Narra Ángela
Todo me da vueltas desde que ese señor me cortó un poco el cuello.
La expresión de Ángel al ver dónde nos llevaban me producía gracia.
Parecía él más nervioso que yo, y él no era a quien habían cortado.
Ángel no se quiere alejar en ningún momento de mí, y la verdad me sorprende mucho que su comportamiento sea ese.
Empezamos a caminar por dentro del bosque por unos minutos.
Y la verdad creo que acabamos de llegar, porque delante nuestra hay una gran parte de la mansión.— Hemos llegado. Por favor, cuando entréis, Vanesa y Ángela, acompañad a Mónica, ella os dirá donde es la zona de las mujeres, y vosotros dos, seguidme.
Asentimos todos a la vez, empezamos a caminar, y el lado de las mujeres es, subiendo la escalera y a la derecha.
— Vanesa, esta es tu habitación, allí encontrarás lo necesario. — Señala a la primera puerta que aparece.
— ¿Y la de Ángela?
— La de Ángela está al final del pasillo. — Asiente insegura y Mónica le da una llave.
Empezamos a caminar por todo el pasillo, y al indicarme que fuera exactamente a la última puerta, me fijo en que sólo hay 4 puertas que me separan de Vanesa.
Voy hasta la puerta, y al notar que Mónica no venía, decido mirar hacia la dirección donde la había visto la última vez, venia con una llave y un conjunto de sábanas.— Perdón, pero con tanto ajetreo las de la limpieza no pudieron hacer tu habitación y tuve que ir a por sábanas.
— Sí, no te preocupes. — Me tiende la llave y abro la puerta.
— Si quieres te ayudo a hacer la cama, y así tardas menos.
— Claro, sin ningún problema.
Mónica me da una leve sonrisa y cierra la puerta de la habitación, comenzamos a hacer la cama hasta que pronuncia algo que me aterro por dentro.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿Disculpa?
— Debe ser que no recuerdas la nota.
— ¿Qué nota?
— Hace un tiempo recibiste una nota, que ponía literalmente "Los grises te vigilan, eres cómplice de asesinato, ya no hay vuelta atrás".
— ¿Cómo sabes sobre esa nota?
— Sé quién eres, sé sobre tu vida, no tardarán mucho más los grises en descubrir quién eres, y te matarán. Al igual que yo sé que te vigilan, sé que no eres una de nosotros.
— ¿Cómo lo supiste?
— Me mandaron vigilarte cuando llegaste, sólo puedo decirte hasta ahí, debemos de hablar, ven a las 6 de la mañana a la cocina, te esperaré. — No terminó de decir la frase, cuando empezó a salir directa por la puerta — Ah, y Ángela.
— ¿Sí?
— Trae a tus amigos.
...
— ¿Que te dijo qué? — Soltó muy agresivo Daniel.
— Lo que oíste, sabe quién soy y literalmente me ha dicho que, no tardarán mucho más en descubrir quién soy realmente, los de vuestra especie.
— ¿Vamos a la cocina a esa hora? — Preguntó de golpe Vanesa, cambiando totalmente de tema.
— Sí. Debemos de saber, al menos, cómo lo descubrió.
— ¿Y si es una trampa? — Murmuré con algo de miedo.
— Pues les partimos la cara rubita, nadie va a acabar con nosotros, da igual la de grises que vengan, que no van a saber ni qué hacer de las hostias que les esperan.
— Daniel.
— ¿Sí rubita?
— Eso ha sonado muy bruto, pero gracias.
— No hay de qué Barbie, para eso estamos.
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Ojos Grises
Mystery / ThrillerAngela se ve obligada a mudarse, empezando de nuevo en un lugar dónde nada es lo que parece. Pero ¿Quién se está metiendo en la boca del lobo? ¿Ella o el chico del misterioso pueblo que ahora forma parte de su vida? Iniciada el 08-11-21