7 noches antes
Esta mañana por fin me pude levantar de la cama sin dolor alguno.
A pesar de que debería de entrenar, Ángel no lo permitió en ningún momento.
Daniel, como era normal, estuvo todo el tiempo quejándose de que debería de entrenar, que si no moriría antes de que la maldición me alcanzara, cosa que me ponía la piel de gallina.
Hay algo que me están ocultando, pero no soy capaz de saber el qué es.En estos dos días me empecé a llevar mucho mejor con Vanesa, y la verdad lo agradezco mucho ya que desde que mi mejor amiga murió no tengo a nadie con quien hablar.
Hoy oficialmente me quedan 7 noches para esta gran caza, y mentiría si digo que no tengo miedo o que no estoy preocupada.
Ahora mismo estoy en la cocina de los padres de Ángel.
Su casa es algo curiosa, ya que los tonos que más se han utilizado en las paredes son el gris y negro.
Empecé a beber agua de una botella, cuando escuché unas pisadas que se dirigían hacia mí, tiré la botella al suelo del miedo que me provocó, empecé a darme la vuelta cuando vi el cuerpo de Ángel, él estaba medio desnudo, es decir, sólo iba con unos pantalones, y la verdad, menuda tableta que tiene.— Menudo susto que te has pegado eh.
— Sí.
— ¿Qué haces aquí a estas horas?
— Beber agua, ¿o no me ves?
— Ah, ¿que estabas bebiendo agua de esa botella que está en el suelo?
— Sí.
— Y se puede... — Se escucha un fuerte golpe fuera de la casa, provocando que Ángel se quedara en silencio. Nos alertamos aún más cuando escuchamos que intentan abrir la puerta, en ese momento él me agarra de la muñeca y me tira de él, metiéndonos en una habitación.
Me estaba poniendo cada vez más nerviosa, estaba acelerada y me costaba respirar.
Los recuerdos de aquella noche empiezan a aparecer, atormentándome.— Intenta tranquilizarte o nos escucharán.
— No...no puedo.
— No me dejas de otra — acerca su cara a la mía y me besa, era un beso tranquilo, justo lo que necesitaba en ese momento. Segundos después se aleja de mis labios y me sonríe — estás más tranquila o necesitas que te ayude.
No le contesté, no sabía qué decirle, no me esperaba que me besara y que lo hiciera sólo hizo que me sorprendiera mucho más.
Empezamos a escuchar cómo rebuscan de aquí para allá la casa y nuevamente recuerdos aparecen en mi memoria.
Horas después de que mataran a mis padres oí a los policías decir que habían rebuscado la casa, y que posiblemente se tratara de un robo y que al ser descubiertos decidieron matarlos.— Hey tranquila, no estás sola — me abrazó para consolarme, Ángel me abrazó por la cintura y nos sentó a los dos en una cama.
Me estuvo acariciando la cabeza hasta que me tranquilice.
Aunque llevábamos como una hora metidos en ese cuarto, los ruidos no cesaron en ningún momento.
Estuvimos así por horas hasta que salió el sol y se fueron.
No fui capaz de pronunciar palabra alguna.
Por miedo a que nos estuvieran esperando seguimos sin salir.
Sin saber qué hacer empiezo a mirar fijamente a Ángel, el cual llevaba un rato mirando hacia la pared fijamente.— ¿Por qué me miras tanto? — pegué un saltito en el sitio, del susto que me di al ver que me descubrió.
— No te estaba mirando.
— Claro que sí.
— Claro que no.
— Sí me estabas mirando.
— ¿Por qué estás tan seguro?
— Porque sé cuándo me miran fijamente y cuándo no lo hacen. — Movió la cabeza y volvió a hablar — Y aun así me sigues mirando, eres increíble.
—¡Te estoy mirando porque me estás hablando!
— Claro, ahora pon eso de escusa. — Nos quedamos en un profundo silencio, tardé un rato en darme cuenta que ahora el que me miraba era él.
— ¿Ahora tú eres el que me mira?
— Sí.
— ¿Sí?
— Sí, tienes algo.
— ¿Algo como qué?
— ¿Me dejas quitártelo?
— Sí, pero qué... — Me besa y yo le sigo el beso.
— Eso tenías. — Me sonríe y me vuelve a besar.
— Vámonos, estoy segura de que se han ido ya.
— ¿Segura?
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Ojos Grises
Mystery / ThrillerAngela se ve obligada a mudarse, empezando de nuevo en un lugar dónde nada es lo que parece. Pero ¿Quién se está metiendo en la boca del lobo? ¿Ella o el chico del misterioso pueblo que ahora forma parte de su vida? Iniciada el 08-11-21