AMOR SIN CONDICIÓN No. 1️⃣1️⃣/SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA

CAPITULO 36 DE VUELTA

Simón regreso casi a media tarde, de hecho en unos minutos más empezaría  oscurecer,se dio cuenta de que algo sucedía al ver las caras largas de todos.

_ ¿Qué sucede? - interrogó. ¿qué hacen aquí? Le extrañó que los hombres estuvieran reunidos, era un pequeño grupo. ¿y Víctor? -pregunto ante el silencio de todos. _ ¿nadie me va a decir qué demonios sucede? - gritó exasperado.

_ ¡La señora Fernanda! desapareció! - se escuchó la voz nerviosa de María.

_ ¿Cómo que desapareció? - el corazón le dio un vuelco, ¿acaso había huido? ¿porqué?

_ Creo que salió a dar un paseo y se perdió, ellos acaban de llegar, pero no la encontraron, hay varios grupos más buscando.

_ ¿Porque no me dieron aviso? - levantó la voz. _ ¡si algo le sucede, todos van a pagar! - los miró furioso. - ¡solo les pedí cuidarla! - gritó fuera de sí

_ No dijo que saldría. - salió ella en defensa de los demás. _ pensamos que estaba en la casa, cuando nos dimos cuenta, le avisé al señor Víctor, y el intento llamarlo a usted, pero nunca contestó.

_ ¡Maldición! - exclamó, tocó sus bolsillos y no traía su celular, seguro lo había dejado en la camioneta, envió a uno de sus hombres a buscarlo y llegó con él, miró la pantalla y tenía una gran cantidad de llamadas de Víctor y de otros dos de sus hombres de más confianza.
De inmediato marcó.

_ Estamos regresando. - dijo Víctor después de haber explicado a Simón lo sucedido. _ está a punto de oscurecer y necesitaremos equipo diferente para buscar en la oscuridad.

_ De acuerdo. - dijo mostrando una calma que no tenía. _ nos reorganizaremos y saldremos de nuevo. - dijo. Ella estaba en peligro, en serio peligro, seguramente no había comido en todo el día, podía estar inconsciente por ahí, sin contar con las fieras del campo, o podría sufrir un accidente, incluso podía resbalar y caer al río, si se había acercado a él, que era lo más probable. Eran tantas cosas, que se sintió desesperado y aterrado, no podía haberla rescatado para perderla de esa forma, no se lo perdonaría nunca si algo le sucedía.

*****
Simón tomó el mando de uno de los grupos y envío a los demás con un plan bien trazado.

_ Si ya buscaron por los alrededores, es probable que haya avanzado mucho más allá del perímetro que ya revisaron, aun así, estén atentos, es probable que se les haya escapado algo. Recuerden, lo mas lógico es que haya ido al río por el sendero, si camino mucho y no se dio cuenta de que hay más senderos, pudo haber tomado cualquiera, así que revísenlos todos, puede ser que al sentirse perdida se desorientara y quizás caminó en sentido contrario. No desechemos ninguna posibilidad. - había dicho.

Ahora él seguía su instinto, había caminado por dónde creyó que ella había ido, busco huellas, sus hombres ya habían hecho ese recorrido, sin embargo, encontró una huella más o menos visible entre todas, supo que iba por buen camino. Miró la ribera del río, seguro había seguido por ahí, busco huellas o señales de su paso, era buen observador y podía ver dónde otros no veían, con rapidez siguió una pista, como supuso, había caminado al lado contrario de dónde se hallaba él rancho. Sus sentidos se agudizaron, podía estar en cualquier parte.

Había anochecido, y la luna llena era una bendición, pero había lugares en donde por la espesura del bosque la luna no servía de nada.

Camino un poco más barriendo con su linterna todo a su paso, hasta el rincón más escondido, luego la vio, estaba acurrucada, bajo un enorme árbol, se abrazaba a sus piernas con su cabeza recostada sobre sus rodillas, no se movía.

Corrió a su lado, la llamó por su nombre y la movió, estaba helada, no respondió, pero se quejó, estaba semi inconsciente, él la tomó en sus brazos y emprendieron el camino de regreso.

Le pidió a uno de sus hombres que le marcara a Víctor, luego empezó a dar órdenes, pidió que llevaran a un médico y que tuvieran todo preparado para recibirla, la habitación debía estar caliente, además de prepararle un caldo para comer.

Era de madrugada, él seguía a su lado, pensó en cuántas veces ella había hecho eso por él, el alimentarlo, el estar a su lado, cuando Rafael no estaba, el hablar y decirle que todo pasaría, aunque sabía que no sucedería.

Tomó su mano y la besó, ella dormiría por un buen tiempo, el médico le había dado algo para que así fuera,

_ Tiene suerte. - había dicho. _ solo se encuentra un poco deshidratada y no llegó a presentar hipotermia, pero estuvo a poco. Solo necesita entrar en calor, descansar, comer algo y tomar mucho líquido. Pronto se pondrá bien. - dijo. _ y de verdad, es un milagro que esté bien, el bosque es peligroso, no tienen idea de los casos que he tenido que atender.

Después de encargarse de que se siguieran sus instrucciones, envío a todos a dormir y él se quedó, hubiese querido dormir y descansar un poco después del día agotador que había tenido, pero le fue imposible, todo su atención y su energía estaban concentradas solo en ella.

Durante su rescate no había reparado en su aspecto, pero una vez que supo que ella se recuperaría y que todo quedó en calma, la miró, no lo podía creer, era sumamente hermosa, su rostro era angelical, por el tono de su voz se imaginó que debía tener un aspecto hermoso, pero no imagino que tanto, ahora entendía la obsesión de los hombres por ella y el miedo que ella, con sobrada razón les tenía.

En ese momento odió aún más a las alimañas que se decían sus hermanos, ahora más que nunca estaba decidido a no dejarlos escapar, sin embargo, no podía ir en su busca ahora, primero tenía que estar seguro de que ella estuviera bien y de definir de una vez su situación con ella. El sentía que la amaba y deseaba de todo corazón que ella lograra quererlo, aunque fuera un poco, sin embargo, no se hacía ilusiones, seguramente ella quisiera una vida sosegada y tranquila, una vida que no tuviera nada que ver con los sobresaltos del estilo de vida que él llevaba y si así fuera, le dolería mucho, pero lo aceptaría, porque de verdad quería lo mejor para ella.

Empezaba a amanecer cuando escuchó los ruidos provenientes del rancho, la gente estaba ya en pie, empezando sus labores diarias. La miró por última vez y salió de ahí para dirigirse a su recámara, se ducharía y luego se integraría a las actividades con los demás.