Fue al rededor de las doce que Jungkook llegó de nuevo a la empresa con la pequeña Elizabeth, ahora más animada.
Afortunadamente no había sido problema encontrar el consultorio, realmente estaba cerca y la pequeña conocía perfectamente como llegar.
Le recetaron un par de medicinas y una inyección a la cual la niña se había rehusado, pero Jungkook le había prometido que si dejaba que el doctor la inyectara le iba a comprar un helado cuando estuviera recuperada.
—Me voy a recuperar pronto para poder tener mi helado.— Dijo una vez entraron al edificio.
Jungkook rió.— Está bien, debes tomarte todas tus medicinas para eso.— Recordó.
La niña puso una mueca.— Saben muy feas.
—Entonces nunca podrás comer helado si no te recuperas.
—¡Me las voy a tomar!
El peli morado rió nuevamente, esa niña era demasiado tierna.
Subieron hasta el piso que la niña indicó que se encontraba la oficina de su padre. El elevador se detuvo en el piso cinco.
Y fue en el pasillo que pudieron ver a Jimin dirigiéndose hacía una puerta que quedaba al fondo.
—¡Papi!— Exclamó, corriendo hacia el peli rosa.
Jimin inmediatamente se volteó y recibió el abrazo, agachándose.
—¿Cómo te fue, cielo?
—¡Bien! ¡No lloré cuando me pusieron la aguja fea!— Presumió, luciendo emocionada.
—Hmm... no te creo, siempre lloras con las inyecciones.— Le dijo Jimin.
—¡Pregúntale a el señor Jungkook!
El peli rosa rió por el hecho de que su hija le llamara señor al peli morado.
—¿Es cierto, señor Jungkook?
El mencionado no supo si fue la manera en que Jimin pronunció las palabras, o el hecho que estar cerca de él todavía le resultaba algo inverosímil, pero odiaba la reacción que tenía hacia Jimin.
—Sí, ella no soltó ni una sola lagrima.— Confirmó.
—¿Viste? Él prometió comprarme un helado cuando esté sana si no lloraba.
—Oh, bueno, entonces deberás recuperarte pronto. Espérame en la oficina.— Le pidió amablemente a la pequeña.
La niña asintió, pero antes de irse le hizo una reverencia a Jungkook.— Muchas gracias por llevarme al doctor.
—Espero te sientas mejor.— Le dijo el peli morado antes de que ella se fuera por el pasillo,
—Oh, lo del helado lamento si te molestó, solo se lo dije para que ella se dejara inyectar, no es necesario que dejes que otra persona lleve a-
—No, no, tranquilo, no me molestó. Quería agradecerte, ella es lo más importante para mi pero realmente me ví en aprietos por un asunto laboral. Así que... gracias, no tenías porqué llevarla pero aún así accediste.— Agradeció el rubio, luciendo un poco tímido.
—No fue nada, en realidad es una niña encantadora, supongo que salió a ti.— Soltó Jungkook sin pensarlo, realmente sin pensarlo.
Fue cuando se percató de sus palabras y la confusión en el rostro de Jimin se hizo notable.
—O-o sea que es tu hija, por eso... eh...
El peli morado no pudo formular oración coherente alguna.
—Oh, sí, por eso es encantadora....¿como yo?— Jimin estaba encontrando divertido ver a Jungkook avergonzado.
—Te quieres reír.— Acusó.
—Eres gracioso.
Jungkook fingió indignación, pero rápidamente su cara cambió— Ahora que lo recuerdo, me quiero disculpar por como actué en el bar.
—De hecho quien se debe disculpar soy yo, me tomé mucha libertad al querer decidir cuanto podías tomar, cuando en realidad... yo no pinto nada.
—Eso... está bien, supongo que si mis amigos hubieran hecho lo mismo, pero les gusta verme hacer el ridículo. En realidad me quería disculpar por... ya sabes.— Explicó, esperando no tener que decirlo.
—¿Ya sé?, ¿qué debo saber?
—¿N-no lo recuerdas?
La cara de Jimin nuevamente expresó confusión, negando.
—El b-beso.— Dijo con los colores al mil y muerto de la vergüenza.
El peli rosa abrió sus ojos de par en par, para después comenzar a reír.
—Creo que no fui yo al que besaste, recuerdo perfectamente todo y después de que me dijeras que no me preocupara por ti no nos volvimos a topar esa noche.
Los cables en la cabeza del peli morado se conectaron, ¿cómo había sido tan ingenuo?
—Voy a matar a Tae y a Seokjin.— Declaró.
Jimin soltó una carcajada.— Sí, deberías.
—Lo siento, agh, que vergüenza.
—Está bien, supongo que ellos se aprovecharon de que no recordabas nada.
—Sí, no volveré a beber jamás.
En eso el celular de Jungkook comenzó a sonar.—Permíteme — Le dijo a Jimin, quien solo asintió.
—¿Bebé?— Dijo al contestar, pues era su novio, mientras se alejaba del peli rosa.
—Amor perdón si te interrumpo pero anoche murió mi celular y no pude devolverte la llamada.
—¡No te preocupes! Espero hayas descansado bien, ¿cómo te fue en esa reunión?
Jimin no sabía si irse a su oficina, pero asumió que si se iba sin despedirse se vería muy mal, así que esperaría a que el chico terminara su llamada.
—Yo te marco en la noche... no, no seas malpensado.— Dijo riendo.
—No lo soy.—El chico al otro lado de la línea también rió.— Hasta la noche, amor, te amo.
—Hasta al rato, también te amo.— Dijo antes de finalizar la llamada, devolviendo su atención a Jimin.
—Bueno, ya debo ver a Elizabeth, nuevamente muchas gracias por lo de hoy, te debo una grande.— Dijo, sonando más lejano.
—No fue nada, espero que se recupere pronto.
—Hasta luego.
Y con un asentimiento Jungkook se marchó nuevamente a su propia oficina.
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SNS II: Life Goes On|| Kookmin
ספרות חובבים>> Los años pasaron y la vida de Jimin y Jungkook tuvo que continuar, aún por separado. Dicen que una vez que haces click con alguien es imposible volver a conectar de esa manera con alguien, pero...¿qué pasa cuando tienes que aprender a vivir sin l...