de relojes. Me decido por el Rolex negro que tiene la inicial de mi apellido en el centro, mi padre me lo obsequió el día de mi cumpleaños.
Bajo a la cocina y como siempre, Martha está preparándome el desayuno. Miro la hora y son las 7:10, aún es temprano. Me sirvo una taza de café y me siento a leer el periódico mientras Martha me sirve el desayuno.
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Dulce Tentación
RomanceLa vida de Ian Black da un giro de 180 grados cuando contrata a su nueva secretaria, Antonella Ricci. La dulce y loca italiana será una tentación para el frío magnate que, apesar de todo, caerá rendido ante las llamas del deseo. Pero el pasado de A...