SNS II: Life Goes On|| Kookmin

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—¿Jimin?—La voz al otro lado de la puerta volvió a insistir, tratando de abrir la cerradura que tenían seguro.

—¿Donde me meto?—Susurró el peli morado.

Jimin lo pensó, pero escuchó su nombre nuevamente ser llamado.

—A la mierda.

Y en un dos por tres abrió la puerta, revelando a un Jungkook sentado detrás.

El señor Park iba a hablar pero enmudeció al ver al peli morado. Quizás hubiera sido una buena idea no haberle despeinado...

—¿Qué? —Fue lo único que salió de los labios del mayor.

—Estaba apunto de ir con Elizabeth, ¿qué haces en mi piso?—Le cuestionó.

—Venía a decirte personalmente que suspendieron la cena de hoy, el señor Miller enfermó pero la va a programar de nuevo cuando sea posible...¿Qué hace él contigo? ¿Por qué tenían cerra-

—Ah, vale. Gracias por comunicármelo.

—¿Qué hace él aquí?— Insistió el Park mayor.

—Buenas tardes para usted también.— Saludó Jungkook debidamente.

—¿Por qué tenían la puerta cerra-

—Mira, ya viniste a decirme lo que querías. Y no hagas preguntas, no tengo ninguna obligación de responder.

—Jimin, creo que estás bastante grande para saber que si sigues así no llegarás a nada bueno-

—Tienes razón, ya estoy demasiado grande y el cómo maneje mi vida privada es mi asunto. No otra vez Park. Conmigo no.

—Tu sabes lo que te conviene, y según la imagen que des es que tan asegurado tienes tú futuro, yo no quiero que hablen de mi diciendo que tengo un hijo-

—Tú no tienes ningún hijo. A un hijo no se le hace todo lo que me hiciste a mi, no te atrevas a llamarme así.—Dijo con rabia.

—Tienes mi sangre quieras o no. Todo el mundo te conoce como el hijo del empresario Park. Todos en este negocio saben que eres mi hijo, y si quieres seguir teniendo tu buen trabajo y lujos sabrás lo que es conveniente. Sí quieres tener a tu hija contigo debes pensar con la cabeza fría, ¡No entiendo que carajos le ves de atractivo a la idea de revolcarte con un hombre!

—Bien, ya me cansé de hable y hable basura fingiendo que no estoy aquí.— Jungkook se puso de pie.— Usted— Lo señaló.— Es una horrible persona que no merece ser llamado padre de un hombre tan grandioso como lo es Jimin.

>>He soñado por años tener la oportunidad de decirle tantas cosas a la cara, porque desde que aquel día Jimin me llamó llorando diciéndome que su "padre"—hizo las comillas con sus dedos— Lo había echado de casa porque salía con un chico. ¿Se da cuenta de lo inhumano qué es eso? ¿Por qué mierda va a rebajar a su hijo por el simple hecho de amar? Lo odié, lo odio, y lo voy a odiar por el resto de mi vida.

>>Cuando Jimin me contó la historia de como fue que dejó Corea mi coraje hacia usted creció, y soy demasiado educado cómo para decirle todo lo que realmente deseo. Usted no merece a la familia que tiene, usted no merece ninguna cosa buena. Y jamás le he deseado el mal a alguien pero en serio espero que todo se le regrese. Después de todo sigue teniendo el cerebro lleno de basura.

>>Y ni se moleste en correrme de su empresa, yo voy a renunciar-

Y fue en ese momento que Jimin, quien escuchaba atentamente cada palabra con una sonrisa, reaccionó.

—No, no, no. No puedes renunciar-

—Sí que puede, lo hará ahora mismo. Lo quiero lejos de mi empresa y de mi fami-