Capitulo 36|Navidad.

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Después de noche buena, viene la... ¡Navidad! Y como ayer, la pasare con Ian, pero esta vez hemos dicho de celebrarla a su manera, en una fiesta.

Pocas veces he ido a una...

Los regalos que el me regalo para Papa Noel fueron muy bonitos y la verdad es que también algo originales... nunca me habían regalado un duende o mejor dicho duenda, porque es chica. Es un peluche verde, con un gorro y vestida con un vestido muy gracioso y colorido.

Me encantó.

También me regalo medio corazón, el cual comparto con el. El lleva mi inicial, la E y yo llevo la de el, una I.

Después de haberme regalado eso, me encontré con algo de lenceria y uno que otro pijama algo... provocativo. El solo dijo que era para que me viera más bonita de lo que soy, pero todos sabemos que no es así.

Flasback.

— ¿Que es esto?— Le pregunto sonriendo.

— Miralo por ti misma.— Responde con una sonrisa maliciosa.

Cuando abro el paquete que hay empaquetado con un lindo papel de árboles de Navidad, me doy cuenta que lo que hay dentro en una caja, pero no cualquier caja, si no una que lleva un conjunto o disfraz de duendecilla.

— ¿A que es bonito?— Pregunta.

— Si... claro.— Le digo, aún mirando el conjunto o disfraz de lenceria.

Sabía que te gustaría, duendecilla.— Dice y se que la palabra duendecilla lleva segundas intenciones.

Lo dejo en un lado y sigo abriendo los paquetes, encontrándome con algunas piezas más de lenceria.

— Esto es impresionante...— Me digo a mi misma, al ver el pijama que me a regalado.

— La chica de la tienda, dijo que era lo que más se vendía.— Dice de inmediato, al ver que lo tengo en mis manos.

— Oh... pero le falta un poco más de tela, ¿No?— Le pregunto.

— No le falta nada, además, solo lo vas a llevar aquí, conmigo.— Dice serio.— Así que no hace falta más tela.— Añade, pero esta vez sonriendo.

— Madre mía...

— Si, madre mía...— Dice el.— Solo de imaginarte con eso y debajo la lenceria trasparente que te he regalado... Puff.— Añade y dejo el pijama en un lado, para después, mirarlo mal.

Fin del flasback.

Pase más vergüenza abriendo los regalos...

— Hoy es Navidad.— Me susurro y cuando me voy a levantar, me doy cuenta de que tengo un brazo que me prohíbe salir de la cama.

— Duerme.— Dice y apretá su agarre en mi cintura.

— No me apetece...— Me quejo, como una niña pequeña.

— Me da igual, duerme.— Dice como si nada.

Me vuelvo a remover, pero esta vez con más fuerza y cuando me doy cuenta, siento como el cuerpo de Ian se a tensado.

— No te muevas.— Ordena.

— ¿Por?— Le pregunto.

— Tu no te muevas.— Vuelve a ordenar.

— Vale.— Acepto lo que dice y le hago caso.

— Feliz Navidad.— Me susurra en el oído y siento como me suelta, para después levantarse de la cama.

— Igualmente.— Le digo.

— Voy a vestirme.— Avisa.

— Y yo.— Le contesto.

En cuanto el entra al baño, yo aprovecho para empezar a vestirme, así que me quito su camiseta con la que duermo, porque me sirve de vestido...

— Emma, que decirte que esta noche...— Comienza a decir, pero se calla al verme solo con la ropa interior.

— Aaaaah.— Chillo y agarro las sabanas para cubrir mi cuerpo semidesnudo.

— Lo siento.— Dice.— Nah, mentira... no lo siento.— Confiesa.— Sigue vistiendote, yo solo venía a decirte que esta noche iremos a la fiesta de un amigo.

— Okey y ahora vete.— Le ordeno.

— Vale...

— Ahora.— Le digo al volver que no se va.

— Cuando te enfadas, te salen unas arrugas en la frente muy bonitas...— Dice y después sale de la habitación, pero antes dice en un grito.— ¡Voy a hacer el desayuno!

Gruño.

Termino de vestirme, peinarme y maquillarme un poco, para después salir y encontrarmelo desayunado en la mesa.

— Te quería esperar... pero as tardado mucho.— Confiesa.

— No pasa nada...— Digo.— ¿Que has hecho?— Le pregunto, sentandome enfrente de el.

— Tortitas, café, algo de zumo, también hay fruta y si quieres puedes hacerte un batido de chocolate o unas tostadas.— Dice y asiento.

— Con lo que as hecho esta bien.

♡♡♡

Ya es tarde y yo ya me estoy preparando para la fiesta.

Me pongo un vestido negro de terciopelo con unas medias y unos tacones un poco más altos de los normal.

Esto también fue parte de sus regalos...

— ¿Estas lista?— Dice tocando a la puerta del cuarto.

— Solo me queda maquillarme.— Le digo, mientras me coloco un poco de rimen en las pestañas.

— Paso.— Avisa.— Date prisa.— Dice sentándose en la cama.— La fiesta comienza a las nueve y le he dicho a mi amigo que estaría ahí, para ayudarlo.— Informa.

— ¡Ya estoy!— Aviso.

— Pues vámonos...— Dice, se levanta de la cama y yo lo sigo cuando el sale del cuarto.

— ¿Iremos en coche?— Pregunto.

— Sip.— Contesta.— ¿Sabes conducir?— Pregunta.

— Si... pero hace mucho que no conduzco.

— Tranquila, es fácil.— Responde.

— ¿Para que quieres que conduzca?— Pregunto confusa.

— Por si me emborracho, pero lo más probable es que nos quedemos allí.— Dice y caminamos hasta su queridisimo coche.— Lo vamos a pasar genial.— Asegura el, para después arrancar el coche y ponernos marcha a la fiesta de su amigo.

Madre mía... la noche que me espera.

La Chica De La Apuesta.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora