Capítulo 3 /Parte 1/

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Debido a que el capítulo 3 es bastante largo decidí dividirlo en 2💜❤

30 noches antes

Hoy fue un día bastante tranquilo teniendo en cuenta todo lo que pasó durante la madrugada.


Creo que nunca olvidaré el cómo se comportaban los que supuestamente tienen mi edad. No era muy lógico que disfruten tanto ver cómo dos personas se estén peleándose a tal punto de desangrarse.


Que hablaran de la muerte de aquel chico como si no significara algo, me parece repulsivo.


Durante todo el día, aparte de que fue tranquilo, estuve mirando las noticias durante todo momento. Para ver si hablaban de ese chico.


Lo más curioso es que sí hablaron de él. Pero justo cuando mi padre estaba conmigo, y eso no me ayudó a ocultar mi cara de asombro al escuchar que por fin se había encontrado el cuerpo de Saul Pérez, un chico de 17 años nacido en España que vino hace 4 años. Había desaparecido -o eso decían las noticias- hace un mes. El cuerpo daba señales de que llevaba muerto al menos una semana y había sido la principal causa una brutal paliza -la que yo vi- y el disparo aumentó la rapidez de perder sangre.



No tiene ningún sentido el que haya muerto hace una semana, cuando en realidad murió anoche.


No me atreví a decírselo ya que seguramente no me creería.



Como si el universo estuviera en mi hermosa contra, mientras estaba viendo una película en Netflix se fue la luz.


Bajo las escaleras para ver qué es lo que sucede y me encuentro con que mi padre está cogiendo una linterna.



- Se fue la luz, Ángela. Quiero que te quedes aquí, aún no sabemos si cuando se va la luz en este pueblo es peligroso o no.



Yo sólo asentí y volví con pasos lentos a mi habitación. Al llegar a la puerta de mi habitación noto que está un poco abierta -y yo la había cerrado, como siempre hacía antes de salir- me asomo un poco y justo vuelve la luz, haciéndome dar un pequeño salto del susto, ya que no me esperaba que la luz volviera.


Me adentro más y noto que hay una nota color gris en mi cama, cosa que no estaba allí hace unos minutos y menos todavía a la una de la mañana.



Me acerco y miro a mi alrededor. No hay nadie (llego a ver a alguien y me da un infarto) pero lo que si veo es que mi balcón está abierto y a una persona cerca del bosque.


Como inconsciente que soy voy corriendo hacia la puerta y después a el bosque.


Cuando llego donde hace un par de minutos había visto a esa persona, ya no estaba.


Mire mis manos dándome cuenta que seguía sujetando el papel. Y en el papel ponía tal cual: "Los grises te vigilan, eres cómplice de asesinato, ya no hay vuelta atrás".


Se me puso la piel de gallina y sentí unos pasos acercándose.


Por miedo me quedé quieta, como cuando ves una película de dinosaurios que dicen "si no me muevo no me ven". Pues estaba haciendo eso mismo.



- ¿Qué haces aquí? - al escuchar esa voz ronca en mi espalda pegué un grito y él rápidamente me tapó la boca - Shh no grites. ¿Sigues sin aprender?



- Uno, estoy aquí porque vi a alguien que creo que salió de mi habitación. Y dos, ¿Qué es lo que tengo que aprender? - solté de mala gana después de morderle la mano, al darme la vuelta me doy cuenta de que se trata del mismo chico que me obligó a correr ayer.



- ¿Y vas a ver de quién se trataba el intruso vestido así? - Señala mi ropa y yo me doy una hostia mental, justo hoy debía de llevar el pijama de Bob Esponja.



- Si. ¿Algún problema?



- Si. Que los grises solo te verán como un aperitivo.



- Pero. ¿Quiénes son los grises?



- No te lo puedo decir aquí. Estamos justo en la zona donde atacan a sus presas. Las llevan aquí y las hacen de todo.



- ¿Cómo sabes tú eso?



-Lo sé porque siempre aparecen muchos cuerpos, ya sean de hace años o de hace días.



- ¿Por qué será que no te creo?



-Porque eres estúpida y quieres saber todo tu.



-Cómo eres capaz de insultarme. Imbécil.



- Ayer te expliqué que no debes ir sola por la calle por la noche y mira dónde te encuentro. Justo en el límite entre su lugar de descanso y el nuestro.



- No es mi culpa vivir al lado del bosque.



- No lo es. Pero si es tu culpa haber salido.



- Cuando me expliques quienes son los grises te haré caso.



Él no pudo decir ninguna palabra ya que se escuchó una sirena.



- ¿Qué cojones?



- Es la sirena de los grises. ¡Debes entrar a tu casa ya!



-¡No!



Después de mi grito negándome se escucharon fuertes risas y ahí es cuando caí en la realidad.


A pesar de no saber quiénes eran los grises, sé que son malos y que están cerca.



- Necesito que hagas todo lo que yo te diga. - no dije nada - ¿Oíste?



- Si...sí.



- Ven - me dio su mano y empezamos a correr como locos hasta llegar al parque de ayer.



- ¿Qué hacemos aquí?



- Escondernos. Si nos ven en este parque, pensarán que somos como ellos y no nos harán daño. Eso sí. Ponte mi sudadera. Llamas mucho la atención con eso - me dio su sudadera negra y me la puse, me llegaba por debajo del culo, me saqué el pelo de la sudadera y me senté en el suelo.



- ¿Me vas a explicar algo? ¿O decir tu nombre?



- Los grises es una leyenda que hay en este pueblo desde hace siglos. Cuando un niño nace con ojos grises se vuelven asesinos por naturaleza, aunque no lleguen a matar personas de jóvenes. Cuando son más mayores van cogiendo agresividad. Los que se reían eran los más agresivos.



- ¿Cómo sabes tu todo eso?



- Ya lo descubrirás. Por ahora. No llames la atención. Ayer sólo estaban los menos agresivos. Hoy están todos juntos.


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Ojos GrisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora