Capítulo 11

8.4K 348 85
                                    


¡Feliz navidad!

Antonella

Giro mi cabeza para mirar el reloj de mi mesita de noche; marca las 6:52 de la mañana. La luz del sol comienza a filtrarse por el cristal de mi ventana, aunque el frío no se disipa ni un poco.

Llevo aproximadamente treinta minutos despierta. ¿Por qué? Pues por dos razones. La primera, porque estoy nerviosa por la entrevista que nos harán a Ian y a mí hoy, la cual será transmitida internacionalmente. Y la segunda razón es porque amo la navidad, y hoy es 25 de diciembre. Desde niña siempre me despertaba antes que todos para revisar debajo del árbol, y el día que "Santa Claus" dejó de traerme mi regalo sufrí muchísimo, a pesar de que tenía 16 años ya.

Como ayer fue noche buena, y no tengo que trabajar por las vacaciones de invierno, me encargué de decorar el apartamento lo más navideño posible. Soy de esas personas que tienen obsesión con la simetría, así que puedo asegurar que la decoración quedó casi perfecta.

Mi teléfono comienza a sonar y lo alcanzo con rapidez, pero siento una pequeña decepción cuando veo que es un número que no tengo registrado.

—¿Sí?

—Antonella, soy Robert, el agente de publicidad de Ian.

—Oh... —carraspeo nerviosa —. ¿Cómo está, señor Robert?

—Bien, querida, te llamo para recordarte que la entrevista es a las ocho de la mañana y que un auto te recogerá treinta minutos antes.

—De acuerdo, gracias.

—Por nada —con eso termina la llamada.

Suelto un pesado suspiro. No me siento segura con el tema de la entrevista, aunque hace tres días que practicamos lo que íbamos a decir cada uno. Robert nos dio ideas para crear nuestra "historia de amor", pero Ian y yo decidimos hacerlo a nuestra manera y distorsionar un poco la verdad a nuestro favor.

Libero otro suspiro cuando pienso en Ian. Anoche estuvimos hablando por largas horas, me explicó que ayer cenó con su familia para celebrar la noche buena y les informó sobre todo el tema del falso compromiso... y también les dijo que soy su novia.

Novia.

Una simple palabra, pero con tanto significado para mí, para nosotros. Sé que será una tarea difícil porque con Ian nada es fácil —y no quiero que lo sea— pero no me rendiré, no con él.

La alarma de mi teléfono comienza a sonar cuando el reloj marca las siete de la mañana. Me levanto de la cama con entusiasmo y una gran sonrisa en la cara. ¡Es navidad! Día para celebrar con las personas que quieres, no tiene que ser tu familia necesariamente, como es mi caso. Este día lo pasaré con mis amigos, y puede que con mi novio también.

«Dios, aún no me lo creo. ¡Ian es mi novio!»

Me dirijo a mi baño con esos pensamientos y me doy una larga ducha en la que exfolio mi piel, y le doy especial atención a mi cabello. Hoy todo tiene que salir perfecto, necesito que salga perfecto.

Hace una semana que pasó todo lo del escándalo, las fotos no se han propagado más, y en lo referente a mi pasado, pues tampoco se ha hablado más de eso en las revistas o programas de chismes, y todo gracias a Ian. También hace una semana que regresé de Miami y discutí con mi madre, y aún no me creo que ni siquiera me haya llamado para saber sobre mí o por lo menos averiguar si estoy en un lugar seguro; que de eso también se encargó Ian, ya que ordenó que instalaran un sistema de seguridad alrededor del apartamento. Así que si alguien intenta entrar por alguna ventana o forzar la puerta, una alarma sonará informándole a la policía y a Ian.

Dulce TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora